La Amenaza Decepticon

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 El día comenzaba a oscurecer en Zootopia. Las luces de la ciudad brillaban sobre las calles, pero la calma usual de la ciudad estaba teñida de una atmósfera pesada. Algo se cernía sobre la metrópolis, y aunque la mayoría de los ciudadanos no lo sabía, esa sombra era la llegada inminente de los Decepticons.

En la comisaría central, Judy Hopps y Nick Wilde caminaban por los pasillos con un aire de determinación, ambos intentando procesar lo que habían descubierto en las últimas horas. La presencia de los Autobots, esos robots gigantescos que podían transformarse en vehículos, había cambiado su percepción del mundo. Y ahora, estaban a punto de formar una alianza que jamás hubieran imaginado.

"Sabes, Carrots, esto supera por mucho cualquier caso que hayamos resuelto," comentó Nick mientras avanzaban hacia el garaje trasero de la comisaría. "Cuando me uní a la fuerza, nunca pensé que acabaría trabajando con... bueno, con alienígenas robots."

Judy, más concentrada que nunca, asintió mientras se aseguraba de que su equipo estaba en orden. "Esto es más grande que nosotros, Nick. Si no actuamos rápido, Zootopia será arrasada, y no podemos permitir que esos Decepticons tomen el control."

"Sí, sobre eso... ¿De verdad los llamaron 'Decepticons'? Porque suena como si fueran los malos en una película de ciencia ficción."

Judy no pudo evitar una pequeña sonrisa, a pesar de la gravedad de la situación. "Lo sé, suena irreal, pero todo lo que hemos visto en las últimas horas lo es. No hay tiempo para bromas. Si esos Decepticons están aquí, debemos confiar en los Autobots para enfrentarlos."

Cuando llegaron al garaje, Sideswipe y Prowl los estaban esperando. Prowl, un Autobot de aspecto serio y disciplinado, había llegado hacía poco. Su vehículo, un elegante coche patrulla blanco con franjas negras, estaba estacionado de manera impecable al lado de Sideswipe. Su imponente figura metálica los observaba mientras se transformaba lentamente, mostrándose en su forma robótica. Sus ojos brillaban con un azul profundo, llenos de lógica y precisión.

"Oficiales Hopps, Wilde," dijo Prowl con su voz autoritaria pero controlada. "Estoy aquí para ofrecer asistencia. La amenaza Decepticon es real y no podemos subestimarla. La protección de esta ciudad es ahora nuestra prioridad mutua."

Nick, aunque impresionado por la presencia de Prowl, no pudo evitar hacer una mueca. "Genial, un robot que sigue más las reglas que Carrots. Esto será interesante."

Judy lo ignoró y se acercó a Prowl. "Necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir. ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que los Decepticons hagan su movimiento?"

Prowl cruzó sus brazos metálicos y proyectó un holograma de la ciudad sobre el suelo del garaje. En la imagen se mostraban varias áreas marcadas en rojo, indicando los posibles puntos de ataque. "Las actividades de los Decepticons han sido detectadas en la periferia de la ciudad. Según nuestros cálculos, están reuniendo recursos y fortaleciendo su posición. El líder Decepticon, Megatron, no tardará en movilizar a sus fuerzas para lanzar un ataque total."

Judy estudió el holograma, sus ojos recorriendo las marcas con rapidez. "¿Sabemos dónde atacarán primero?"

Prowl asintió y señaló una de las zonas en rojo. "Este sector industrial. Es un área estratégica para los Decepticons debido a la cantidad de energía y materiales que podrían utilizar para potenciar sus fuerzas. Si logramos adelantarnos a su movimiento, podríamos bloquear su avance."

Nick frunció el ceño, mirando las áreas marcadas. "Así que... básicamente, estamos a punto de enfrentarnos a una guerra en nuestra ciudad. ¿Y cuál es el plan para que nosotros, dos oficiales de la policía de Zootopia, no terminemos aplastados bajo un montón de metal alienígena?"

Prowl se volvió hacia él, con una expresión seria. "Seremos nosotros, los Autobots, quienes enfrentaremos directamente a los Decepticons. Sin embargo, su conocimiento de la ciudad será invaluable. Necesitamos su ayuda para coordinar una respuesta efectiva y mantener a los ciudadanos a salvo. Si trabajamos juntos, hay una posibilidad de que podamos repeler el ataque antes de que causen un daño irreparable."

Judy asintió con determinación. "Podemos manejar eso. Nos aseguraremos de que las áreas civiles estén despejadas y ayudaremos a contener la situación en la medida de lo posible."

En ese momento, un fuerte ruido sacudió el edificio. Unos segundos después, el sonido de una explosión lejana retumbó en el aire, haciendo que las luces del garaje parpadearan.

Nick levantó una ceja. "Dime que eso no es lo que creo que es."

Prowl dio un paso hacia la salida del garaje, transformándose de nuevo en su forma de coche. "Es el comienzo. Los Decepticons están aquí."

En el sector industrial de Zootopia, la situación era crítica. El cielo se había oscurecido, no solo por la llegada de la noche, sino por las columnas de humo que comenzaban a levantarse de los edificios. En el centro de todo, un grupo de Decepticons había comenzado su ataque. Starscream, el siempre traicionero segundo al mando de Megatron, sobrevolaba el área, dando órdenes con arrogancia.

"Destruyan las defensas y asegúrense de que nadie interfiera," gritó Starscream mientras descendía en forma de jet, transformándose al aterrizar en su imponente forma robótica. A su alrededor, Thundercracker, Skywarp y los Constructicons estaban causando estragos, arrasando con todo lo que encontraban a su paso.

"Pronto, esta ciudad será solo un montón de escombros bajo nuestro control," declaró Starscream, riéndose para sí mismo. Pero su arrogancia fue interrumpida por un fuerte rugido metálico.

Desde la distancia, Optimus Prime y los Autobots habían llegado. Bumblebee, Jazz, Ratchet, y el propio Optimus se abalanzaron sobre los Decepticons, listos para enfrentarlos. La batalla estaba a punto de estallar, y Zootopia se había convertido en el campo de guerra entre dos facciones de una lucha que venía desde más allá de las estrellas.

Optimus Prime, con su característica voz grave y poderosa, dirigió sus palabras a los Decepticons. "Starscream, no permitiré que tomes esta ciudad. Los Autobots defenderán Zootopia, cueste lo que cueste."

Starscream solo sonrió con malicia. "Optimus Prime, siempre tan heroico. ¿De verdad crees que puedes detenernos? Esta vez no te irás con vida."

De vuelta en la ciudad, Judy, Nick y Prowl se dirigían a toda velocidad hacia el epicentro del ataque. Prowl, en su forma de coche patrulla, cortaba el tráfico con una velocidad impresionante, mientras Judy intentaba mantenerse concentrada en los informes de radio que llegaban. Las noticias hablaban de explosiones, caos y robots gigantes en pleno centro industrial.

"Esto es una locura," murmuró Judy mientras se sujetaba al volante. "No sé si Zootopia está preparada para algo como esto."

Nick, que estaba a su lado, observaba las calles llenas de gente corriendo en pánico. "Bueno, Carrots, la buena noticia es que si sobrevivimos a esto, al menos tendremos un buen caso del que hablar en las fiestas."

Judy lo miró, claramente sin humor para bromas, pero Nick solo le devolvió una sonrisa tranquila. Era su manera de lidiar con la tensión.

Prowl, a través del sistema de comunicación del coche, habló con una voz firme. "Nos acercamos a la zona de combate. Deben estar preparados para actuar. Las fuerzas Decepticon no mostrarán piedad."

Mientras se aproximaban, pudieron ver a lo lejos los destellos de las explosiones y los enormes robots luchando entre sí. Autobots y Decepticons estaban enfrascados en una batalla colosal, y la ciudad de Zootopia estaba en la línea de fuego.

Judy apretó los dientes. "Debemos mantener a la gente a salvo. ¡Eso es lo primero!"

Nick asintió, mientras sacaba su radio para empezar a coordinar con las otras unidades policiales. "Roger, Carrots. ¡Vamos a hacerlo!"

: Zootopia: More Than Meets The EyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora