Sylvia reposaba en uno de los balcones del castillo,contemplando la ciudad entera desde ahí. Se preguntaba quéera lo que la retenía ahí. Tal vez era el amor hacia aquel lugar loque la mantenía en Ciudad Menta, o tal vez el no haber conocidonunca algo más allá de los muros de la ciudad.
- Sylvia... -La llamó Nero mientras entraba al balcón. Ya habíaterminado de desayunar y había ido con la intención deencontrar una guía en la mujer.
- Oh, Nero, que agradable sorpresa - Dijo ella mientras apartabasu mirada del horizonte- Veo que te gustó el desayuno que lespreparé.
El hombre quiso ignorar sus palabras e ir directo al grano, perodecidió intentar ser más empático y recíproco a la hospitalidadde su anfitriona.
- Sí, estuvo rico la verdad. El jugo tenía un sabor más... intensode lo normal.
Sylvia soltó una pequeña risita antes de responderle.
- Aprenderás que aquí, Nero, nada es normal. Hay algunascosas que son incluso mejores que allí afuera.
- Supongo que a veces tienes que ver la luz en la infinitaoscuridad - Comentó Nero mientras se apoyaba en el balcón.
- ¿Acaso allá afuera no hay oscuridad? - Preguntó la mujer.
-Siempre hay. Incluso en los días más brillantes hay oscuridad.Y el sol no brilla todos los días.
Ante este comentario, Sylvia cambió su postura. Ahora sucuerpo estaba dirigido a Nero, y su mirada fija en él.
- ¿Cómo es ese... sol? - Preguntó ella con curiosidad.
- Una gigante bola de fuego que ilumina el mundo -Respondió élmientras contemplaba el cielo- Sale por el este y se oculta por eloeste. Está a miles de kilómetros del planeta, pero, a pesar deeso, lo puedes ver si miras al cielo.
- Se oye fascinante... -Suspiró Sylvia.
- ¿Nunca has pensado en salir y ver el mundo por ti misma?
- Cientos de veces -Respondió la mujer, junto con una sonrisanostálgica- Los viajeros que llegan a mí suelen hablar, igualque tú, de las maravillas del mundo. Yo... a veces siento quesolo estoy sobreviviendo.
- ¿Y por qué no intentas conseguir el deseo? - Le preguntóNero- Podrías obtener tener todo lo que tú quisieras.
- Es la gran mentira de todos los miserables: Desean obtener eldeseo que tanto quieren, mas no el que necesitan; vivenengañados creyendo que su deseo cambiará sus vidas -Sylviahizo una pausa antes de continuar- En realidad son pocos losque han logrado llegar al final, y déjame decirte que incluso ellosno tienen finales felices.
- ¿Acaso tiene algo de malo? -Preguntó Nero- El querer algo...
- Miseria sabe lo que necesitas -Respondió la mujer- Este lugarno solo es un abismo de atrocidades, también es la verdad, unaverdad oscura y aterradora.
- Pues yo no soy como los demás -Replicó el hombre,volviéndose hacia ella- Yo no pediré riquezas ni poder. Mideseo es algo que quiero, necesito... Y es algo bueno.
Sylvia, cuyos ojos y oídos estaban repartidos a lo largo de todala ciudad en la forma de sus arañas, sabía perfectamente cuálera el deseo de Nero, lo que le arrancó una pequeña sonrisatriste, pero decidió no vulnerar su privacidad.
- Esperemos que sí, Nero -Dijo mientras se retiraba del balcón.
- Será mejor que pasemos -Siguió ella, invitando a Nero aseguirla- Para decirles a ti y a Elena lo que quieren saber.
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Azúcar y Miseria
AdventureNero, un hombre misterioso y sombrío, viaja a un mundo desconocido y paranormal llamado Miseria buscando el deseo que se les promete a aquellos que logran entrar y salir de este infierno victoriosos. Cuenta de Instagram del libro para todos aquellos...