Capitulo 17

216 28 2
                                    

El silencio entre ellos se había vuelto insoportable. Lo que una vez fue un simple acuerdo de conveniencia, ahora estaba teñido de una tensión que ninguno de los dos podía ignorar. Charles evitaba mirar a Carlos, y Carlos, aunque sabía que debía decir algo, no encontraba las palabras adecuadas. La situación estaba llegando a un punto crítico.

Una noche, mientras ambos estaban en la casa compartida, el clima se hizo más denso. Charles se encontraba en la cocina, preparándose un café, cuando Carlos entró sin hacer ruido. El sonido de la cafetera era lo único que rompía el silencio incómodo entre ellos. Carlos sabía que tenía que aprovechar ese momento, que no podían seguir evitando lo inevitable.

─ Tenemos que hablar. ─ dijo finalmente, su voz rompiendo el silencio.

Charles no se dio vuelta inmediatamente, pero Carlos pudo notar la rigidez en su postura. El silencio se prolongó unos segundos antes de que Charles finalmente respondiera.

─ No sé de qué sirve hablar, Carlos. Lo que sea que teníamos, si es que había algo, está roto ─ respondió Charles sin mirarlo aún.

Carlos dio un paso adelante, sintiendo el peso de las palabras que se formaban en su mente.─ No... no está roto, Charles. Simplemente nunca supimos cómo manejarlo. Desde el principio todo fue complicado, una fachada... pero tú y yo somos más que eso ahora.

Charles se dio la vuelta, con la taza de café en las manos, su mirada dura y algo cansada.─ ¿Más que una fachada? ¿En serio crees eso? ─ preguntó, con una mezcla de incredulidad y tristeza en su tono.─ Porque lo único que veo es que seguimos haciendo esto por obligación, no por otra cosa. Y todo lo que he hecho, todo lo que tú has hecho... ha sido bajo esas reglas que impusimos.

Carlos suspiró, sintiendo que las paredes se cerraban sobre él.─ Lo sé. Estábamos tan centrados en cumplir con esas reglas que olvidamos lo que realmente importaba.

─ No, Carlos, tú olvidaste. Tú fuiste quien mantuvo esas reglas a flote, incluso cuando era obvio que ya no tenían sentido. ─ replicó Charles, su voz empezando a elevarse.─ Y ahora... todo está en ruinas.

Carlos sintió cómo sus defensas empezaban a desmoronarse. Durante meses, había luchado contra lo que sentía, convenciéndose de que no debía cruzar la línea, de que las reglas estaban ahí por una razón. Pero ahora, parado frente a Charles, se dio cuenta de que esas reglas eran su refugio, una barrera para protegerse de sus propios sentimientos.

─ Teníamos reglas por una razón, Charles. ─ dijo finalmente, aunque su voz sonaba más como una excusa que una afirmación firme.

─ Sí, Carlos. Y una de esas reglas era no enamorarse. ─ replicó Charles, con una risa amarga.─ Pero, ¿cuánto tiempo más vas a seguir escondiéndote detrás de esas reglas?

Carlos lo miró, incapaz de responder de inmediato. Sabía que Charles tenía razón, que había permitido que las reglas lo controlaran, que lo cegaran a lo que realmente estaba sucediendo entre ellos. Dio un paso adelante, acercándose a Charles, pero este retrocedió, alejándose de él.

─ No me digas que ahora lo ves todo claro. ─ dijo Charles, su voz ahora más suave, casi dolida.─ Porque, honestamente, Carlos, ya no sé si quiero seguir esperando a que lo entiendas.

Carlos sintió una punzada en el pecho al escuchar esas palabras. El miedo de perder a Charles, de perder lo único que realmente parecía tener sentido en su vida, lo golpeó con fuerza.

─ No estoy pidiéndote que esperes más, Charles. Estoy aquí, tratando de hacer las cosas bien. Quiero que sepas lo que siento, quiero que entiendas...

─ ¿Entender qué? ─ lo interrumpió Charles, su tono más brusco.─ ¿Que estabas asustado? ¿Que estabas demasiado centrado en tu empresa y en mantener todo bajo control? Ya no sé si eso es suficiente, Carlos.

Carlos tragó saliva, sintiendo que su mundo comenzaba a derrumbarse. Durante tanto tiempo, había creído que podía mantener el control de todo, que podía manejar tanto su vida profesional como la personal de manera calculada. Pero ahora, parado frente a Charles, entendía que había perdido lo más importante por el camino.

─ Estoy asustado, Charles. ─ admitió, su voz quebrándose un poco.─ Asustado de que esto no funcione, asustado de que lo arruiné todo. Pero... no quiero seguir escondiéndome. No más.

Charles lo miró durante unos largos segundos, procesando sus palabras. Finalmente, suspiró, dejando la taza de café en la mesa.

─ Es demasiado tarde para decir todo esto, Carlos. ─ dijo suavemente.─ Ya no sé si puedo confiar en que las cosas serán diferentes.

Carlos sintió que cada palabra de Charles le atravesaba el corazón. Sabía que el daño estaba hecho, que sus acciones y su incapacidad para enfrentar sus sentimientos antes habían dejado cicatrices profundas en Charles. Pero aún así, no podía rendirse. No cuando finalmente había entendido lo que realmente quería.

─ No quiero perderte, Charles. ─ dijo en un susurro.─ No sé cómo demostrarte que estoy dispuesto a cambiar, pero te juro que lo haré.

Charles lo observó, con los ojos llenos de dolor, pero también de cansancio. No estaba seguro de si podía confiar en las palabras de Carlos, no después de todo lo que había pasado.

─ No sé si puedo volver a confiar en ti, Carlos. No ahora.

Carlos dio un paso más hacia él, su corazón latiendo con fuerza en el pecho.─ Dime qué puedo hacer. Solo dime qué necesitas para que podamos intentar arreglar esto.

Charles se quedó en silencio, su mirada perdida por un momento. Luego, finalmente, suspiró.

─ No sé si hay algo que puedas hacer, Carlos. A veces, simplemente... ya es demasiado tarde.

El silencio volvió a caer entre ellos, pesado e incómodo. Carlos sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Sabía que había llegado al límite, que ya no podía empujar más. Pero también sabía que, a pesar de todo, no podía rendirse.

─ No quiero que esto termine aquí. ─ dijo, su voz suave pero decidida.─ No después de todo lo que hemos pasado.

Charles lo miró, con una mezcla de tristeza y resignación en sus ojos.

─ Carlos... tal vez lo mejor para ambos sea dejarlo.

Y con esas palabras, se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Carlos solo, con el corazón roto y una sensación de vacío que no había sentido antes.


Y con esas palabras, se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Carlos solo, con el corazón roto y una sensación de vacío que no había sentido antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nota Autor:
Esta historia me está dejando sin corazón. 😔❤️

Matrimonio por Necesidad ─ Charlos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora