Culpables

05

Insólito.
Tremendamente estúpido, arriesgado y desleal.
¿Que hacía allí? No lo entendía pero sin darse demasiado para pensar,  solo quince minutos antes de la cita, tomó sus llaves y aceleró a toda marcha a la zona suburbana donde estaba el apartamento de su nuera.
Su esposa lo llamó antes de llegar y él solo se sintió aún más culpable por mentirle de esa forma.

  - Saldré un momento con Miroku cariño, no te preocupes, solo deja la cena en el horno- dijo antes de colgar la llamada

Fumó un cigarrillo antes de entrar al edificio,  se sentía nervioso. Como cuando era estudiante y se saltaba algunas clases en la secundaria, era casi la misma sensación. Saber que hacía mal pero se sentía bien.
¿Loco? Si, lo dudaba con frecuencia desde que Kagome había aparecido en su vida, pero ella era como un imán, imposible de resistir esa fuerte atracción que le generaba..
El olor de las paredes de aquel viejo edificio no era agradable, pero no le importó, mucho menos tener que subir cinco pisos por las escaleras en tan deteriorado estado.

  - Entra- la voz femenina lo sacó de su mundo personal, incluso aún después de haber subido por aquellos cientos de peldaños hasta su apartamento sin casi darse cuenta.

Entre confundido y exitado ingresó al viejo salón, las velas aromáticas no solo hacían agradable el lugar a la vista sino que el olor a lavanda inundó sus fosas nasales produciendo una efecto tranquilizante inmediato.
Kagome apareció frente a él, un largo kimono de seda roja cubría lo que aseguraba ser su desnudez. Su cabello totalmente suelto en caia en interminables bucles y sus labios color carmesí intenso invitaban a pecar sin remordimiento.
Como animal en celo, se le tiró encima sin mediar palabra, pero la acción de ella lo dejó perplejo.
Esquivando su rostro a un lado y dando un paso atrás lo miró de manera indescifrable.

  - ¿Estás..estás jugando conmigo?- su voz sonó herida.

  - No, Sesshomaru. No estoy jugando pero no funcionará así.. -

El levantó su ceja mostrando su descontento con la situación.

  - Te explicaré..- y dejó caer aquella prenda al suelo, quedando completamente desnuda ante sus ojos brillantes.

  - Yo diré cuando. Yo diré cómo..y yo diré cuánto- sus palabras solo lograron confundirlo más.

La azabache sonrió y se sentó al borde del sofá, abriendo sus piernas al máximo, permitiéndole ver su feminidad totalmente abierta y deseosa por él...

  - Ven aquí..- Le hizo una seña con su dedo hasta tenerlo enfrente.

  - De rodillas- la voz de Kagome sonaba diferente. Ella sin dudas estaba disfrutando de todo eso.

Ilógico.
Como al principio, pero no la hizo esperar y obedeció hasta quedar con su rostro a centímetros del lugar que anhelaba profanar.

  - Lame..- susurró la chica y esperó, dejando caer su cabeza hacia atrás del respaldo de aquel desgastado sillón.