Cap. 3 "Algún día tendrás que caer"

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Chase Roussel.

Complicado.

Esa es una de las palabras que definen a mi amigo Ethan.

Él siempre logra complicar las cosas mas simples, como lo es decir "si, me la quedo" o "no, mejor sigo buscando", aunque después de ver este lugar, estoy seguro de que aceptará quedarse con la casa.

—  ¿Y bien? — le pregunté a mi amigo —, ¿Te gusta sí o no?

— aún sigo con la duda — dijo el aún dudoso.

— hay vamos, ¿Qué tan difícil puede ser tomar una simple decisión de "si" o "no", o "no me gusta pero la puedo arreglar" o "si me gusta pero la decoración es de mal gusto y la puedo arreglar de todas formas" — dije tratando de hacerlo entrar en razón —. Porque conociéndote se que no te gustó mucho el ambiente, aunque crees que es un poco acogedor.

Yo sé que le gustó, solo que su ego es tan grande que no quiere admitirlo. Me atrevo a decir que su ego es incluso mas grande que esta mansión.

— y eso que no ha visto la piscina por la noche — dijo el señor Lemaire con una pequeña sonrisa de boca cerrada —, es una belleza.

— en eso concuerdo contigo amor — se acercó la mujer a su esposo y le dió un beso en los labios, mientras sonreía tiernamente. Se volteó hacia mi amigo mientras su esposo la tomaba por la cintura, y ella posaba una mano en la espalda del hombre. Que linda pareja —. No te estamos presionando, puedes tomarte tu tiempo.

— no es necesario — dijo al cabo de unos minutos de profundo pensamiento. Todos volteamos a verlo —. Ya tomé una decisión.

— ¿Enserio? — pregunté incrédulo.

— si — dijo con un tono de molestia —. ¿Algún problema con eso? — me miró mal, se que no le gusta que lo interrumpan.

— tranquilo hombre — levanté las manos en señal de paz, aunque no creo que haga algo como atacarme. Al menos no en frente de otras personas.

— continúa — le dijo la señora Lemaire. Aunque no tiene mucha pinta de señora la mujer, debe tener unos treinta y cinco años, talvez un poco mas.

Genial, ahora me estoy volviendo igual de observador que Ethan. Solo bromeo.

Él susodicho se aclara la garganta para que le prestemos atención, la cual recibe luego de ese acto.

— bueno — habló mi amigo —, está es mi decisión... yo_

— ¡Habla de una buena vez! — lo interrumpí para que no anduviera con tantas vueltas. El me lanza una mirada matadora con esos ojos azules como el mar que tiene —. Continúa.

— he decidido no quedarme con la casa.

— ¡Si, lo sabía! — celebré sin haber prestado mucha atención a lo que dijo. Caí en cuenta — espera ¿Qué? — se me bajo el ánimo —, ¿Escuché bien? Es una broma ¿Verdad? — le dije a Ethan tomándolo por los hombros, listo para sacudirlo en caso de haber escuchado bien.

— no es broma — dijo serio. No está mintiendo, o al menos eso aparenta.

— ¿Nos disculpan un momento? — les dije a los señores Lemaire.

— por supuesto — dijo la señora Lemaire.

El señor Lemaire solo asintió y llevé a mi amigo al comedor que se encuentra al aire libre.

— conociéndote bien, debe haber algo que te impida querer esta casa — le dije cruzando los brazos. Todo rastro de diversión se esfumó de mí.

— como bien sabrás, casi nada en esta casa me llamó la atención, solo el patio tracero — dijo serio como siempre. ¡Ja! Se eso muy bien, conozco casi todos sus gustos, pero a mí no me engaña.

Digno De Ser Llamado El ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora