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Pasado

El proyecto en el que Seokmin y yo estábamos trabajando juntos era más divertido de lo que esperaba. La biblioteca, que normalmente era un lugar silencioso y solitario, se había convertido en nuestro pequeño refugio, donde pasábamos horas sumidos en libros y discusiones. Desde que comenzamos a colaborar en este proyecto, no solo nos estábamos acercando académicamente, sino que nuestras interacciones se habían vuelto cada vez más naturales y cargadas de una energía que no podía ignorar.

Hoy, como tantas otras veces, estábamos sentados juntos en una esquina de la biblioteca, rodeados de libros esparcidos y papeles llenos de notas. Seokmin estaba tan concentrado en lo que estábamos haciendo que a veces se olvidaba de todo lo demás. Me encantaba verlo así: inmerso en su trabajo, con esa mirada de determinación en sus ojos.

—¿Qué opinas de esto? —preguntó, sosteniéndome un libro abierto.

Levanté la vista y nuestros ojos se encontraron. Había algo en la forma en que me miraba que me hizo sentir como si el tiempo se detuviera por un momento. Me acerqué un poco más hacia él, y pude sentir el calor de su cuerpo cerca del mío. La proximidad era eléctrica, y la tensión en el aire era palpable. De repente, nos encontrábamos tan cerca que podría haber sentido el latido de su corazón en mi propia piel.

Justo cuando la distancia entre nuestros labios se estaba acortando, un estruendo rompió el silencio de la biblioteca. Me sobresalté, y Seokmin se apartó rápidamente, mirándonos alrededor para identificar el origen del ruido.

Vimos a Mingyu, nuestro compañero de clases, con una pila de libros en las manos que había caído al suelo. Mingyu era conocido por su tamaño imponente y su presencia intimidante, especialmente por ser jugador de kickboxing. A pesar de su apariencia, él era una especie de gran oso de peluche, y sus compañeros solían tenerle miedo, aunque en realidad él era bastante amable.

—Lo siento, lo siento mucho —dijo Mingyu, agachándose para recoger los libros—. Intenté ser sigiloso, pero no lo logré.

Seokmin y yo nos miramos con sorpresa, y luego Seokmin se rió, tratando de aliviar la tensión.

—No te preocupes, Mingyu. Aquí siempre está un poco más complicado de lo que parece —dijo Seokmin con una sonrisa.

Mingyu levantó la vista y nos miró con una expresión algo avergonzada.

—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó, mirando la mesa llena de nuestros materiales—. ¿Estudiando para la misma clase que yo?

—Sí, estamos trabajando en un proyecto juntos —respondí—. ¿Necesitas algo?

—No, solo buscaba un lugar tranquilo para estudiar —dijo Mingyu—. Aunque parece que no es tan tranquilo después de todo.

Seokmin pensó por un momento y luego asintió.

—¿Qué te parece si te unes a nosotros? Siempre es más divertido trabajar en grupo —sugirió, señalando una silla vacía cerca de nuestra mesa—. Así, al menos no tendrás que estudiar solo.

Mingyu miró la silla y luego a nosotros, dudando por un momento antes de aceptar.

—Bueno, si no es mucha molestia, me encantaría unirme —dijo con una sonrisa que mostró su gran disposición para la compañía.

Se acomodó en la silla y comenzó a sacar sus libros y cuadernos. La conversación fluía con facilidad entre los tres. Mingyu, a pesar de sus esfuerzos por estudiar, parecía no poder evitar hacer bromas sobre lo complicado que le resultaba todo.

—¿Sabes? —dijo Mingyu—. A veces me pregunto si lo que estudio aquí sirve para algo real o solo me prepara para ser un experto en términos que no uso en la vida diaria.

Unrequited love - Lee Seokmin/ Kim Mingyu E N  R E V I S I Ó NWhere stories live. Discover now