Capítulo 4. Corazón herido.

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Seokjin

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Seokjin.

—Seokjin...

—Silencio —siseo sin mirarlo.

Lo escucho suspirar sin tener intenciones de volver a hablar, lo cual agradezco porque sigo sin poder procesar todo lo que ha dicho.

¿Vampiros? ¿Brujas? ¿Profeta? Todo suena tan irreal que termino riéndome de lo absurdo que todo suena.

—Oye, ¿qué es lo gracioso? —cuestiona el azabache.

—De todo lo que has dicho —respondo—. Fue gracioso, pero ha sido suficiente. No quieras tomarme por idiota para creer todo eso.

—¡Es verdad! —refuta con molestia que lo hace ver como un niño mimado que no ha obtenido lo que quiere—. Hemos estado buscándote por todas partes, por ello regresamos a Seúl luego de seis décadas.

Niego.

—¿Qué tipo de droga ingeriste? —niego—. No importa, llamaré a la policía.

—¡Escucha, sé que has vivido como un ignorante! —se pone de pie—. Pero todo esto es real.

—¿Eres un vampiro? —enarcó una ceja.

—Sí, ¿quieres que entierre mis dientes en ti y beba tu sangre para que me creas? —sugiere con voz frustrada.

Un escalofrío me recorre el cuerpo ante eso, inconscientemente mi mente me lleva a aquel sueño vivido del hombre que estaba lleno de sangre con una mujer entre sus brazos.

Me paso las manos por el cuello y vuelvo a mirar a Jungkook, como dijo que se llama.

—Después de todo lo que me has dicho sigo sin entender, ¿qué quieres de mí?

—Que creas.

—¿Eh?

—Nada funcionará si no comienzas a creer —maldice entre dientes mientras mira por la ventana—. Tienes que creer en ti, en tu don y en lo que hay más allá de tu alcance.

Ah, se refiere a los sueños que tengo. Sin embargo, creer en que todo eso es real sería tener que enfrentar el pasado y desnudar mis propios miedos, aquellos que siguen atormentándome desde hace 5 años.

—Tienes que decidir ya, Seokjin —me mira con sus enormes ojos que por un momento parecen brillar con algo que no reconozco—. Se acaba el tiempo y muchas personas morirán si no haces nada.

The false prophecy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora