Buscando las piezas de mi rompecabezas (BORRADOR)

Capitulo 6. "Fantasmas que estarían mejor siendo muertos"

Kelly

Ya me voy mamá- grito para despedirme, hoy es su día libre y estará acá todo el día

-No olvides sobre lo que hablamos cariño- dice apareciendo y se a que se refiere pero simplemente quiero ignorarla, no quiero tocar ese tema

-Se que te afecta cariño pero, ¿Puedes intentarlo?- se que nada de lo que paso es su culpa

-Lo intentaré pero si no me nace no haré nada- digo y ella me abraza diciendo que me ama y que soy una chica fuerte

Vivo solo con mamá desde hace 2 años cuando se separo de papá

Llevaban casados 10 años y a mamá le costó separarse de él, pero las circunstancias la obligaron y esas circunstancias son las que provocan que ella sienta que me debe algo cuando no es así.

~☆~

- No te he visto durante una semana creo- me hace pucheros Grace. -Tienes que contarme que paso en la cita con William-

Ahh la cita con William, no puede sacar tanta información de Erick, simplemente que vive solo por el momento, no hallaba como preguntar sobre Erick, sin que se viera raro, y lo único que conseguí luego que le preguntara sobre su circulo social, fue Erick y otro chico que no recuerdo, y le dije que Erick era extraño en su conducta y me dijo que le diera tiempo que era un gran chico -Claro pensé yo- pero eso no le podía decir a Grace

- Estuvo normal- digo con insignificancia

-NORMAL!!!!!- grita tanto que tengo que detenerme de caminar porque nos ganamos unas cuentas miradas y como si fuera cosa del destino choco con alguien o más bien con William

-Hola, ¿Cómo estás Kelly?- dice y me pregunto que estaré haciendo yo para no tener momentos en paz ¡hoy pido un momento en paz!

-Hola William, me encuentro bien como logras ver- digo con desdén para que se vaya

- Te ves hermosa- dice mientras me da un beso en cachete, el cual me ha dejado paralizada y se va.

- Eso, ¿¡Es normal!? - Dice y no logro articular una palabra hasta unos segundos después

-Enserió Grace no pasa nada

-Pero no ves que lo traes babeando y dice que no es nada. Kelly tienes unos de los chicos populares y guapo detrás de ti, eso claramente no es normal!-

-Oye, no quiero hablar sobre William- digo y es como si notará el porque y pregunta

-Lo has intentado?- y yo niego con la cabeza

-Sabes muy bien que no es obligación tuya Kell, ¿Quieres que me quede para ayudarte?- y es lo que menos quiero que ella observe eso.

Le doy un abrazo para despedirnos y promete que estaré bien, que cualquier cosa le avisaré y que nos veremos este fin de semana en casa de Gregory, su casa ahora.

~☆~

Casi medio día y no logro sacar ese favor que me pidió mamá en mi cabeza. Se que no me pidió que lo hiciera pero que lo intentara.Sería un avance ¿no?

¿Y si vuelves a sentirte igual? ¿Reaccionará como siempre? ¿Contestara?

Mi mente se empieza a sobrepasar y se lo que sucederá si no hago algo así que sin pensarlo marco el número que esta en pantallas sin pensarlo y esta repicando

Luego después de sonar 3 veces contestan

-Hola? Kelly eres tú?

-Hola, eh, si soy yo.- digo si más, no se que más decir, no se como reaccionar, hace como 2 años o más que no hago esto.

-Así qué...- se queda en silencio pero luego de unos segundos prosigue- Cómo están? Cómo va la universidad?

-Estamos bien, las clases van bien, gracias por preguntar- y vuelve ese silencio abrupto, ese silencio que se que no soportare más

-Te llamaba por...

-Lo sé, gracias!- dice, y siento que mi corazón se saldrá, tenía mucho sin escuchar su voz, duele escucharlo, tanto que mis ojos se me llenan de lagrimas que no caen, lágrimas que no derramare porque he derramado muchas

-Feliz cumpleaños Papá- digo cortando la llamada y sintiendo un gran vacío en mi

¿Porqué dueles tanto? ¿Porqué no dejas de doler? ¿No sería mejor que sigas siendo un fantasma en mi vida?

Lo peor es que yo misma te busco, porque te amo, a pesar de todo, te sigo amando.

Y en eso fluyen mis lagrimas sin poder retenerlas se que dije que no lloraría pero me es inevitable

Estoy en el baño del campus así que me limpio las lágrimas y salgo
En el pabellón se acerca alguien y me dice:

- Mírate eres toda una mojigata- y de repente, veo que esta cerca de mi, demasiado cerca que me causa repulsiones pero logro atenerme a vomitar y volteo, le levanto la vista porque claro que ¡es más alto que yo!

-No te hagas la santa, se que no sientes nada por William y no lo niegues, no lo lastimes ni utilices porque no sabes con quien te metes- dice tan amenazador que lo que hago es reírme en su cara sin perder su vista.

-No siento nada por él, y lo se lo he dejado bien claro, y que, ¿ahora eres Niñera?- hago un gesto de burla, pero lo que pasa me deja desconcertada

Me toma del brazo tan fuerte que me está lastimando

-Oyeme bien Katy, Keiry, o como te llames, no juegues con William, porque es como un hermano para mi y si lo lastimas en verdad tendrás serios problemas conmigo-

Trato de ocultar mi miedo pero en verdad me estaba lastimando tanto que cuando me quito de su agarre abruptamente se que quedarán marcas

-Te he dicho y se lo he dicho a él y por si no te queda claro te lo repito "No-me-interesa-tu-amiguito" -deletreo para que entienda, y giro para que no vuelva a agarrarme de esa manera y tampoco me toque

Porque aunque tu toque fue feroz y agresivo, no puedo negar que sus manos son grandes, y son pesadas, se sentían calientes conforme a mi cuerpo helado

-Te estaré vigilando- dice mientras me marchó y sonó como una amenaza tanto que me erizo la piel, y no me quedo más que irme

~☆~

Al llegar a casa, encuentro una nota de mamá en la mesa:

"Si no me encuentras, no te preocupes; estoy haciendo unas compras y necesitaba algunas cosas extras. Te dejé la cena hecha. Te quiere, mamá."

Una ola de vacío me envuelve al leer las palabras. Me dirijo al baño y enciendo la ducha, esperando que el agua caliente pueda lavar, al menos en parte, el peso de la conversación reciente con mi padre.

A pesar del calor del agua, me siento helada por dentro, como si el eco de su voz y las palabras no dichas hubieran dejado una marca gélida en mi interior. Me envuelvo en una toalla y salgo del baño, sintiendo una profunda sensación de insignificancia. Me visto de manera automática, sin mucha energía, el tiempo parece dilatarse mientras mi mente lucha con el torbellino de emociones.

La llamada con mi padre ha reabierto viejas heridas y, con cada minuto que pasa, el dolor del pasado se siente más intenso. Me siento atrapada en un torbellino de recuerdos que no consigo poner en orden. Colapsando sobre la cama, busco consuelo en las sábanas, pero solo encuentro una sensación de desesperanza.

Las lágrimas empiezan a brotar sin aviso, cada sollozo un eco de las partes de mi vida que aún no he logrado reconciliar. Las lágrimas caen sin cesar, y, a pesar de mis esfuerzos por detenerlas, el dolor parece consumirlo todo. Miro al techo, intentando hallar alguna respuesta, pero lo único que encuentro es un vacío que refleja mi tormento interno.

Finalmente, el agotamiento se apodera de mí. Con el corazón pesado y los ojos aún húmedos, me acurruco en la cama. El llanto se disuelve en un sueño inquieto, mientras la tristeza me envuelve y me arrastra a un descanso en el que las piezas de mi rompecabezas siguen sin encajar, dejando la noche llena de inquietud y desolación.

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