capitulo 1

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PARK JIMIN :

-Estás actuando como un verdadero idiota ahora, Matthew. Si
trabajaras para mí, tu culo estaría despedido.

Eso fue lo primero que escuchó PARK JIMIN cuando acudió a su
entrevista hace un año. Debería haber sabido entonces que su jefe,
JEON JUNGKOOK , iba a ser el hombre más duro y arrogante para el que había
trabajado nunca.
Pero, para ser sincero, trabajar en el edificio Imperial JEON'S
poder poner el nombre y la empresa de JEON JUNGKOOK en su currículum
si alguna vez se marchaba, sería una ventaja tan grande que había
pasado por alto la actitud imbécil, y francamente aterradora, de su
jefe.

-Cariño, está de mal humor. - dijo barbara , la secretaria de
Jeon jungkook desde hace mucho tiempo, con sus gafas de en el puente
de la nariz y su pelo color sal y pimienta perfectamente recogido en un
moño.
Siempre está de mal humor.
A pesar de lo que Jimin sentía por su jefe, y de que lo asustaba
con su actitud autoritaria y arrogante la mayoría de los días, trataba
bien a su personal.
Cuando no lo hacían enojar, claro.
Jimin se quedó mirando las puertas dobles cerradas que
conducían a su despacho, la madera lisa, hecha a medida, con
grabados de su nombre y su título gritando lo poderoso que era
realmente.
Tenía la taza de café en una mano y una bolsa de pasteles en la
otra. A pesar de que podría haberlas encargado y pedir que se las
entregaran en la tienda de la calle, a Jeon jungkook le gustaban las que
estaban a doce manzanas de distancia...

Eso significaba que el tenía que llegar al trabajo, archivar su
papeleo antes de que él entrara, y luego salir cuando la panadería
abriera para asegurarse de que los tuviera frescos.
Levantó la mano, se subió las gafas y finalmente se dirigió a su
puerta. Dio tres buenos golpes y esperó hasta que él le permitió entrar.

-Entre. - le dijo casi a gritos, e inmediatamente le oyó empezar
a hablar de nuevo con otra persona.
Abrió la puerta y la cerró, encerrándolo con un hombre que hizo
que las rodillas de los demás se bloquearan al darse cuenta de que al
enfrentarse a él no tendrían éxito. Él estaba de pie, de espaldas a Jimin
y el podía oír el ligero murmullo de alguien hablando al otro lado del
teléfono que sostenía junto a su oreja.

-Me da jodidamante igual. Si no me das esos archivos esta
noche, se acabó el trato, Brog - Y luego colgó, simplemente
desconectó la llamada y tiró el móvil sobre su escritorio.

Jimin no se movió durante un segundo y sintió que su pulso
aumentaba, como lo hacía siempre que estaba en la misma habitación
con él, con las puertas cerradas y el aura completa de él
consumiéndolo.

-Ya era hora, park . - dijo él con esa voz ronca que le producía
escalofríos.

Jeon jungkook era un hombre magnífico, no había que mentir sobre eso,
ni intentar fingir lo contrario. Había oído que la gente lo llamaba
imbécil, engreído, decidido y, por supuesto, exitoso. No tenía pelos en
la lengua y, a pesar de que tal vez fuera "poco profesional", maldecía
y tenía momentos de pura rabia cuando las cosas no salían como él
quería, trataba bien a su personal.
Sus beneficios eran increíbles, su sueldo estaba muy por encima
de lo que podía ganar, y lo único que tenía que hacer era aguantar a
un hombre muy dominante al que le gustaba salirse con la suya en
todas las cosas.

-Llevas diez minutos de retraso con el café y los pasteles.

- dijo
en tono molesto....

Dejó la bolsa y la taza sobre la mesa y volvió a mirar al suelo. -

Lo siento, señor Jeon . Estaban haciendo obras y luego hubo un
accidente.

- Pero incluso después de decirle la verdad, Jimin sabía que
las excusas no eran lo que él quería oír.

Cuando el silencio la saludó al terminar de hablar, levantó la
cabeza y lo miró a los ojos.
Tenía los ojos más claros y verdes que jamás había visto, y junto
con su pelo negro corto impecablemente peinado, era ciertamente
hermoso en todo el sentido de la palabra.
Los trajes de tres piezas que llevaba solo parecían realzar su
fuerza general, y Jimin no intentó mentir y decir que no lo excitaba
verll con ellos puestos. Podía ver por qué se llamaban "trajes de
poder". Como ahora, sin la chaqueta y colgando de la silla, el hecho
de que sus músculos fueran tan pronunciados que podía verlos a
través de su camisa blanca abotonada y su chaleco hizo que este
hormigueo lo recorriera.

Se sentía tan mal al desearlo de esa manera, y aunque nunca lo
demostraría ni actuaría en consecuencia, seguía siendo ligeramente humillante
Incluso la edad de él lo excitaba, lo hacía desear que él le
"enseñara". Con solo veinticinco años, comparados con los cuarenta
de él, le parecería un tabú, tal vez incluso retorcido, si tuviera una
oportunidad con él. Pero jimin sabía que eso nunca ocurriría.
Comparado con las mujeres que Jimin sabía que él tenía a su
alrededor, Jimin llegaría a llamarse a sí mismo desaliñado
Ciertamente no era una talla cero. No, comparado con las
modelos con las que sabía que él había salido, con su talla 16 tenía
Subiendo las gafas por el puente de la nariz, trató de
parecer no afectado por él, pero sinceramente no sabía si él veía a través de eso.

Dios, tienes problemas.
Él seguía mirándolo fijamente mientras bebía su café, y Jimin no sabía si irse o quedarse. Él no tenía problemas para ladrar órdenes, y
normalmente cuando terminaba con su personal se aseguraba de
decirles que se fueran, con tantas palabras...

"TU ....DE RODILLAS "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora