Capítulo 7:

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La luz de la mañana se filtraba suavemente en mi cueva cuando abrí los ojos. Me levanté y estiré mis patas, sintiendo cómo cada músculo se desperezaba con una mezcla de firmeza y flexibilidad.

Decidí utilizar mi habilidad Percepción Terrestre para buscar algo de Kionita y darle a Chispitas. Cerré los ojos, concentrándome en la conexión con el suelo bajo mis patas, y dejé que esa energía se extendiera a través de la cueva. Era como si mis sentidos se fundieran con la piedra y el suelo, mostrándome cada rincón y grieta.

Fue entonces cuando noté algo inusual. Justo en una esquina del fondo de la cueva, tras una pared de roca, detecté una especie de cavidad oculta. Parecía un pasaje profundo que se extendía hacia abajo, como un túnel escondido tras una capa de piedra.

— ¿Qué será eso? — murmuré, intrigado, mientras enfocaba mi Percepción Terrestre en esa parte.

El muro de piedra no parecía tan grueso, pero sí lo suficiente para que tuviera que hacer un esfuerzo si quería abrirme paso. Decidido a descubrir qué había allí, me acerqué y me preparé para usar otra de mis habilidades.

— ¡Puño Aplastante! — grité, mientras lanzaba mi pata contra la pared con toda la fuerza posible.

El golpe retumbó por toda la cueva, y el muro de piedra comenzó a resquebrajarse hasta que se hizo pedazos, dejando a la vista un pasaje angosto que descendía en una pendiente hacia las profundidades de la tierra.

Con curiosidad encendida, me adentré en el pasaje recién abierto, con Chispitas siguiéndome de cerca. A medida que avanzábamos, la oscuridad se hacía más densa. La luz que venía de la entrada desapareció tras unos metros, y pronto me encontré caminando casi a ciegas, tocando las paredes para guiarme.

— Bueno, parece que esto es más oscuro de lo que pensé... — murmuré, mientras mi vista trataba de adaptarse.

Chispitas, quien caminaba a mi lado, se detuvo un momento y comenzó a emitir un sonido vibrante, casi como un crujido de electricidad. Luego, de repente, su cuerpo comenzó a brillar, iluminando el túnel con una suave luz amarilla que parpadeaba como pequeñas chispitas.

Chispitas ha Desarrollado la Habilidad: Luz Chisporroteante

— ¡Vaya, Chispitas! — exclamé con una sonrisa. — ¡Ahora seras útil en la oscuridad!

Tras un rato de caminata, el aire se hizo más fresco y húmedo, y un suave sonido de agua comenzó a llenar el ambiente. Mis pasos resonaban en la piedra hasta que, al girar una esquina, el pasaje se abrió hacia una enorme caverna. Frente a mí, descubrí un lago subterráneo.

El agua era oscura y parecía profunda, reflejando el brillo tenue que venía de Chispitas.

— ¿Qué tan profundo será? — me pregunté en voz alta.

Sin nada mejor a mano para medirlo, decidí usar mi garra y meterla en el agua, tratando de tocar el fondo. Me acerqué al borde, inclinándome con cuidado, y extendí mi pata. El agua estaba más fría de lo que esperaba y mi garra se hundió, pero no sentí nada sólido. Me incliné un poco más, estirándome para ver si podía alcanzar el fondo.

— Solo un poco más... — murmuré para mí mismo.

Pero, justo en ese momento, mi equilibrio me traicionó. Un pie resbaló en la piedra húmeda del borde, y antes de darme cuenta, estaba cayendo hacia adelante.

— ¡Ahhh! — fue lo único que alcancé a decir antes de caer de lleno al agua.

El frío me golpeó en cuanto mi cuerpo se hundió en el lago, envolviéndome en una sensación helada que me dejó sin aliento por un momento. Salí a la superficie tosiendo y sacudiéndome, tratando de nadar hacia la orilla. Apenas pude parpadear cuando noté a Kai aparecer flotando cerca de mí, mirándome con una sonrisa divertida en su rostro.

Reencarne con un Sistema KaijuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora