Cuarto aullido

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Bajando la montaña la mujer de cabello plateado mira el cielo. Esta camina sin parar ni cesar, mientras camina va reflexionando, sus pensamientos van divagando entre pensamiento y pensamiento.

-("el mundo ha cambiado mucho en 500 años. Este sendero negro sobre mis pies, es una mescla de piedras y ¿brea?, no lo sé. La tienda que pasé, mas bien era como una casa con vidrios. Las tiendas de hace tiempo eran de madera. No vi a ningún comerciante errante humano. El mundo humano si que ha cambiado mucho en poco tiempo. Las carrozas son de metal y ya no son tiradas por caballos. Esos chicos del bosque lo llamaron automóvil. No le preste mucha atención hasta ahora porque no era mi prioridad en ese momento. También el licor, está mucho mas refinado. La comida. Todo ha cambiado mucho. Me eh perdido de mucho en mi exilio. Estoy perdida en este mundo actual. También esta cosa. Los ladrones la usaban como arma. Creo que se llama pistola. El mecanismo es muy sofisticado. Los proyectiles que usa, están hechos de plomo y pólvora. Esta "pistola" tiene un sistema a base de resortes. Muy complicado para alguien como yo. Pensé que sería útil así que lo conserve").

-Pipi- se oye un pitido de un "automóvil grande", transporta madera, Sella es sacada de sus pensamientos por el ruido. El gran camión se detiene, un hombre con bastante masa y una barba frondosa se detiene y le habla.

-Oye señorita, ¿necesitas ayuda? La ciudad más cercana está a unos 500 kilómetros, está muy lejos al paso que vas. Te puedo dar un jale hasta allá.

La mujer lobo lo mira con interés, está confundida por el tono que usa el señor del vehículo. Ya que es muy diferente el acento y tono con los chicos del bosque y los ladrones. Este es un poco más grosero.

Como había pasado tiempo sola, aprendió ese idioma, aunque todavía era un poco complicado el acento que cada humano le ponía a las mismas palabras. Vieno que el señor espera una respuesta, esta suspira.

-Si, necesito llegar al pueblo, ¿serías tan amable de llevarme por favor?, te pagaré muy bien (mostrando un poco de los papeles que agarró de los ladrones).

-Jaja, será un placer. Sube.

Sella con una sonrisa tranquila se sube al camión mientras el hombre la mira con una mirada extraña. Esta lo ignora y solo disfruta del viento, mientras el conductor avanza con velocidad. El cielo empieza atardecer.

En todo ese tiempo, el hombre habla y habla, la loba solo asiente de vez en cuando, mientras sigue pensando en cosas vagas. Esta siente la mano del señor tocando su pierna, esta lo voltea a ver confundida por el acto.

-¿Qué estás haciendo?.

-Como dije, puedes quedarte con tu dinero. Me puede pagar de otra forma (relamiéndose los labios). Parece que vas en un viaje largo, por eso, te estoy ayudando a conservarlo. En cambio, solo pagaras con tu cuerpo. ¿Qué dices?. Sonriendo de forma depravada.

-Pagaré con dinero.

-No, no, no. No me estas entendiendo. Estas en mi camión, sola, en una carretera sin gente a la vista. Sabes a lo que me refiero.

El señor abruptamente frena su camión.

-solo tienes dos opciones, o te bajas de mi camión y sigues con tu camino en la oscuridad sin nadie que te proteja. O tienes sexo conmigo.

-bien, iré sola.

La albina sin titubear se baja del camión con intenciones de seguir a pie. Esto molesta al señor. Este se baja molesto por ser rechazado. La toma de la muñeca jalándola contra la puerta de su tráiler.

-maldita, solo aguanta un poco, terminaré rápido.

El hombre trata de besarla de forma forzada, contra su voluntad. Estando cerca de chocar sus labios con Sella, esta suelta un sólido de desagrado.

El Aullido de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora