¿Podía un alma perdida encontrar la salvación?
Para Suguru Geto parecía imposible, después de su desastrosa misión con el recipiente del plasma estelar su mentalidad decayó rápidamente.
Pero...el destino tenía una sorpresa para él.
Aunque no de la m...
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El olor a polvo era notable, los focos enfocando el escenario como lo más importante del mundo.
Suguru no sabía como es que la chica lo convenció (lo arrastró) a venir, simplemente lo agarro cual perro con correa para que vea el concurso.
Con un suspiro simplemente busco un lugar alejado de la gente, no sabía que habría muchas, supone que es porque era a escala nacional como dijo la rubia.
En una esquina apartada, entre los asientos, se reclino en el sitio, hecho un ojo al folleto que le entrego Miyazono, tenía toda la información sobre el concurso.
"Pieza escogida: La novena sonata para violín de Beethoven, Kreutzer"
Es cierto que escuchaba alguna que otra música clásica, pero no era un experto en el ámbito, así que no sabía que canción era esa.
Pronto escucho la voz de una mujer por los altavoces de la infraestructura, pidiendo que apaguen celulares y que el concurso iba a empezar.
Solo se quedo ahí, viendo sin interés a los participantes, leyendo también el folleto donde estaban los nombres de los concursantes.
Después de tres actuaciones, llego finalmente el turno de Kaori, después de todo ella lo llevo a esto, esperaba que valga la pena.
Escucho los pasos resonar, la chica tenía un vestido blanco tirando para un lila muy suave, le llegaba hasta los talones, sus tacones hacían ruido con cada paso que daba, tenia su cabello suelto con un pequeño broche para adornar lo.
Sin duda era una imagen digna de admirar.
El azabache miró algo sorprendió a la chica, era un contraste con su actitud liberalista y en momentos, molesta.
Pronto la melodía comenzó, el piano tomó el primer tiempo, luego levemente el violín fue haciéndose notar.
Pero...de repente, la música cambió.
Era la misma tonada, pero no era nada comparada con las anteriores.
Los movimientos de Miyazono al tocar con tanto fervor el instrumento, su rostro concentrado pero con una emoción genuina.
Su música era...hermosa.
Era molesta, rara, no era hechicera, una simple chica normal en este mundo de miseria.
Pero ella era una excelente violinista.
La música subía y bajaba, como queriendo sorprender al oyente, era fuerte y bajo, un equilibrio.
Con las últimas tonadas con su arco en las cuerdas, alzó la mano con su herramienta al aire, terminando su presentación.
Un silencio se sembró en el auditorio, para ser rotó por los aplausos y vitoreo del público.
Geto no tenía palabras para expresar la presentación de Kaori, simplemente fue tan...diferente, aún sin saber nada sobre música clásica podía decir con seguridad qué su presentación es la mejor de todas, sin necesidad de ver a los demás participantes faltantes.
