𝐂𝐫𝐢𝐦𝐬𝐨𝐧 𝐃𝐞𝐯𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧 | Hyunho

Capítulo 5 - Hyunjin

Trigger Warning: Autolesiones, maltrato animal.

?? Febrero, 2023

El tiempo empieza a convertirse en un concepto ajeno, una ilusión que se desdibuja en medio de esta oscuridad sin fin. Los días parecen ya no importar, las noches parecen ya no existir. Solo hay frío, paredes que parecen cerrarse a mi alrededor y el eco de mis propios pensamientos, que golpean mi mente sin descanso.

Siento que me estoy disolviendo en esta negrura, perdiendo lo que soy. ¿Cuánto más puedo soportar antes de convertirme en nada? Antes de que lo único que quede sea el vacío, una sombra sin identidad ni voluntad. El miedo se ha asentado en mi ser, en mis huesos, como una segunda piel.

Minho. Tu presencia es constante, incluso cuando no estás. Has impregnado cada rincón de mi mente, de este lugar, como un veneno que me consume poco a poco. No puedo huir de ti, ni en el silencio, ni en la penumbra.

Tus palabras resuenan como una sentencia, y cada vez que cierro los ojos, siento que te acercas un poco más, como si incluso mis sueños te pertenecieran. Aquí, entre estas paredes selladas, no tengo escapatoria.

Ya no es solo miedo a lo que me rodea... es miedo a lo que estoy permitiendo que hagas conmigo.

Me estoy rompiendo, poco a poco, y en el espejo roto que es mi mente, temo no volver a reconocer mi propio reflejo. 

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Flotaba en un vacío que no podía entender. El aire era pesado, sofocante, y una neblina rojiza me rodeaba como si fuera parte de mí, como si hubiera estado ahí siempre, esperando envolverme. Todo era oscuro, y un frío que me quemaba la piel como cortadas. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado, pero sentía que no importaba. Intentaba moverme, avanzar, pero mis piernas se sentían como si estuvieran atadas, atrapadas en algo que no podía ver.

Frente a mí, surgió una figura que pude divisar; la única figura que podía distinguir de entre lo demás. Reconocí su cabellera azul en cuanto lo vi. Era Changbin. Mi novio... o al menos eso pensaba.

Su figura estaba ahí, pero a la vez, tan lejos que parecía inalcanzable. Lo llamaba, o intentaba hacerlo, pero mi voz no salía. Solo había un silencio denso que se tragaba mis palabras antes de que pudieran formarse.

Changbin me miraba, pero no de la forma en que solía hacerlo. Ya no había calidez en sus ojos, solo decepción. Lo veía retroceder poco a poco, mientras yo intentaba avanzar, pero cuanto más me esforzaba por alcanzarlo, más se alejaba. Un dolor punzante me llenaba el pecho, una culpa que no podía soportar.

Había fallado.

Flores rojas... habían flores rojas que brotaban de la nada entre nosotros. Parecían hermosas, perfectas, pero cuando me agaché para tocarlas, me di cuenta de que algo estaba mal.

 Sangraban. 

Gotas espesas de sangre caían de los pétalos, manchando mis manos en cada toque, esparciendo un olor metálico que me hacía querer vomitar. Intenté recogerlas, salvarlas de alguna manera, como si al hacerlo pudiera arreglarlo todo, pero las flores se deshacían entre mis dedos. Se marchitaban.

—Changbin... —intenté llamarlo, pero mi voz no salió.

Él seguía alejándose, cada vez más distante, su figura desvaneciéndose en la neblina. Me estaba dejando atrás, y lo peor de todo era que yo lo entendía. Sabía que lo merecía.