El momento del pasillo quedó atrás. El de cabello negro dijo que no pensaba soportarnos más y que se largaba. El de cabello celeste y Emeric se vieron obligados a seguirlo. Éste último no se retiró sin antes mirar horrible a Elwin y a Leonora, de mi pasó totalmente.
Cuando caminábamos hacia nuestros salones, Leo se refirió a algo sobre Emeric que no logré comprender, algo sobre la alergia hacia las mujeres que el chico poseía.
—Hart, ¿estás bien?— Era Elwin de pie junto a mi mesa. Habían tocado la campana y yo aún no guardaba mis cosas en el bolso —Es hora del brunch.
Me apresuré en ordenar mis útiles y en seguirlo hacia fuera del salón de historia. La clase fue más introductoria y de un repaso de lo que habían estudiado a fines del año pasado. Lo mejor era que me ubicaba muy bien.
—Estas callado— Comentó mi amigo, mirándome preocupado.
—Solo pensaba en la reciente clase. Fue divertida— Terminé la frase con una leve sonrisa que esperaba que le tranquilizara.
Él me sonrió de vuelta.
—¿En serio jamás tuviste clases en una institución?— Inquirió con notable curiosidad —Yo no soportaría estar tanto tiempo en casa. Emeric tiene razón cuando dice que mi padre es chiflado.
Reí un poco cuando noté que lo decía con la intención de que sonara divertido.
—¿Por qué dices eso?— Quise saber, ya que no se me ocurría nada que convirtiera a alguien en un chiflado.
Él me miró con una ligera sonrisa, como si le agradara que le preguntase al respecto.
—Bueno...— Lo pensó un poco mirando hacia el frente —Anoche, por ejemplo, me desperté asustado porque mi papá estaba "luchando" en el pasillo, justo frente a mi puerta.
—¿Luchando? ¿Con quién?— Consulté notablemente confundido.
Él se encogió de hombros.
—Eso...— Suspiró —Con "Admetus", un villano de su reciente libro. Esta escribiendo la parte final, entonces...— Hizo un gesto con sus manos, queriendo explicarse —Digamos que se encuentra más apasionado de lo normal.
No evité reír nuevamente ante la imagen de un hombre peleando consigo mismo en recreación de lo que pasaba por su mente.
—La verdad,— Dejé de reír al pensar en algo —creo que tu padre es bastante inspirador.
Él soltó un "Já", ya bajando las escaleras hasta el primer piso.
—Inspirador para cualquier cosa menos en dejar a su hijo tener una vida tranquila— Hizo sonar su lengua —Si tan solo se comportara como una persona normal en sus entrevistas o escribiera historias menos desvergonzadas.
Sobre eso, Emeric se había referido a que su padre escribía cosas... ¿Cómo le llamó?
Oh, claro.
—¿Qué es "gays"?— Pregunté con total calma.
Él dejó de caminar y se me quedó mirando muy incrédulo.
Tal vez no debí consultarlo, ¿será ofensivo? Es de esperar, lo dijo ese tipo después de todo.
—¿No sabes lo que es ser gay?— Dudó, expresándose con un tono más bajo a pesar de que por el pasillo no había un alma además de nosotros.
—¿Debo saberlo?— Indagué con cautela.
Elwin me escudriñó con la mirada, supongo intentando encontrar un ápice de mentira o broma en mis gestos.
—Bueno, ¿sí?— Respondió volviendo a estar a mi lado —Tenemos dieciséis, debemos saber qué es todo eso para... No lo sé, entendernos.
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El Señorito inocente
Novela JuvenilLa inocencia resulta ser muy molesta algunas veces, como un velo que a pesar de su fragilidad, no te permite ver a través de él. Esta era la única cosa que acomplejaba a Hart Beaumont, un adolescente que lo tenía todo pero no entendía nada. Además...