Por el precio de un alma- drarry- severitus

Parte sin título 18

Varias semanas después, llegaron las vacaciones de Pascua, lo que significaba que Harry finalmente iba a tener su ojo protésico, o mejor dicho, sus ojos. Kirith le había enviado un folleto con todas las opciones disponibles y él estaba enamorado de un ojo mágico que le permitiera ver a través de las cosas, como el de Moody. Sin embargo, el suyo no sería tan desagradable; el de Moody era viejo y las prótesis habían avanzado desde entonces, por lo que el ojo de Harry sería del mismo tamaño que el normal, aunque seguiría siendo de un azul eléctrico. Sin embargo, se le exigiría que tuviera una prótesis que solo le permitiera ver con normalidad para cuando finalmente se presentara a sus exámenes TIMOS y EXTASIS, y para la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos, para asegurarse de no hacer trampa en absoluto.

También tuvo que sentarse, retorciéndose de vergüenza todo el tiempo, mientras Snape le daba un sermón sobre el comportamiento apropiado cuando tenía un ojo mágico, y que si lo usaba para espiar a la gente, entonces tendría prohibido usarlo en la escuela. Harry no tenía absolutamente ninguna intención de usar su ojo para nada de lo que Snape insinuaba, a pesar de las vulgares sugerencias de Cid sobre lo que haría si pudiera ver a través de las paredes. No porque no quisiera, sino porque en cierto modo quería y se sentía bastante culpable solo de pensarlo.

Estuvo en la Casa del Ciervo Negro durante todas las vacaciones, su primera vez pasando las vacaciones de Pascua lejos de Hogwarts, y el 7 de abril Sirius fue con él a San Mungo.

—¿Listo, niño? —le preguntó Sirius.

—Sí —dijo nervioso.

Kirith se reunió con ellos y presentó a Harry a otro neurosanador, William Gibbs, y le describieron el procedimiento. Le darían una poción calmante y un supresor del dolor y luego le quitarían el ojo izquierdo y le colocarían la prótesis. Una vez que tuvieran el tamaño adecuado, Gibbs trabajaría en la fabricación de los nervios y en su conexión a las dos prótesis, mientras Kirith se sentaba a hablar con Harry y a realizar pequeñas pruebas para asegurarse de que los nuevos nervios no interferían con ninguna otra parte de su cerebro y para estar alerta ante una convulsión.

—No da tanto miedo como parece —le aseguró Kirith—. Ya lo hemos hecho muchas veces sin ningún problema. Volverás a Hogwarts el próximo semestre y asquearás a tus amigos sacándote los ojos en la mesa.

Sirius no podía estar en la habitación con él, pero se sentó con Harry hasta que la poción calmante hizo efecto y luego Kirith lo condujo a la sala de operaciones. Se sentó en una silla de operaciones, tomó el analgésico y observó con una especie de vaga curiosidad mientras se preparaban para trabajar, y cuando Kirith verificó su tolerancia al dolor cinco minutos después, no sintió nada.

"Empecemos entonces."

Fue extraño que Gibbs trabajara con el rabillo del ojo, sabiendo que le estaba sacando el ojo a Harry pero sin sentir nada. Vio el globo ocular extirpado, que era más asqueroso de lo que había pensado, y luego Gibbs insertó la primera prótesis. Solo le tomó unos pocos hechizos moldearla al tamaño y la forma correctos, luego repitió el procedimiento con la segunda prótesis.

Una vez hecho esto, Gibbs se hizo a un lado y comenzó a trabajar en la construcción de los nervios, un hechizo largo y complicado que consistía en golpear y deslizar su varita contra la cabeza y el rostro de Harry. Harry tenía destellos ocasionales de color o imágenes aleatorias en su visión, pero dijeron que eso era normal, y durante todo el procedimiento la voz permaneció completamente en silencio, por lo que estaba agradecido.

—Está bien, ahora vas a ver muchas más imágenes parpadeantes —le dijo Gibbs cuando estaban a punto de lanzar el hechizo que creaba una conexión entre sus nuevos nervios y las prótesis—, pero serán de la habitación. Verás imágenes dobles y puede que te desorienten, pero no debería durar mucho. Ya hemos hecho la parte más difícil. ¿Estás listo?