Una mano la puso en sus nalgas, con la otra fue recorriendo su ingle. No hizo ruido, se le daba bien pasar desapercibido. Entonces se sentó en la mesa. Era grande, pero se puso al lado del maestro.
Pablo le miraba, él no podía verle, lo que le excitaba más.Con suavidad, agarró el tronco de su polla y subió hasta la parte superior, y empezó a tocarse. No podía verse la polla, pero podía sentirla. Se tumbó en la mesa sin hacer ruido, sus miradas se cruzaron, y el ritmo se aceleró. Tenía que morderse los labios, si no corría el riesgo de lanzar un gemido.
No llevaría ni dos minutos cuando el maestro se levantó y recogió sus cosas. Se despidió de la profesora que estaba sentada y salió de la sala.
Antes de que se cerrara la puerta, Dani salió con la polla aún en la mano. Se topó con el frío invernal y deseó estar vestido. Siguió al profesor, intentando esquivar a la gente en ese estrecho pasillo. Y si le dio a alguien, nadie dijo nada.
El profesor llegó hasta el ascensor y se metió en él. Dani logró colarse, llegando en el último momento. Pronto deseó no haberlo hecho, la puerta se cerró y dejó a los dos hombres en ese estrecho cubículo.
El hombre se puso en una esquina, en una posición en la cual podía verse en el espejo. Hizo un ademán de colocarse el flequillo, pero se río al comprobar que no tenía.
Como en una sucia fantasía, el calvito dobló el hombro y lució un bíceps como una bola llena de venas. Inmediatamente después, la polla de Dani se levantó y este siguió con la paja.
El profe se contemplaba con una sonrisa, orgulloso de su cuerpo. Se levantó la camiseta, revelando un six-pack muy marcado. Dani deseaba llenarle esos pectorales con su semen. Tenía dos cachos de tetas con poco vello. El chico las había visto en los vestuarios, queriendo probarlos.
Con la mano libre, empezó a tocarse su propio pecho. En ese momento Dani supo que se iba a correr.Y lo hizo. Puso las dos manos en la punta, para parar la corrida, y funcionó. Pero volvió la cabeza y el profesor le contemplaba, asustado.
-¿Que cojones haces aquí?
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El marica invisible
Любовные романыUn día, Daniel amanece siendo invisible. Lejos de preocuparse o avisar a sus padres, decide explorar su homosexualidad... sin que nadie pueda verle.