Jeno estaba en su oficina, rodeado de expedientes y papeles esparcidos por todo el escritorio. El caos organizado de su espacio de trabajo reflejaba la presión constante que sentía, con las montañas de responsabilidades acumulándose a su alrededor. El aire en la habitación era denso, cargado con el peso de los plazos inminentes y decisiones legales que no podían esperar. Sin embargo, aunque su cuerpo estaba presente, su mente vagaba lejos, atada a un nombre que resonaba en cada rincón de su ser
Desde que había descubierto la verdad sobre el embarazo de Renjun, nada en su vida se sentía igual. Todo lo que solía parecerle tan claro y preciso, como las leyes que manejaba a diario, ahora se había transformado en un torbellino de emociones conflictivas. ¿Cómo lidiar con el conocimiento de que el omega que amaba llevaba en su vientre a un hijo que podría ser suyo pero el omega ya se encontraba atado a otro alfa ? La incertidumbre lo carcomía, haciéndole sentir una mezcla de culpa, ansiedad y un profundo deseo de acercarse a Renjun, de protegerlo. Pero cada intento de hacerlo era como tratar de alcanzar algo lejano, inalcanzable.
Las imágenes del omega, su sonrisa fugaz, sus manos delicadas mientras trabajaba, y sobre todo, la frialdad con la que lo había tratado en su último encuentro, no lo dejaban en paz. Había noches en las que, mientras estaba en su cama, imaginaba lo que podría haber sido, lo que aún podría ser, si solo pudiera arreglar las cosas entre ellos. Sin embargo, sabía que renjun lo veía de una manera distinta ahora, y esa distancia, esa barrera invisible pero palpable era algo que lo atormentaba constantemente.
El sonido abrupto de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos. Giró la cabeza rápidamente, su concentración rota de golpe. Era Yuta, con una expresión seria que anunciaba malas noticias.
—Jeno, tenemos novedades sobre el caso de la niña —dijo Yuta mientras se acercaba—. Está grave. La han trasladado al hospital del centro. Necesitan que vayas lo antes posible para entrevistar a los doctores y enfermeras que han estado tratándola.
El corazón de Jeno dio un vuelco. Dejó caer los papeles que tenía en las manos sin pensarlo dos veces y se levantó de inmediato. El nudo en su estómago, que había estado presente desde la última vez que vio a Renjun, se apretó aún más. Sabía lo que significaba esa noticia, y no solo en términos legales. Sabía que vería a Renjun otra vez, que tendrían que encontrarse bajo circunstancias que ninguno de los dos podía evitar.
—¿Está consciente? —preguntó Jeno, mientras recogía algunas carpetas de su escritorio con manos ligeramente temblorosas. La profesionalidad que normalmente mantenía a raya sus emociones estaba empezando a desmoronarse frente al caos personal que lo invadía.
Yuta negó con la cabeza, su rostro reflejando la gravedad de la situación.
—No. La situación es crítica. Los doctores creen que necesitará otra intervención quirúrgica urgente, pero no están seguros de si podrá resistirla —dijo, su mirada preocupada revelando lo delicado del caso.
Jeno sintió cómo el peso de las palabras de Yuta caía sobre él como una losa. Cada caso que manejaba era importante, pero este, con una niña que había sido maltratada de formas inimaginables, lo afectaba a un nivel más profundo. Y ahora, tener que enfrentarse a Renjun bajo esa presión añadida era algo que temía más de lo que estaba dispuesto a admitir.
—Voy para allá ahora mismo —respondió Jeno con firmeza, guardando los documentos en su maletín con manos rápidas pero tensas—. ¿Algo más que deba saber antes de ir?
Yuta lo observó durante un momento antes de hablar, sus ojos mostrando una mezcla de preocupación por la niña y por su amigo.
—Solo asegúrate de hablar con el equipo médico. Hay algo más en juego aquí que el maltrato físico. Lo que le hicieron a esa niña va mucho más allá de lo que se ve a simple vista —dijo Yuta en un tono más bajo, como si las palabras cargaran un peso que no podía describirse fácilmente—. Y, Jeno... no te olvides de cuidarte también. Has estado trabajando sin parar, y se te nota el agotamiento.
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Lino
FanficEl Hanahaki, o la enfermedad de las flores, era algo que todos temían. Desde una edad temprana, en todas las escuelas era obligatorio comprenderla y estudiarla; nunca estaba de más saber sobre el tema. Temida por muchos y odiada por otros, Renjun no...