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Ya habían transcurrido al rededor de cinco horas desde que había partido de Fontaine, y a pesar de la miserable cantidad de horas que habían transcurrido, realmente extrañaba todo de allí

Sus amigos, su departamento, su trabajo, sus recuerdos...

De todos modos, ya estaba en Natlan y no había nada que pudiera hacer para retroceder el tiempo. Actualmente, la castaña estaba caminando hacia el centro de la región pyro, donde se encontraría con Mavuika, la legítima arconte pyro.

En su transcurso observó múltiples personas con vestimentas bastante particulares, sumamente diferentes a las que acostumbraba a ver en su región. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que todos tenían buenos gustos en cuestiones de indumentaria, y ni hablar de los accesorios, que era lo que a Melisse más le fascinaba.

Pero hubo algo que le llamó la atención.

Bueno, alguien.

Una chica de cabellos celestes y ojos rubíes, con una piel un poco bronceada y bastante alegre, a su parecer. A su lado podía distinguir a una chica más pequeña, con cabellos rubios y orejas. No aparentaba tener más de trece años.

La castaña, decidida a hablarles, se acercó disimuladamente, pero la rubia fue más rápida y se apresuró en dirigirle la palabra.

— ¡Pero qué linda!

Exclamó con suma emoción mientras la miraba, haciendo que la de ojos carmesíes también volteara a ver a Melisse.

— Qué ropa tan bonita. —dijo ella, también fascinada pero disimulando un poco— Disculpa, ¿Eres nueva aquí?

La castaña asintió levemente, a la vez que esbozada una sutil sonrisa.

— Soy Melisse, Representante Diplomática de Fontaine. —se presentó— Y sí, nunca antes había estado aquí.

Al escuchar un cargo tan importante, ambas señoritas se impactaron, pues ése título no era para cualquiera. Debía tratarse de alguien con una importante cantidad de relaciones sociales, o directamente, de la mano derecha del arconte.

— Estás aquí por un viaje de trabajo, ¿Verdad?

Cuestionó la rubia, a lo que ella asentí

— ¿Entonces podemos darte un recorrido?

Los ojos carmesíes de la señorita brillaban con emoción, y aunque en realidad sabía como llegar a su destino, aceptó. De todas formas, conocer un poco más de Natlan no le vendría para nada mal.

Estuvieron caminando por varías zonas de la nación, principalmente las centrales. Observó los paisajes, arquitectura, cultura y demás. Recientemente se habían hecho las dos de la tarde, las tres comenzaban a tener hambre.

𝑺𝒖𝒎𝒎𝒆𝒓𝒃𝒐𝒚! ;   Kinich.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora