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Mismo día a la noche – En el departamento

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Mismo día a la noche – En el departamento

- ¡Mierda! – era la única forma de expresarse que tenía Orm cada vez que miraba el reloj. Ya eran la una de la madrugada y no había indicios de que Lingling pisara el departamento. Apenas pasó la puerta del estudio de tatuajes, salió decidida a esperar a que la chica llegara a su departamento y hacerle las miles y miles de preguntas que tenía dándole vueltas en la cabeza desde que la conoció. Pero esperar a Lingling no estaba siendo nada fácil.

La tarde entera había sido un suplicio. Primero fue Ying quejándose por todo, desde la poca presión que Orm había puesto sobre Lingling acerca del tatuaje, hasta de como Prigkhing le había dado el teléfono a ese "blanquito twink", según palabras de la misma tailandesa. Por supuesto que esto desató una pelea entre ambas chicas dejando nuevamente a Wisanu, que aun seguía un poco agitado por el susto que le pegó Lingling, y a la misma Orm entre medio de ellas nuevamente. Y por supuesto que después de eso todo siguió con Prigkhing yéndose a dormir al departamento de Wisanu y con Ying yendo a algún bar de mala muerte a buscar cualquier chica con la que pudiera pasar la noche. Objetivo que la tailandesa cumplió a la perfección, porque horas más tarde, cuando Orm estaba empezando a leer un libro que le ayudara a pasar más rápido el tiempo, su amiga cayó con una pelirroja ebria que fue a parar derecho a la habitación de su socia.

La pelea de Prigkhing y Ying fue el único momento que Orm no quiso ver que Lingling apareciera por la puerta, si llegaba a ver la dramática forma en que Prigkhing lloraba y la exagerada forma en que Ying la trataba, la empresaria estaba segura que se quedaba sin su socia. No conocía a Lingling, pero por la forma en que se había preocupado por la bailarina, Orm dedujo que la morena tenía un lado protector muy desarrollado.

Otra de las cosas que Orm optó por hacer ese día con vistas a que el tiempo fuera más rápido, fue llamar a sus padres. Ella venía de una familia muy unida y donde el respeto, cariño y comunicación nunca habían faltado, por eso tanto sus padres, su hermana o ella, se encargaban de hablar a diario y de decirse cuanto se extrañaban.

La conversación con su padre fue desde campeonatos de golf, a obligar a que Orm le prometiera que los iba a visitar, a cuanto la extrañaban en Los Ángeles, a recordarle cuanto Thanacharp detestaba al vago de su novio, hasta los negocios de Orm en New York. Por su parte Koy, su madre, le contó acerca de cada preparativo que la pareja estaba llevando a cabo para el aniversario de sus bodas de plata, le chismeó acerca de su vecino y la manía del hombre de mirar a su madre mientras esta toma sol en la pileta, despotricó también en contra de su novio y finalmente, para sorpresa de Orm, le preguntó por Lingling.

Ahora bien, estos dos últimos temas consultados por cada uno de sus padres, eran dos mundos distintos para Orm. Mientras en los negocios la rubia se movía como un pez en el agua, con Lingling parecía el padre de Nemo entre las anémonas, sabía que si hacía un paso en falso se podía quemar o algo parecido. Orm tenía un talento natural para los negocios, ya desde chica lograba que el estúpido vecinito de la casa donde creció, le cambiara el delicioso helado de dulce de leche cubierto en chocolate por su sana manzana, para ella era simple y todo le resultaba a su favor. Con la morena era distinto, con Lingling sentía que perdía cada vez que hacía un intento para acercarse a ella.

𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚝𝚒 ଘ|ଓ [LingOrm] [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora