12

10 2 0
                                    

Pasado

Las cosas entre Seokmin y yo habían cambiado. Ya no éramos solo los mejores amigos que compartían todo; había una tensión entre nosotros que ninguno de los dos estaba dispuesto a reconocer del todo. Salíamos de vez en cuando, pero no sabía cómo definir lo que éramos. ¿Éramos algo más que amigos? ¿O seguíamos siendo solo eso, amigos que se besaban en ocasiones pero sin compromisos reales?

Aquella tarde, mientras me arreglaba para salir, Minhae me miraba con una sonrisa divertida desde su lugar en la cama.

—¿Qué pasa? —le pregunté, tratando de controlar la emoción en mi voz mientras me peinaba.

—Nada... —respondió Minhae, alargando la palabra de manera sospechosa.

Me giré hacia ella, frunciendo el ceño.

—Dime, ¿qué estás pensando?

Minhae dejó escapar una risa antes de levantarse y caminar hacia mí. Colocó una mano en mi hombro y me miró con una mezcla de diversión y cariño.

—Es solo que... Seokmin parece estar muy enamorado de ti.

Mi corazón dio un vuelco, pero traté de mantenerme tranquila.

—¿Qué? No digas tonterías —dije, aunque la idea no me resultaba tan absurda. Después de todo, últimamente había habido momentos en los que Seokmin había sido tan atento y dulce que casi me hacía pensar que tal vez, solo tal vez, él también sentía lo mismo por mí.

—No es tontería. —Minhae se encogió de hombros—. Lo he notado. Y no soy la única. Mira cómo te trata, cómo siempre está pendiente de ti. Es romántico de una manera que no lo es con los demás.

—No lo sé... —dije, mientras el rubor me subía por las mejillas—. Creo que solo está siendo amable. Ya sabes, como siempre.

Minhae sonrió, cruzándose de brazos.

—Eunsoo, los chicos no son tan complicados. Cuando alguien te trata diferente, es por algo.

Antes de que pudiera responder, mi teléfono vibró. Era un mensaje de Seokmin, recordándome que ya estaba casi en el bar y que no tardáramos mucho en llegar. Respiré hondo, tratando de calmar el nerviosismo que siempre surgía cuando pensaba en él.

—Vamos —dije—. No quiero llegar tarde.


El bar estaba lleno de energía y risas cuando Minhae y yo llegamos. A pesar de lo bullicioso que estaba el lugar, fue fácil localizar nuestra mesa. Seokmin estaba sentado junto a Wonwoo, riendo a carcajadas por algo que Seungkwan había dicho. A su alrededor, el grupo de amigos habituales ya había comenzado a disfrutar de la noche. Mingyu, Hoshi y Minghao estaban en medio de una conversación animada, mientras Minhae, que se adelantó unos pasos, fue recibida por su primo Mingyu con un abrazo afectuoso.

—¡Vaya! —exclamó Seungkwan cuando nos vio acercarnos—. Ya era hora. Pensé que no iban a venir.

—Tranquilo, no te desesperes —respondí con una sonrisa, sentándome al lado de Minhae y frente a Seokmin, quien me saludó con una mirada que parecía durar un poco más de lo habitual.

—¡Vamos a celebrar que ya casi estamos de vacaciones! —anunció Hoshi, levantando su vaso—. ¡Por el descanso que todos nos merecemos!

—¡Por eso estamos aquí! —añadió Seokmin, sonriendo y brindando con todos.

La conversación fluyó de manera ligera, y las bromas no tardaron en comenzar. Seokmin, como siempre, bromeaba conmigo, pero había algo en su tono que me hacía pensar que estaba marcando territorio de alguna manera.

Unrequited love - Lee Seokmin/ Kim Mingyu E N  R E V I S I Ó NWhere stories live. Discover now