Desperté con una sensación extraña, como si todo mi cuerpo hubiera cambiado. No recordaba haberme ido a dormir en un lugar tan... húmedo. Abrí los ojos lentamente, esperando ver el techo de mi habitación, pero en su lugar me encontré flotando en el agua. ¿Dónde estaba?
Intenté moverme, pero en lugar de mis brazos y piernas habituales, me encontré con algo completamente diferente. Mi cuerpo ya no era humano, era... un Kaiju.
Mi cuerpo estaba envuelto en escamas verdes oscuras. Mis brazos y piernas se habían sustituido por unas patas cortas pero robustas, y mi espalda estaba adornada con pequeñas espinas que se extendían desde la base de mi cuello hasta la cola. Hacía unos movimientos torpes en el agua, intentando comprender mi nueva forma.
— ¿Como me he convertido en un kaiju? — murmuré, mi voz saliendo como un rugido bajo e inusual para mis propios oídos.
Sistema Kaiju activado.
Un panel de estado apareció en mi visión, con letras y números flotando ante mis ojos, como si de repente hubiera sido equiparado con una interfaz de videojuego.
Panel de Estado:
Nombre: Ryu
Altura: 1,2 metros
Peso: 300 kg
PV: 100/100
PE: 15/15
Fuerza: 15
Agilidad: 8
Defensa: 20
Potencia: 10
Habilidades: Coletazo, Garra Menor, Rugido Intimidante, Respiración Acuática, Nado— ¿Qué es esto? — pregunté, mirando con extrañes el panel que flotaba ante mis ojos.
— ¡Hola, Ryu! — una voz alegre y chispeante resonó en mi mente. — ¡Bienvenido al nuevo mundo!
Miré alrededor, intentando localizar la fuente de la voz, pero no había nadie visible. Solo el agua que me rodeaba y el panel de estado flotante.
— ¿Quién eres? — inquirí, mi voz aún resonando con un tono bajo y grave. — ¿Y qué es este lugar?
— Soy el Sistema Kaiju, pero me puedes llamar Kai. — respondió la voz con un entusiasmo casi contagioso.
Al instante, una figura apareció frente a mí, emergiendo de la nada. Era parecida a mi nueva forma, pero más pequeña, más mona, y estaba formada por la misma energía que la del panel. Sus escamas brillaban, suaves al tacto y con un resplandor tenue. Tenía unos grandes ojos redondeados que me miraban con una mezcla de curiosidad y entusiasmo.
— ¡Tada! — exclamó la figura, girando sobre sí misma como si se tratara de una presentación. — Ahora puedes verme. ¿Qué te parece?
Parpadeé, aún tratando de procesar lo que estaba viendo.
— ¿Eres... tú el sistema? — pregunté con cautela.
— ¡Exacto! Soy yo, Kai, el Sistema Kaiju. — dijo ella, haciendo un pequeño gesto con su pequeña garra, como si se estuviera presentando formalmente. — Mi función principal es ayudarte con el sistema y acompañarte en tu viaje.
— Entonces, ¿cómo funciona todo esto? — pregunté, intentando comprender la magnitud de mi nueva realidad.
— Bueno, primero que nada... — Kai se acomodó flotando y dando un chasquido.
De inmediato, un nuevo panel apareció ante mis ojos. Este panel era diferente al anterior y mostraba una misión clara.
Misión:
Comer 10 peces.
Recompensa: 100 puntos
Progreso: 0/10— ¿Comer 10 peces? — repetí, mirando el panel con extrañeza.
— ¡Sí! Es una misión sencilla para que te acostumbres a tu nuevo cuerpo. — Kai sonrió con un aire juguetón que comenzaba a reconocer. — No te preocupes, el pez más peligroso está a 40 kilómetros en dirección hacía abajo.
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Reencarne con un Sistema Kaiju
FantasyEn un mundo donde los Kaijus pueblan el mundo, Ryu, un joven humano, despierta reencarnado en un Kaiju obteniendo un sistema.