𝐂𝐫𝐢𝐦𝐬𝐨𝐧 𝐃𝐞𝐯𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧 | Hyunho

Capitulo 2 - Hyunjin

10 de Febrero 2023

"Hay fragmentos, destellos que me atormentan. Como si mi mente hubiese puesto un velo entre ese momento y el ahora.

Aún así puedo ver imágenes borrosas: el sonido de tus pasos acercándose, la sensación de tu mano apretando mi brazo, mi respiración entrecortada mientras sentía cómo lentamente, de lo que creo que era mi nuca, escurría un hilo de sangre.

Y con él, mi mundo alrededor se volvía cada vez más pequeño.

Recuerdo mi desesperación, cómo intenté luchar, pero todo se volvió difuso, como si el miedo hubiera nublado mi consciencia.

Luego, el sonido de una puerta cerrándose de golpe, una fuerza tirando de mi, y después, nada. Todo se desvanece en una bruma espesa de confusión y miedo.

Mi cabeza y mi mente duelen. Cegado de un vacío abrumador me privas a toda costa de mi propia vida y me encierras en tu trastornado sentido del amor.

No recuerdo con certeza cómo llegué aquí, y eso es lo que más me aterra... lo que no puedo recordar."

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Las cuerdas mordían mi piel cada vez que me movía. Sentía mis muñecas en carne viva, pero eso era lo de menos. Lo que realmente me carcomía era la oscuridad constante, el frío de la habitación, y sobre todo, el incesante miedo que se arremolinaba en mi pecho, un miedo que no me dejaba pensar con claridad.

Era como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que vi la luz del día. Y si bien no me equivocaba, sabía que había cumplido la primer semana en esta prisión, en este abismo donde Minho me tenía encerrado.

El tiempo parecía desdibujarse. Las horas eran una secuencia interminable de miedo y desesperación. La luz apenas se filtraba por las rendijas de la habitación, y solo sabía que era de día o de noche por el cambio en la intensidad de la oscuridad. Mi cuerpo, entumecido, comenzó a ceder, pero mi mente no, mi mente seguía luchando.

Sin embargo, temía que, sin darme cuenta, perdiera la noción del tiempo, y con ello, perdiera todo sentido de lo que soy y alguna vez fui.

Llevaba horas escuchando sus pasos acercándose, siempre a la misma hora, siempre con la misma cadencia y a causa de, mi cuerpo se inundaba de un miedo frío que me recorría desde lo más profundo de mi ser.

Minho trataba de hacerme sentir "seguro." Me hablaba en un tono dulce, me sonreía, no me tocaba. E incluso me daba de comer y beber en la boca. Así sin desatarme. 

Minho... La única presencia constante, el único rostro que veía durante los últimos días, y sin querer aceptarlo, probablemente por las próximas semanas o incluso meses.

Un paso en falso significaría un paso más a mi prematuro final.

Y luego estaba él. El otro.

Un extraño apareció en la casa, alguien que nunca había estado allí antes. Lo escuché por primera vez en alguna habitación lejana, hablando con Minho.

A juzgar por lo poco que escuchaba, esta nueva voz se mantenía en un tono más bajo que de repente se entremezclaba con la de Minho, sonaban casi igual. Juré escuchar una de esas voces reír suavemente, pero no pude diferenciar cuál de las dos personas había sido.

No pude oír claramente lo que decían, sin embargo, de un momento a otro las palabras sonaban cada vez más golpeadas a la par que ambas voces se alzaban de repente. Entrelazándose con el sonido de algo golpeando las paredes y gritos amortiguados.