Capitulo 22

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-Siga- indicó Daniel dirigiéndose al cuarto

Era un lugar idílico para alguien como Betty. Tenia tres libreros absolutamente llenos, era un lugar grande pero pequeño con tantas cosas, había un escritorio con una lámpara grande y un teléfono elegante, una silla de oficina y cortinas que cubrían una pared, pero sin duda lo más encantador eran los libros

-No es exactamente como imaginé que sería un estudio suyo- dijo Betty asombrada

-Claro, recientemente le confesé que soy una persona a la que le gusta enormemente la lectura

-Por eso, yo pensé que tendría aún más libros- se burló ella aunque no lo pensaba, y Daniel quedó encantado.

-Bueno, si usted cree que son pocos, ¿cuantos libros espera que tenga un hombre para impresionarla?

-Impresionarme? Yo nunca me impresionó porque siempre hay alguien que ofrece más, el punto es quien está dispuesto a hacerlo... pero no me quejo, no tengo ni el nivel ni la posición de hacerlo, solo digo que pensé que alguien como usted no tendría un estudio, sino una biblioteca... cuantos libros son?

-Al rededor de 700, no podría decirlo, pero Beatriz, encuentro interesante lo que dijo, entonces estaría interesada no en quien tiene más, sino en quien está dispuesto a ofrecer más para impresionarla?

-Mmmm quizá, pero no busco que me impresionen,

-Pues me sentiría infinitamente halagado si logro hacerlo, quiere ver los títulos? Adelante...

En ese momento, Daniel recibió una llamada desde su celular, se disculpó con Betty y se dio la vuelta para contestar, dejándola cautivada y confundida,
Betty entonces comenzó a recorrer los libreros, buscando algo con lo que pudiera jugar y hacer comentarios sarcásticos con el Valencia, vio nombres de enciclopedias, libros de economía, ciencia, historia, biología, e incluso arte, pocas novelas y uno que otro clásico, sin duda no tenía libros baratos, casi todos de pasta dura... una colección de lo más sofisticada. Después apartó su vista de ahí, quiso recorrer además todo el lugar, lo analizo y lo encontró  intrigante. De pronto su mirada se posó en el bote de basura, pocas veces veía botes de basura elegantes, y ese era uno de ellos, era color crema de mármol, un poco alto y alargado, ¿qué tipo de basura tendría el Valencia? Quizá billetes arrugados. Betty no resistió la curiosidad y se asomó. Para su sorpresa solo encontró una tarjeta arrugada, era lo único que había.
Alzó la vista y vio a Daniel de espaldas con una mano en la cintura y la otra con el teléfono en la oreja. Entonces se atrevió a recoger la tarjeta con un poco de adrenalina, y justo cuando la tenía en sus manos, escuchó que el Valencia se despedía de su interlocutor, así que escondió la "basura" en el bolsillo de su suéter.

-Discúlpeme Beatriz, Marcela viene para acá, y a menos que quiera encontrársela, es mejor que la lleve a su casa de una vez- informó un poco frustrado- me hubiera encantado enseñarle mi balcón, pero en otra ocasión...

-No se preocupe, no tiene que seguir impresionando ojojoj, yo me voy sola, es mejor que esté aquí cuando llegue doña Marcela

-De ninguna manera, Marcela está con Armando en su apartamento y luego pasará por acá, aún tengo un poco de tiempo para llevarla- se ofreció, pues no quería desaprovechar seguir con ella, y en el fondo Betty tampoco.

-Está seguro Doctor?

-Completamente, vamos- entonces se dirigió a la puerta del ascensor.

-Beatriz, fue un gusto haberla recibido en mi apartamento. Espero algún día tener el placer de conocer su casa, me imagino que no se acomoda mucho a sus gustos personales, porque según se, está viviendo con sus padres. Aún así, no censuro esa idea si aporta económicamente, e incluso me parece una opción agradable. -Dijo Daniel cuando ya estaban de camino a la casa de ella- aún así, creo que para una mujer como usted, es doblemente valiosos encontrar un lugar propio para sobrellevar un estilo de vida más cómodo, también reconozco que no le sería nada difícil administrar su economía personal.

-Muchas veces e pensado en buscar un departamento, pero me resulta dificilísimo por los ideales de mis padres. Tal vez aportó económicamente pero eso no me garantiza comenzar a soltarme de ellos. Es... un asunto difícil

-Tan malos son sus padres? Porque no dudo que a alguien con su elocuencia le sea fácil convencer con argumentos a sus progenitores de hacer una vida propia. Beatriz, si algún día toma esa decisión, no dude en decírmelo y yo estaré dispuesto a usar mis palancas para que consiga un buen lugar- se ofreció, y Betty estaba conmovida

-Muchas gracias doctor, pero no creo que por el momento sea necesario, estoy trabajando en otros proyectos- a Daniel le interesaba profundamente conocerlos, pero permaneció en silencio por si la llegaba a incomodar

-Entiendo- se limitó a decir

El viaje no fue muy largo, ni tampoco silencioso como Daniel había prometido que sería el día anterior. Se dedicaron a intercambiar opiniones de economistas, y hasta cierto grado, Daniel proponía argumentos de los que estaba seguro que Betty correspondería, solo con el fin de obtener su aprobación, pero también le encantaba discutir puntos de vista diferentes a los de él, y comprobar lo bien que se desarrollaba ella en una conversación intelectual.

-Llegamos- dijo Betty interrumpiendo la discusión

-Que pena, con lo bien que me estaba explicando cómo sería un mundo completamente diferente si no existiera el dólar. Pero bueno, creo que es mejor que piense en cómo hacer para sacar de mi mente todas las ideas que me metio- jugó él, verdaderamente desolado de que el viaje hubiese terminado

-No se moleste, guárdelas para la próxima vez que intente refutar mis opiniones, así sabrá cómo manejo mis argumentos y podrá debatirme ojojoj- sonrió ella y se bajó del coche

-Que pase buena noche doctor- se despidió desde la ventanilla, olvidando casi por completo lo sucedido con Armando

-Que pase buena noche, doctora- respondió el Valencia con una sonrisa inconsciente que Betty nunca había visto

Esta vez, el Valencia se quedó esperando a que Betty se metiera a su casa, a diferencia de las otra veces en las que se iba rápidamente. Al último segundo, Betty se giró y le dedicó una pequeña despedía con la mano, pero Daniel no le correspondió pues estaba muy concentrado pensando en su conversación de hace un momento, recordando la agilidad de ella para pensar con claridad y exponerle con elocuencia sus posturas. Definitivamente nunca había conocido a alguien como Betty. Incluso cuando ella estuvo adentro, Daniel no le dijo nada al chofer y se quedó unos segundos pensativo. Después, como si algo lo huevera despertado, ordenó que regresaran a su apartamento, donde seguramente ya estaba llegando Marcela





Qué creen que es la "basura" que recogió Betty? 😻

Puedo llamarla esta noche? Daniel X Betty Donde viven las historias. Descúbrelo ahora