capitulo 3

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SEÑOR JEON :

Jeon se quedó mirando las puertas mucho tiempo después de
que se cerraran, el olor de Jimin todavía lo rodeaba. Cogió su taza y
bebió otro trago. Su polla estaba dura como un puto trozo de granito,
presionada contra su cremallera y sus bolas tensas.
Era un jodido enfermo por las cosas que pensaba hacerle a Jimin
por las imágenes que permitía jugar en su cabeza. Diablos, había
estado pensando en arrancarle toda su ropa y empujarlo sobre su escritorio
para poder follarlo hasta que estuviera dolorido y lleno de su semen.
Sí, había estado pensando en eso, imaginándolo mientras Jimin
estaba de pie al otro lado de su escritorio, actuando de forma tan
jodidamente sumiso que le hacía latir la sangre en los oídos.
Lo había deseado desde el momento en que lo contrató. Desde
luego, no era el tipo de hombre que normalmente buscaba, siempre estaba con mujeres seguras de sí mismas y con experiencia que no tenían
problemas para someterse a un hombre como él.

Pero jimin era un
sumiso natural.
Solo le hablaba cuando se dirigía a él, y toda su conducta gritaba
que aceptaba todo lo que él decía.
Le obedecía sin rechistar, y a pesar de que era su trabajo hacer
lo que él decía, Jeon seguía poniéndose jodidamente duro cada vez
que lo llamaba "Señor".
Esta parte enferma, incluso diría pervertida, de él amaba que
Jimin tuviera que obedecerle. Suponía que el podría haberlo mandado
a la mierda con todas sus exigencias, pero era naturalmente
complaciente, genuinamente tímido y a él le encantaba, se le ponía duro

Durante el último año, desde que trabajaba para él, Jeon se
había masturbado con su imagen....

Tenía mujeres a sus pies, podía follar con una mujer diferente
cada noche si lo decidía, pero no iba a mentir sobre lo que quería de jimin

Se había obsesionado con el, simple y llanamente, y sabía que
hasta que no lo tuviera en su cama, debajo de él, y sometiéndose a él,
no sería capaz de superar esa necesidad que tenía en su interior. No
sabía cuándo podría convencerlo, demostrarle que estar con él no era
el peor error que podría cometer.
Y no estaba lo suficientemente seguro de sí mismo y de lo que
quería decir sin duda que tenerlo a el atenuaría la obsesión.
No, incluso pensó que podría empeorarlo. Jimin había crecido para
estar en cada uno de sus pensamientos, llenar cada una de sus
fantasías, y eso lo hacía enojar porque parecía no poder concentrarse
en nada más.

Miró el cuadro de la pared de su despacho. Era un diseño
abstracto de una mujer bailando, con su vestido rojo moviéndose a su
alrededor, desvaneciéndose en el lienzo. La inspiración le llegó, y supo
lo que quería hacer, cómo vería si Jimin acudía a él... estar con él de
todas las formas imaginables.

Iría en contra de la política de la empresa, sería romper un código
de ética porque Jimin era su asistente , pero en este momento a jungkook
le importaba una mierda.

Eso era lo mucho que lo deseaba....

"TU ....DE RODILLAS "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora