°•°la apuesta y la peligrosa chica•°

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capítulo tres
'el club gorila'

Henry y Harper estaban con sus amigos en casa de Vega, jugando a las cartas con sus amigos mientras la dueña de la casa se quejaba de que Sikowitz le había dicho que no era lo suficientemente peligrosa para el papel.

—Paso.—afirmó Harper

—Paso.—asintió Beck

—Paso.—confirmó Jade

—Apuesto... cinco rojos.—puso cinco skirtles rojos en medio de la mesa

—Veo tus cinco rojos...Y te subo dos amarillos.—comentó Cat comiéndose los skittles

—Tienes que ponerlos en el bote, cielo—le explicó Harper con Beck pasándole un brazo por los hombros

—Vale.—sonrió la pelirroja haciendo lo pedido con dos skittles babeados

—Entonces, ¿cuándo haces la audición para la película?—preguntó Robbie a Tori

—El martes.

—¿Estás lista?—preguntó Henry distraído mientras miraba sus cartas

—Pensé que lo estaba...Hasta que Sikowitz dijo que mi audición apesta porque no tomo riesgos.—se quejó la castaña—¿Pueden creerlo?

—Sí, eres aburrida—afirmó Harper y Beck sonrió apenas

—Absolutamente, cien por ciento.

—Tomo riesgos.—replicó Tori—Como ayer en la escuela había una fila para el baño de chicas. Así que simplemente entré al baño de chicos. Uh, sí.

—¿Usaste el baño de chicos?—preguntó Robbie

—Nooooo, estaba asqueroso ahí.—miró a los chicos—¿Qué les pasa, chicos?

Henry y Beck compartieron una mirada confusa.

—Estamos jugando a las cartas—gruñó Jade— ¿Entras o sales?

—Uhhhh...

—Ella está dentro.—afirmó Beck

—Tori... Tori, ¿llegó un paquete para mí?—preguntó Trina bajando por las escaleras y Harper suspiró

Beck la vió cansada y le acarició el cuello con la mano que tenía sobre sus hombros, haciéndola relajarse.

—No.—negó Tori

—Oooh.

—¿Qué te trajeron?—preguntó la castaña

—Pedí estos deliciosos zapatos nuevos de Fazini con tacones de diez pulgadas.—comentó y Harper la miró aburrida

—¿Quién puede caminar con eso?—replicó

—Gente increíble como yo, rubia—sonrió Trina y Harper bufó— ¿Dónde está mi paquete?

—No sé... ¿Por qué no llamas a la empresa de envío? —preguntó Tori

—¿Por qué no llamas a mi trasero?—replicó Trina

— ¿A quién le toca?—preguntó Robbie

—A mí. —habló Beck—Y estoy dentro.

—Llama.

—Awww, es una línea de ayuda automatizada.—se quejó la mayor Vega—Escucha...

Para rastrear un paquete, di... O di...Tu número de rastreo de paquete.—habló el teléfono

—Ah, ¿ahora tengo que encontrar mi número de rastreo?—se quejó la mayor y Harper la miró cansada de su voz

—Sí.

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