Capitulo 9

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El comedor de Potter Manor estaba lleno de luz cálida y el suave tintineo de la vajilla mientras la familia Potter compartía la cena. Harry, conocido como Hadrian en ocasiones formales, se sentaba en silencio junto a su tío Fleamont, su tía Euphemia y su primo James. Sabía que el momento había llegado, ese que tanto había estado postergando en su mente.

Lord Fleamont Potter, con su acostumbrada calma, dejó su copa de vino sobre la mesa y miró a su familia, su voz grave interrumpiendo el murmullo de la cena.

—Hay algo que debo discutir con todos ustedes esta noche —comenzó, dirigiendo una mirada significativa hacia Harry—. Hace poco recibí una propuesta de matrimonio en nombre de Hadrian. Una alianza con las casas Black y Malfoy.

James, que estaba entretenido con su comida, dejó caer el tenedor. —¿Qué? —exclamó, sus ojos fijos en Harry—. ¿Una propuesta de matrimonio? ¿Con Sirius y Lucius? ¿De qué estás hablando, padre?

Euphemia también frunció el ceño, aunque su reacción fue mucho más medida. Sabía que, en el mundo mágico, los matrimonios arreglados entre familias poderosas no eran una novedad, pero que implicara a Harry era algo diferente.

—Es una propuesta de las más altas familias —continuó Fleamont, su mirada seria—. Orion Black y Abraxas Malfoy han sugerido una unión con Sirius y Lucius. Quieren consolidar nuestras alianzas, y creen que Hadrian es la clave.

James miró a su primo con incredulidad. —Pero, Harry... ¿Qué piensas de todo esto?

—He estado pensando en ello —dijo Harry, su tono calmado pero firme—. Y sé que suena extraño, incluso absurdo. Pero hay algo que no se puede ignorar... y es que, de alguna manera, creo que nuestras vidas están entrelazadas. Sirius y Lucius... son mis parejas destinadas. Lo siento dentro de mí.

James abrió la boca, claramente sorprendido, pero no dijo nada. Harry continuó, mirando a su tía Euphemia, cuya preocupación era evidente.

—No estoy diciendo que esta sea la vida que había imaginado para mí —admitió—, pero creo que vale la pena darles una oportunidad. No solo por las familias, sino porque creo que hay algo más en juego aquí. Si esto puede traer paz, estabilidad y... tal vez incluso felicidad, entonces estoy dispuesto a aceptarlo.

Euphemia le tomó la mano con ternura, sus ojos llenos de comprensión. —Hadrian, hijo mío —dijo suavemente—. Queremos que seas feliz, y si realmente crees que esta es la decisión correcta, te apoyaremos en todo.

James, aún incrédulo, soltó un suspiro y asintió. —Si crees que es lo mejor, Hadrian, entonces cuenta conmigo. Aunque... me sigue pareciendo un poco raro pensar en Sirius y Lucius en el mismo cuarto sin que estallen cosas...

Harry esbozó una pequeña sonrisa ante el comentario de James, agradecido por su apoyo.

Lord Fleamont, observando la madurez en la decisión de su sobrino, inclinó la cabeza con respeto. —Si esa es tu elección, Hadrian, entonces la respetaremos. Esta será una alianza de poder, pero también puede ser una oportunidad para algo más. Lo importante es que lo hagas por ti, y no por otros.

Harry asintió, sintiendo el peso de la decisión, pero también un destello de esperanza. Era una oportunidad para cambiar sus vidas, y tal vez, solo tal vez, encontrar su propio destino en medio de los lazos del pasado y las promesas del futuro.

—Entonces, acepto —dijo Harry finalmente, con la determinación clara en su voz—. Daré a Sirius y Lucius una oportunidad. No por obligación, sino porque creo que esto es lo que debe suceder.

Y con esas palabras, el futuro del mundo mágico acababa de tomar una nueva dirección, una en la que las antiguas rivalidades y alianzas darían paso a una oportunidad de redención, amor y estabilidad.

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