Capítulo 2: Equilibrio Terrenal

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Keching estaba sentada en su oficina, la luz de las linternas de Liyue brillaba suavemente a través de las ventanas, mientras el sonido distante de la ciudad vibraba en el fondo. Los informes se apilaban frente a ella, cada uno detallando la estabilidad del puerto, las transacciones comerciales y las políticas de seguridad que mantenían el equilibrio en la región. A pesar de su concentración habitual, algo la distraía. Cada vez que levantaba la mirada hacia Ganyu, quien trabajaba diligentemente en un escritorio cercano, sus pensamientos se desviaban de los papeles que tenía frente a ella.

Ganyu, siempre tan tranquila y dedicada, revisaba minuciosamente algunos documentos, perdida en sus tareas. Sin embargo, no era el enfoque de Ganyu lo que capturaba la atención de Keching, sino lo que esa serenidad representaba. Desde que conoció a TN, el chico que apareció inesperadamente en sus vidas, Keching había notado una ligera pero notable diferencia en Ganyu. Era más relajada, más... ¿feliz? Algo que no era usual ver en la secretaria.

Keching se removió en su asiento, dejando el pincel a un lado por un momento, su mente divagando hacia aquel encuentro inesperado con TN. El joven había sido amable, pero algo en él le provocaba una sensación extraña. ¿Cómo era posible que alguien tan normal, al menos en apariencia, pudiera acercarse tanto a Ganyu? La relación que compartían parecía demasiado rápida y cercana, lo cual generaba una inquietud en su interior.

Keching: No puede ser tan simple. - pensó para sí misma, frunciendo ligeramente el ceño- Nadie se gana la confianza de Ganyu de esa manera, tan rápido. Tengo que averiguar más sobre él... por su bien.

Su preocupación por Ganyu solo la hacía más determinada. Keching sentía una responsabilidad personal hacia aquellos con los que trabajaba, y Ganyu, como una de sus colegas más cercanas, no era la excepción. Sabía que Ganyu no tenía el mismo nivel de experiencia cuando se trataba de lidiar con asuntos personales o relaciones cercanas. Su naturaleza tranquila y distante la hacía vulnerable a quienes pudieran aprovecharse de ella.

Keching desvió la mirada de los documentos y se enfocó completamente en Ganyu, viendo cómo ésta continuaba con sus deberes, aparentemente sin preocuparse por nada más. Su mente volvía, una y otra vez, a la idea de TN. ¿Era realmente tan inofensivo como parecía? ¿Qué intenciones tenía al acercarse tanto a Ganyu? Estas preguntas solo alimentaban su necesidad de vigilar de cerca la situación.

Keching: Ganyu no siempre es consciente de los peligros que la rodean. -se dijo a sí misma- Si él tiene otras intenciones... no puedo permitir que le haga daño.

Ganyu, como si hubiera notado la mirada fija de su compañera, levantó la vista y encontró los ojos de Keching. La secretaria le sonrió suavemente, pero Keching apenas devolvió el gesto, inmersa en sus pensamientos. Su preocupación era demasiado grande para dejarla ir con una simple sonrisa.

Finalmente, Ganyu rompió el silencio, su voz suave como siempre.

Ganyu: ¿Todo bien, Señorita Keching? Parece distraída.

Keching tomó aire, tratando de disimular la preocupación que llevaba dentro.

Keching: No es nada. Solo estoy pensando en algunos asuntos de la ciudad. -mintió, volviendo su atención a los papeles en su escritorio.

Ganyu, confiada como siempre, asintió con la cabeza y volvió a sus propios deberes, sin sospechar nada más. Keching, por otro lado, sintió cómo su resolución se hacía más fuerte. No permitiría que nadie se aprovechara de su amiga, mucho menos alguien que acababa de aparecer en su vida.

Keching: Haré todo lo que sea necesario para asegurarme de que Ganyu esté a salvo. -pensó mientras volvía a tomar el pincel, lista para retomar su trabajo.

Ecos De Liyue: El Loto Y La Estrella Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora