Desperté lentamente, sintiendo el frescor del aire que entraba en la cueva. Mi cuerpo se había recuperado de todo lo que sucedió el día anterior, y me sentía renovado, aunque aún podía sentir un leve dolor en mis patas por golpear tantas veces la maldita roca.
Abrí los ojos de golpe; algo me incomodaba. Sentía una presencia justo al lado de mi cabeza. Giré un poco y, para mi sorpresa, vi una pequeña criatura acurrucada a mi lado, durmiendo plácidamente.
La criatura parecía una rata, pero algo distinta. Su pelaje estaba cubierto de mechones amarillos dorados que parecían brillar levemente. Sus orejas eran largas y puntiagudas, y de su pequeña boca sobresalían un par de diminutos colmillos. Tenía una cola larga y delgada que se enroscaba sobre sí misma.
— ¿Y esto...? — murmuré, frunciendo el ceño.
Con cuidado, extendí una de mis garras y agarré a la rata por la cola, levantándola en el aire. La rata se despertó de inmediato, moviendo las patas y agitando las orejas en todas direcciones, claramente confundida y asustada.
— ¡Kai! ¿Qué es esta cosa? — pregunté mientras me levantaba observando a la rata.
Kai apareció frente a mí, con un antifaz de dormir sobre sus ojos. Se lo quitó de un tirón, parpadeando mientras me miraba con una mezcla de sueño.
— ¿Qué quieres? — preguntó Kai bostezando.
— Dime, ¿que es esta criatura? — pregunté, agitando ligeramente a la rata.
— Ah, eso es un Ratsuki. — dijo con indiferencia, como si no fuera gran cosa.
— ¿Un Ratsuki? — repetí, esperando que Kai diera más información.
— Sí, los Ratsukis son pequeñas criaturas nativas de esta isla. Su pelaje a veces contiene Kionita, el mineral que redistribuye la energía, el mismo que encontraste en la roca de ayer. — Kai se detuvo un momento para frotarse los ojos. — Les ayuda a manejar mejor la electricidad que generan.
— ¿Manejar mejor la electricidad? — pregunté, mirando al Ratsuki con renovado interés.
— Sí, como te decía, los Ratsuki tienen la habilidad de generar descargas eléctricas que, sin Kionita, son de entre 3 a 5 amperios. Pero si han consumido suficiente Kionita, pueden llegar a generar hasta 10 amperios. Aún así, son más útiles para aturdir a enemigos pequeños o para cazar, en lugar de ser una amenaza directa para criaturas más grandes. — Kai sonrió, visiblemente más despierto ahora.
Mientras escuchaba a Kai, el pequeño Ratsuki que aún tenía agarrado por la cola se retorció ligeramente, y de repente, sintiendo quizás un impulso defensivo, lanzó un pequeño rayo hacia mí.
La descarga hizo un pequeño "¡zzt!" en el aire y sentí un leve cosquilleo que recorrió mi cuerpo. No era doloroso, era más molesto que otra cosa.
— ¡Hey! — exclamé, sacudiendo al Ratsuki. — Eso no es un saludo muy amigable.
Decidí ignorar la pequeña descarga y, aprovechando la situación, decidí usar mi habilidad Visión de Poder en el Ratsuki y ver su poder.
Frente a mí, apareció un panel flotante con la información que buscaba:
Poder: 25
— Eso no es mucho. — murmuré, observando al pequeño roedor. — Aunque no son muchos puntos que conseguir. — Sonreí ligeramente, no parecía una amenaza en absoluto.
Solté al Ratsuki con cuidado, dejándolo caer suavemente al suelo. La criatura sacudió la cabeza, y en lugar de huir, se quedó allí, mirándome con esos ojos curiosos, como si no me tuviera miedo en lo absoluto.
ESTÁS LEYENDO
Reencarne con un Sistema Kaiju
ФэнтезиEn un mundo donde los Kaijus pueblan el mundo, Ryu, un joven humano, despierta reencarnado en un Kaiju obteniendo un sistema.