。⁠.゚⁠+𝚂𝚒𝚛𝚒𝚕𝚊𝚔。*⁠・

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Una hora más tarde

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Una hora más tarde

Las tres chicas iban en un taxi de camino a encontrarse con Wisanu en la puerta del estudio de tatuajes.

- No entiendo porque nos tuvimos que tomar un taxi. No te bastó con hacerme mudar a ese nido de ratas donde no puedo pegar un ojo porque si me duermo, estoy segura de que la rarita es capaz de secuestrarme para sacarme la piel y hacerse un tapado - protestó la tailandesa nuevamente. Desde que Orm le había arrebatado de un manotazo las llaves de su auto, la cara de Ying no había cambiado. Se subió al taxi, se cruzó de brazos y se encargo de actualizar sus protestas a cada rato - ¿Qué tienes contra mi Orm? ¿Por qué no dejas que use mi hermoso coche? - presionó.

Orm no quería volver a contestar la misma pregunta, no quería que Ying la sacara por tercera vez de sus pensamientos. Su mente estaba en el lugar que quería y no quería interrumpirla, Así que decidió ignorar a su amiga una vez más.

La empresaria no entendía su cuerpo, no entendía su mente, no entendía como se comportaba cuando Lingling estaba frente a ella. Cuando la chica dormía, qué más hubiera querido Orm que acostarse a su lado y mirarla sin cansancio. Cuando despertó asustada por el abrupto acercamiento de Prigkhing, Orm no pudo evitar querer tomarla entre sus brazos y tenerla segura entre ellos hasta que la morena se tranquilizara. ¿Pero cómo podía hacer eso si la otra chica apenas permitía que estuvieran a unos cuantos pasos de distancia? Se preguntó a sí misma. Pregunta que la hizo mirar a la morocha que tenía a su lado, Prigkhing. La chica había visto lo mismo que ella, la bailarina también había presenciado la forma en que Lingling llegó a temblar por el solo hecho de tener las manos de Orm en cada uno de sus brazos. Evidentemente a la morena la ponía incomoda la presencia de otras personas a su alrededor, y ni hablar de que otra persona se acercara a ella o intentara tocarla. La misma Orm alcanzó a ver como apenas salían por la puerta del departamento, todo el cuerpo de la otra chica se relaja, y si no hubiese sido porque en ese momento Ying había empezado con sus chillidos, la rubia hubiera jurado que escuchó a Lingling suspirar.

- Si yo hubiera manejado ya hubiéramos llegado ¿Sabes? - al parecer Ying no se callaba - si yo hubiera manejado ¡Mi coche!, no tendríamos que ir todas apretujadas en este mugriento carcacho y...

- Hazme el favor de callarte Ying - La chica lo había logrado, había logrado que Orm saliera de sus pensamientos - ¿Cuántas veces tengo que explicarte que por unos meses hay que tratar de pasar desapercibidas? ¡Contéstame Ying! ¿Cuántas veces tengo que explicarte? - insistió irritada

La chica cruzó aun más sus brazos de ser posible - Si no me dejaste usar mi Porsche, al menos hubiéramos salido en tu Mercedes - alcanzó a murmurar

Gracias a Dios que el taxista frenó antes de que Orm pudiera contestar. La rubia pudo divisar a un impaciente Wisanu en la vereda.

- Dijeron en una hora - les reclamó el chico apenas las tuvo de frente.

𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚝𝚒 ଘ|ଓ [LingOrm] [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora