PROFUNDO

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Nadar en la noche es una de las ventajas de trabajar en el hotel. Pero una noche, después de que todos se fueran, estaba nadando en lo más profundo y una mano me agarró del tobillo.

Advertencia: La siguiente historia incluye relaciones sexuales no consensuadas, relaciones sexuales de consentimiento dudoso y relaciones sexuales monstruosas con hemipenes.

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Nadar durante la noche era uno de los pocos beneficios de trabajar en el hotel. La piscina cerró para los invitados a las diez en punto, y no era más que abrir la puerta luego de eso y deslizarse dentro del agua para dar unas cuantas vueltas.

Era lo que más le gustaba hacer a Gulf cuando terminaba su turno a las cinco en punto todas las mañanas, pero esta noche era diferente a las anteriores.

Esta noche, mientras paseaba por la parte más profunda, una mano se curvó alrededor de su tobillo.

La respuesta inmediata de Gulf fue patear violentamente, y se agitó mientras nadaba hacia el borde de la piscina. Las luces estaban apagadas y no podía ver una mierda. Jadeó mientras escrudiñaba el agua en busca de alguna señal de lo que lo haya agarrado.

Creyó ver una sombra, algo grande, pero juró que sus ojos le estaban jugando una mala pasada.

El hotel estaba a menos de un kilómetro y medio de la playa, pero no había forma de que alguna criatura marina se hubiera arrastrado todo el camino hasta la piscina. Y tampoco podía ser una persona porque ya habría tenido que subir a la superficie para respirar.

Tal vez era un juguete de piscina olvidado o una toalla que de alguna manera había flotado y se había quedado atrapada en la pierna de Gulf.

O es que tal vez Gulf se estaba volviendo loco. Ese era un escenario mucho más probable.

Su madre había fallecido el mes pasado después de ser atropellada por un conductor ebrio, y Gulf no lo estaba sobrellevando bien. Después de que su padre los dejara cuando era pequeño, habían sido ellos dos contra el mundo. Habían sido los mejores amigos, y él la echaba de menos terriblemente.

Era parte del por qué disfrutaba de escabullirse a la piscina.

Él y su madre pasaban cada momento libre en el agua, ya fuera en la playa o en una piscina como esta. Nunca habían tenido mucho dinero, pero siempre había acceso público a la playa y su madre derrochaba en una membresía a la piscina para que siempre tuvieran algo que hacer.

Pasó algunos de los mejores años de su vida junto a una piscina, disfrutando del olor a protector solar y al cloro, o en la playa, saboreando la sal y sacándose arena de entre los dedos de los pies.

Ninguno de esos recuerdos felices le ofrecía ningún consuelo en este momento.

Gulf se aferró al borde de la piscina y se sacó el pelo de los ojos, sin dejar de examinar el agua para ver si había algo que pudiera explicar lo que había sucedió.

Había sido una mano, simplemente lo sabía.

Una mano grande y gruesa...

O simplemente es que estaba loco.

No. No estaba loco. Estaba dolido, solo, era tarde y necesitaba irse a casa. No había nada que temer porque solo se lo había imaginado.

Su mamá solía jugar juegos como ese cuando iban a nadar, fingiendo ser un monstruo marino a punto de engullirlo o una cosa como eso.

Había sido un recuerdo, solo eso.

Gulf debería haber salido allí mismo o haber nadado hasta el otro lado de la piscina en donde había una escalera, pero quería probarse a sí mismo que no tenía nada que temer.

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