¿Ansioso? Claro que no, estaba aterrado, y emocionado, algo feliz, pero también triste, era un gran abanico de emociones, no podía simplemente decidirme por una, menos con un acontecimientos como el que se estaba por presentar. Pensábamos que no integrarían a ningún otro Smiling Critter al grupo, después de todo fueron los mismos científicos quienes nos informaron eso, pareciera que se retractaron de su decisión.
Esa misma mañana se encargaron de avisarme de la llegada del nuevo, no dieron más información aparte de eso, un nuevo Smiling Critter, un nuevo compañero, un nuevo amigo. Podía sonar como algo positivo, nunca me cansaría de conocer nueva gente, pero soy consciente del proceso por el que se tiene que pasar para llegar a tener la forma que poseemos, un horrible proceso de transformación. La mayoría no tenía ningún recuerdo de ello o eran sumamente borrosos, como en mi caso, mientras que las memorias de cuando eramos humanos eran prácticamente inexistentes.
La llegada de un nuevo integrante significaba que una pobre alma tuvo que pasar por un infierno, el alma de un niño. A la vez tendría otra responsabilidad que manejar, ya es suficiente con el caos que creaban Hoppy y Kickin, si algún otro con “demasiada energía” llegará se armaría un varadero campo de batalla, de seguro también se sumarían muchas tareas a mi lista, sumado a los desastres que podría causar. No quería más responsabilidades a mi cargo, mi sueño ya se vio bastante alterado por eso, también tendría que adaptarlo a los demás, t-
—¿Sucede algo Dogday?
Di un pequeño brinco al escucharla, estaba al lado mío, con una linda sonrisa en su rostro, sus ojos mostraban una especie de compasión, seguro noto lo alborada que estaba mi mente. No quería preocuparla, intente sonreír de manera amigable quedando en un intento algo forzado, seguro se daría cuenta de esto.
—Para nada Bobby, todo en orden.
Todos estaban un tanto alterados por la situación, no le daría la carga de escuchar mis dudas, no tiene por qué preocuparse, tengo que ser firme, inamovible, positivo, un líder.
—¿Seguro? Sabes que puedes contar conmigo.
—Estoy bien, tranquila.
Parecía que iba a insistir, pero se escuchó claramente a alguien acercándose a gran velocidad, al voltear logre ver a Crafty, tenia un sonrisa y su cabello desordenado, parecía cansada producto de haber corrido hasta nosotros.
—¡El teleférico está bajando, ya está por llegar! —Se suponía que faltaba media hora, ¡No tenía planeado nada! ¿Que se supone que haría? ¿Qu— ¡Vamos!
Tomó mi mano y salimos corriendo hacia el lugar, no estaba demasiado lejos, pero si el teleférico ya estaba bajando no tardaría mucho en terminar su recorrido. Al final logramos llegar, solo unos momentos antes de que el teleférico abriera sus puertas.
Ordené levemente el pelaje de mis orejas, y me aseguré de sonreír, toda mi existencia me enseñaron a dar esta imagen de mi, sobre todo frente a los científicos. Esperaba poder ver a nuestro nuevo compañero, sin embargo solo vi al Doctor Harley Sawyer y seguramente dos de sus asistentes.
—Dogday, es un placer verte. —Tenía una horrible sonrisa en su rostro la cual deseaba eliminar, odiaba a los científicos en general, pero era consciente del monstruo que era este hombre, la peor escoria humana existente.
—¡Lo mismo digo doctor! Hace tiempo que no contábamos con su presencia, Crafty y yo nos encontramos esperando al nuevo.
—Bueno, él ya se encuentra aquí. — volteo a donde sus asistententes, dándonos la espalda— Quitense ¿Acaso tratan de esconderlo o son idiotas?
No dijeron ni una palabra y se movieron levemente de lado, dejando ver a nuestro nuevo integrante: La forma que habían elegido darle era la de un gato, con la particularidad de que era morado, tenía unas orejas puntiagudas y una cola demasiado larga a comparación de su cuerpo. Sin duda lo que más llamaba mi atención era su rostro, parecía triste, con sus orejas bajas, y su mirada clavada en el suelo, pero a la vez parecía perdida, tal vez no estaba triste, tal vez tenía miedo.
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El sendero del perdón [Dogday x Catnap]
FanfictionCreyeron que podrían derrotar al hombre y obtener su libertad, sin embargo, el dios en el que tanto creyeron fallo. Iban a ser destruidos, más, un alma bondadosa decidió que lo mejor era rehabilitarlos. Hoy, después de meses de terapia, Catnap está...