°•°el club gorila°•°

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capítulo cuatro
'el club gorila'

Beck, Cat, Harper, Tori y André llegaron al club gorila, un sótano enorme lleno de gente y varias actividades.

—Bueno... no está tan mal... —murmuró Tori nerviosa—Este lugar parece divertido.—vieron a un hombre golpearse con una bola de metal y caerse al suelo—La gente sale viva de aquí, ¿verdad?

—A veces.—asintió Harper

—Creo que acabo de pisar un poco de sangre.—comentó André

—Pelirroja, quédate cerca de mí—ordenó la rubia

—Toma.—un musculoso les pasó un formulario a cada uno—Fírmenlos.

—¿Por qué tenemos que firmar estos?—preguntó Vega

—Solo dice que si intentas cualquiera de los desafíos aquí, no demandarás al lugar si mueres.—explicó Harper distraída firmando

—Bueno...—Tori se preocupó— ¿La gente se lastima mucho aquí?

—¿Mucho?

—Sí.

—Sí.

—¡Ooo! ¡El conejito está disponible!—señaló Cat al toro mecánico

—No sé si quieres montar...—murmuró André pero la pelirroja lo agarró del brazo para arrástralo allá

—¡Conejitooooooo!—gritó

—Bien. —asintió Tori—Entonces, ¿cuál de estos juegos debería probar?

—Sí...sabes, realmente no creo que necesites probar uno de estos juegos.—negó Beck

—Pero quiero correr un riesgo.—se quejó la castaña

—Solo estar aquí es un riesgo.—aseguró el castaño

—Venga ya, ¿tú cuál has hecho, Harper?—preguntó Tori—Sikowitz dice que tú eres de las más peligrosas y que te observe para ensayar para el papel.

—Yo hice todos—explicó Harper

—Aunque yo no estaba de acuerdo y le pedí que no lo hiciera—comentó Beck mirándola y Harper le sacó la lengua burlona

—Pero...

—Créeme... los juegos aquí no son para chicas agradables y dulces. —negó el de pelo medio largo para abrazar a Harper de lado

—¡Weeeeeeeeeeeee!—Cat cabalgaba el toro mecánico y Harper sonrió—¡Estoy montando un conejo gigante!¡Oh, Dios mío!

—Voy a probar las bolas del dolor.—señaló Tori

—Tori, eso va a doler—comentó Harper

—No tengo miedo.—negó la castaña— Soy un tomador de riesgos.

—Haz lo que quieras, yo te advertí—replicó la rubia apoyada en el pecho de Beck

—Espera...—Beck se quejó pero Tori ya se había ido y el castaño miró a su novia con reproche—Linda...

—Estará bien—aseguró la rubia—Si se da una vez, ya no lo volverá a hacer.

— ¡Se supone que no se ría del conejo!—se quejó el pelado señalando a Cat

—Bueno, ¿qué quieres que haga?—le espetó André

—Muy bien, cuando escuches el timbre, corre hacia este lado, agarra un anillo, corre hacia allá.—le explicó otro musculoso a Tori, señalando las anillas que había al final del pasillo donde bolas de hierro se balanceaban de un lado al otro.—Tu objetivo es colocar tres anillos en la clavija en treinta segundos.

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