NO MÁS MENTIRAS

Caítulo 11

Días después de la aceptación formal de la propuesta de matrimonio por parte de Hadrian, Potter Manor se había sumido en una atmósfera de expectación y curiosidad. James, aunque todavía sorprendido, parecía más inclinado a bromear sobre la situación cada vez que veía a su primo. Fleamont y Euphemia, por otro lado, se encontraban ocupados con los detalles del contrato de matrimonio, asegurándose de que todo estuviera en orden para lo que se vislumbraba como uno de los eventos más importantes en las familias mágicas.

Esa noche, la cena se celebró de manera más tranquila, pero Harry, o Hadrian, como se le había empezado a llamar con más frecuencia en los círculos formales, sabía que la calma sería solo temporal. Pronto, los Malfoy y los Black llegarían a Potter Manor para comenzar los preparativos formales de la alianza.

Después de la cena, Lord Fleamont se aclaró la garganta y miró a su sobrino con un destello de seriedad en sus ojos.

—Hadrian —comenzó, apoyándose en la mesa—. Mañana vendrán Sirius y Lucius, acompañados de sus padres. El contrato de compromiso se presentará ante las tres familias y formalizaremos la unión.

James, que hasta ese momento había permanecido en silencio, se inclinó hacia adelante con interés.

—¿Así que mañana será el gran día? —preguntó, una mezcla de emoción y nerviosismo cruzando su rostro—. ¡Espero que Sirius no arme un espectáculo!

Harry sonrió levemente ante el comentario de su primo. Sabía que Sirius Black, con su naturaleza rebelde, no sería el candidato típico para un matrimonio arreglado, pero también sentía algo más profundo que lo conectaba con él... y con Lucius.

—Lo sé —dijo Harry, mirando a James—. Pero esto va más allá de lo que parece. No se trata solo de política o de nuestras familias... hay algo más en juego. Una parte de mí siente que esta alianza, aunque complicada, es el camino correcto.

Euphemia, que había estado observando a su sobrino atentamente, se acercó y le puso una mano sobre el hombro.

—Hadrian, queremos que sepas que, pase lo que pase, te apoyaremos. Esta es una decisión difícil, pero tienes la madurez para enfrentarte a ello. La vida de un mago poderoso nunca es sencilla, pero tienes un gran corazón.

Fleamont asintió. —Y si en algún momento dudas, Hadrian, recuerda que tienes una familia que te respalda. Pero estoy seguro de que esta alianza nos beneficiará a todos, no solo en términos de poder, sino también en otras formas. Sirius y Lucius son complicados, sí, pero también tienen potencial para ser mucho más de lo que aparentan.

Harry sabía que sus tíos querían lo mejor para él, y aunque el camino que tenía por delante estaba lleno de incertidumbre, sentía en el fondo que estaba destinado a algo más grande. Sirius y Lucius no eran solo figuras del pasado o el presente, sino también partes de su futuro.

—Lo sé —respondió Harry, más seguro que nunca—. Quiero darles una oportunidad, y también a mí mismo. Tal vez esta unión sea el principio de algo que ni siquiera podemos imaginar aún.

James levantó su copa en un gesto amistoso. —¡Por Hadrian! El mago que logrará que Sirius Black y Lucius Malfoy se comporten. ¡Eso sí será un milagro!

Todos rieron ante la broma de James, pero Harry, aunque sonreía, sabía que la verdadera prueba estaba por venir. Mañana, cuando Sirius y Lucius cruzaran las puertas de Potter Manor, el futuro de sus vidas cambiaría para siempre. No solo por la alianza, sino por las promesas y los desafíos que esa unión traería consigo.

Y en el fondo, Hadrian estaba dispuesto a enfrentarse a ese destino. No importaba cuán incierto o complicado pudiera ser.

El siguiente día amaneció claro y brillante, pero el aire estaba lleno de tensión y expectativas. Lord Fleamont y Lady Euphemia recibieron a los invitados con cortesía, mientras que Hadrian se preparaba para lo que vendría. Al cruzar el umbral del salón principal, se encontró con las miradas de Sirius y Lucius. Había llegado el momento.

El destino los esperaba.