CAPÍTULO 2

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                                                                                    "SERÁS MIO"

Mateo no venía a comprar desde hace cuatro días. Raro para una persona que venia a comprar casi todos los días, más de dos días sin comprar no pasaban. No sé si lo habré espantado con lo de pedirle su número. ¿Será que necesitaba más tiempo?¿Sera que su novia le dijo que no viniera a comprar?. Extrañaba verlo, extrañaba escucharlo, lo extrañaba. Y además en el Colegio tampoco lo veía.

-Hola. - Me saludó una chica que había ingresado al almacén, interrumpiendo mis pensamientos.

-Hola. - Le contesté, y cuando la miré me di cuenta que era la novia de Mateo, ella estaba viendo qué comprar ,al parecer, en los estantes que había. ¿Y Mateo?

-Sería todo esto. - Dijo mientras ponía unos Doritos, Papa Lays, Pipas y unas latas de Sprite. La Sprite es la gaseosa favorita de Mateo. Él me lo dijo un día.

-Bueno. ¿te tocó venir sola?. - Pregunté tratando de ser disimulada mientras veía los precios de las cosas y anotaba en mi calculadora.

-Sí, por hoy. - Dijo y yo la miré.

-Eu, alto conjunto, me encanta. - Dije tirándole un halago.

-Gracias, me queda un poco grande pero igual. - Contestó.

-La ropa grande está de moda hoy en día. Me gustaría usar ese estilo pero siento que no me queda. Me hace acordar a cuando me ponía la ropa de mi papá y me quedaba enorme. - Le dije y sonreí.

-Sí, yo también hacia lo mismo. Después me terminaba cayendo porque me tropezaba con el pantalón. - Contestó y largó una leve risa.

-Ay si, y después me metían cada retada. - Dije y nos reímos leve. Terminé de sacar los precios de cada producto y le dije cuanto era todo. Me dio la plata y tuve que buscar en la caja para darle vuelto.

-¿Te puedo dar tres caramelos como vuelto?. - Pregunté y ella asintió.

-¿De estos?. - Dijo señalando el tarro.

-Mejor los de los palitos de la selva. Esos son los más ricos. - Dije y sonrío.

-Tienes razón. - Dijo y agarró los caramelos. -¿Te gustan de esos?. - Preguntó.

-A mi novio le encantan. Y él me contagió. - Mentí para que pensara que si yo tengo novio no podría fijarme en el de ella.

-¿Ah tienes novio?. No sabía. - Contestó.

-Si, estoy muy enamorada, desde que lo conocí no me fijé en nadie más. - Seguí mintiendo.

-Igual que yo con Mateo. - Contestó y sonrío.

-Se nota que Mateo también está muy enamorado de vos, me encanta lo bien que se ven juntos. -Obviamente eso también era mentira. Demasiado mentirosa.

-Ay gracias. Ya llevamos un año juntos. - Contestó y tuve que seguir fingiendo mi sonrisa.

-Eso es bastante tiempo. Bueno que sean más años juntos entonces. - Le dije y reí y ella también. Me agradeció, se despidió y se fue.

Si Mateo no cae por mi por las buenas, caerá por las malas. Y su noviecita tendrá que ser un peón en mi plan. Voy a lograr ganarme la confianza de la chica y cuando menos se lo espere ella pasará a ser la ex y yo la actual novia de Mateo. No pienso rendirme con ese chico, quiero ver que se siente que él me trate como la trata a ella. Como una "princesa".

-Sos tremenda vos. - Me dijo Caro. Una vez más estábamos en el recreo comiendo.

-Ya sé ya sé. - Contesté y me reí.

-Hacerte su amiga te va a llevar AÑOS. - Dijo y yo negué con la cabeza.

-Ya vas a ver que no. Tampoco es que vamos a ser íntimas, solo quiero que me conozca más al punto de invitarme a interactuar socialmente con ella, sus amigos y obvio con Mateo. - Dije dándole una mirada maliciosa.

-Suerte en eso Zoe. - Contestó.

Yo me creo bastante capás. Siempre consigo lo que quiero. Y lo que quiero ahora es a Mateo. Y lo tendré muy pronto, cueste lo que cueste, lastime a quien lastime, ilusione a quien ilusione, ese chico será mio.

Ya era de nuevo el recreo, y había pasado bastante desde la última vez que vi a Mateo. Veo más seguido a su novia que a él. Así que como sé que estamos en el mismo Colegio lo voy a buscar ahora en el recreo. Él es dos años más grande que yo. Yo tengo quince años y él diecisiete, pero está en cuarto porque repitió. Nunca me mencionó el por qué repitió de curso. Solo me dijo que estaba en 4B. Antes no me animaba a ir a buscarlo, tipo ¿que le digo cuando lo encuentre?. Pero ahora que ya no va al almacén tengo una excusa, no es muy buena pero algo es algo. Con tal de hablarle no me importa pasar vergüenza por unos segundos.

Cuando llegué a su curso vi que él estaba afuera. Con unos chicos, que deben ser sus amigos. Pero su novia no estaba, y eso era perfecto. Me facilitaba todo.

-Hola Mateo. - Le dije cuando pasé cerca de él y los demás que estaban ahí.

-Hola Zoe. - Me miró y sonrío. Se acercó hacia donde estaba yo y dejó atrás a los chicos con los que estaba.

-Justo pasaba por aquí y te vi. - Le dije.

-¿A donde ibas?. - Me preguntó. ¿Que le digo ahora?.

-Ehh...iba a ver a una amiga. Que está en quinto. - Le contesté mirando de reojo al curso de quinto.

-Ah bueno, no te quiero entretener entonces. - Me contestó apunto de darse la vuelta e irse.

-No no, no me interrumpes ni nada. Ella está con sus amigas, así que no importa. Che cambiando de tema ya no vas a comprar. ¿Por?. -

-Ah eso, bueno estuve enfermo y después me tenía que poner al día con los deberes y mi pá no me dejaba levantarme del escritorio ni para orinar, no quiere que vuelva a repetir. Así que sí, eso. -Contestó simple.

-Ah bueno. -

-¿Por qué preguntas?¿Me extrañaste?. - Preguntó mientras sonreía.

-No ya veo, mi papá te extraña porque su mejor cliente ya no va. - Le contesté y en cierto punto si es verdad. Mateo va seguido a comprar y lo forra en guita a mi papá. Además suele comprar muchas cosas.

-SÍ seguro, tu papá me extraña sí sí. - Contestó sarcástico. Yo sonreí.

-Enserio, no te miento. -

-Bueno avísale que ya voy a volver. Hoy vuelvo a comprar. -

-Okey le aviso. Bueno ya me voy, a estudiar Mateo. - Le dije mientras me acercaba para darle un beso en el cachete y luego ir alejándome poco a poco.

-Si jefa. - Contestó sonriendo. Él sabe que me gusta su sonrisa, por eso lo hace a cada rato.

La conversación no fue larga, pero me bastó charlar ese poco con él para irme contenta a casa. Y esperar hasta la hora de volver a verlo en el Kiosco. Pero cuando fue a comprar, no fue solo.

Somos egoístas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora