Culpables

02

Las hojas otoñales caían dejando una especie de senda a la entrada del hogar de los Taisho.

-Te dije que llamaras al jardinero hace tres días Sesshomaru -

-Se me olvidó completamente, disculpa querida- respondió el hombre tocando el hombro de su esposa que parecía realmente molesta.

  -¿Que dirá nuestra nuera al llegar y ver este desastre?-

El peliplata sonrió y miró hacia el exterior por la ventana, con ambas manos en sus bolsillos.

  - Si se vé realmente precioso...-

Resoplando, Kagura se alejó del lugar para dirigirse a la cocina donde estaba preparando la cena y variedad de postres para agasajar a sus invitados que estaban próximos al llegar.

Sesshomaru por el contrario, tomaba las cosas con más calma y solo se limitó a servirse un trago y esperar a su hijo quien venía a presentar a su nueva novia a casa.
Rin parecía inquieta también, ya que no era normal en su hermano que trajera sus parejas a casa y ésta misteriosa mujer era la segunda que conocerían.

  - ¿Será una engreída como aquella Kikyo?-

  - No lo sé, pero no te preocupes demasiado por esto. Sabes que Inuyasha cambia de pareja demasiado seguido- observó Sesshomaru, quitandole importancia al tema.

  - Pero papá.. es la segunda chica que nos trae a casa-

Era verdad. Su hijo era una especie de cazador en cuanto al sexo femenino,  no lo culpaba, él mismo hubiera sido así si no hubiera embarazado a Kagura tan precozmente.
Aunque en sus cuarentas tantos se conservaba estupendo, en el fondo envidiaba la juventud de Inuyasha y su improvisada vida ,muy contraria a como tuvo la de él.
Se sintió ahogado por unos momentos, otra vez el maldito dolor de cabeza se anunciaba con una especie de punzada.

  - Ahí están llegando!- escuchó a su esposa exclamar

Pero el se excusó y fue directo al botiquín por unos comprimidos y frenar a tiempo su malestar.
Aprovechó para lavarse la cara, y se miró al espejo.
Esos pequeños intercambios de palabras con Rin lo había echo sentir miserable.
Era cierto, era exitoso, había formado una familia decente pero ¿a que costo..?
No se sentía feliz.

En sala se escuchaban las risas y la conversación de los recién llegados y no tuvo más opción que suspirar y salir a participar de una comida que realmente le daba lo mismo.
Se fue asomando y el primero en abrazarlo fue su hijo.

  - Papá !!- y él correspondió su gesto.

  - ¿Como has estado?- le preguntó su padre

  - Más que bien papá. Ven, te presentaré a mi hermosa novia-

No sabía si sería una maldita ilusión por causa de su migraña o quizás estaba teniendo delirios por alguna razón neurológica. Pero allí estaba ella.