12 de febrero 2023
"El placer no está en la sangre, ni en el sufrimiento. El placer está en el control. En saber que puedo moldear el destino de alguien con un solo movimiento, una palabra, una mirada. No es la muerte lo que busco, es el momento justo antes de que rompan... esa frágil línea entre la esperanza y la desesperación.
Yo prefiero ver cómo alguien se derrumba desde adentro, cómo se retuercen intentando aferrarse a una idea inútil de salvación. Es más limpio, más elegante... más mío.
Al final, todos somos animales disfrazados de humanos, buscando nuestro próximo juguete para destruir. Solo que yo no pretendo ser algo que no soy. No me interesa la mentira de la normalidad. Nunca me ha interesado.
Mientras todos se pierden en su desesperación, yo me mantengo al margen, esperando el momento perfecto para intervenir. Siempre vigilante, siempre listo. Después de todo, el que controla el caos... gana el juego."
Porque en este mundo, o eres el que sufre, o el que hace sufrir. Y yo siempre he sabido exactamente quién soy."
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El bosque era nuestro patio de recreo. Un laberinto natural que nos permitía mostrar nuestra cruda naturaleza desde niños. Un lugar donde la luz se filtraba a través de las hojas, y donde cada sombra era una oportunidad.
Teníamos una hora, una sola hora para determinar quién sería el campeón en esta ocasión. El juego era simple, brutal, y solo los tres lo entendíamos a la perfección.
Un juego de caza en medio del bosque cuyo ganador sería quien trajera la presa más grande. Porque, aunque no supiéramos por qué, arrebatarle la vida a seres más pequeños que nosotros era una actividad estimulante, llena de adrenalina de la cual solo teníamos que dejarnos llevar a donde la dopamina nos llevara.
La emoción de ver a un ser vivo sin saber cómo defenderse de un ser mucho más grande y fuerte siempre me pareció satisfactorio. Pobres cosas, nunca sabrían qué les ocurría; golpeando o rompiendo sus pequeños huesos sin que lo vieran venir.
Y a eso jugábamos, memorias llenas de risas cómplices y un vínculo fraternal casi inquebrantable.
Minho, como siempre, avanzaba por los matorrales en silencio, con una pequeña daga en la mano. Su presa la quería cuerpo a cuerpo. Era un cazador paciente, casi depredador, con la mirada fija en los movimientos del follaje que delataban la presencia de algún animal cercano. La última vez, él había ganado cazado una gran liebre a la que con sus propias manos le rompió las patas y finalmente el cuello. Recuerdo su expresión de satisfacción.
Aún grabada en mi memoria.
Yo, el más joven de los tres, sostenía con fuerza mi arco casero, improvisado con una rama flexible y una cuerda o hilo resistente. Mis ojos escaneaban el área. Sabía que no podía competir en fuerza física ni en astucia como mis mayores en ese momento, pero mi precisión a distancia era incomparable. El peso de la competencia me apretaba el pecho. La última vez, solo había logrado cazar una ardilla gorda, y el recuerdo de la liebre de Minho me carcomía. Hoy, mi misión era clara: no solo cazar, sino asegurarme de que Minho no volviera a ganar.
A lo lejos, vi a Minho moverse sigilosamente, acechando a lo que parecía ser el trofeo de esta partida: un bonito zorro joven de un color rojizo con destellos anaranjados, provocados por la luz de la tarde. Este animal, era considerablemente más grande que la liebre pasada.
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𝐂𝐫𝐢𝐦𝐬𝐨𝐧 𝐃𝐞𝐯𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧 | Hyunho
FanfictionCuando Hyunjin despierta en una habitación desconocida, atado y confuso, solo hay una certeza: Minho, el hombre que creía conocer, está detrás de todo. Pero el amor de Minho va más allá de la razón, más allá de la humanidad misma. Con una obsesión e...