Harta.
Esa era la única palabra que Sullyoon podía usar para describirse en ese momento. Desde que la invitaron al programa de entrevistas de Sana, había esperado que el público finalmente entendiera lo que sentía por la mayor, que dejaran de asociarlas como madre e hija. Pero eso no pasó, y todo su esfuerzo parecía en vano.
Había intentado ser clara durante la entrevista, incluso siendo más atrevida que nunca. Pero Sana seguía ignorando sus señales, tratándola como una niña, y eso la frustraba. Sully ya no era una niña, y menos era la hija de Sana, a pesar de lo que algunos fans querían creer. Esa dinámica "tierna" que tenía con ella le hacía hervir la sangre. ¿Por qué no podía verla como veía a las otras chicas a quienes sí les coqueteaba?
Sully cerró su computadora con fastidio tras leer los comentarios de la entrevista. Nadie había captado lo que realmente quería decir. ¡Incluso cuando confesó que quería conquistar a Sana, todo el mundo lo tomó como una broma! No lo podía soportar más. Y ahí estaba, encaminándose al lugar que ahora sentía como su segunda casa: el departamento de Sana.
Al llegar, Sana la recibió con esa sonrisa cálida que siempre la desarmaba. "¿Viste la entrevista?" preguntó la japonesa emocionada, sin notar la tormenta interna de Sully.
"Sí, la vi." Sullyoon forzó una sonrisa, entrando al apartamento y siendo envuelta por el ambiente acogedor que siempre la calmaba, aunque hoy, ni siquiera eso parecía suficiente.
Sana, siempre perceptiva, notó algo raro en ella. "¿Estás bien? ¿Alguien te dijo algo? ¿A quién le pego?" bromeó, intentando animarla.
Pero Sullyoon, más seria de lo habitual, respiró profundo. "Creo que no estoy muy satisfecha con la entrevista..." confesó, evitando entrar en detalles. Le avergonzaba admitir que lo que más le dolía era que cortaron todas las partes en las que coqueteaba abiertamente con Sana.
Sana la miró preocupada. "¿Hubo algún malentendido? Podemos arreglarlo."
"No, no es eso..." murmuró Sullyoon, viendo cómo Sana se inclinaba un poco más hacia ella, buscando su mirada. El toque suave de Sana en su mano la hizo temblar por dentro. ¡¿Por qué siempre tenía que hacerle eso y luego tratarla como a una niña?!
"Puedes pedirme lo que quieras, Sully. Sabes que haré todo lo posible para ayudarte," dijo Sana, acariciando su mano, sin saber que eso solo aumentaba la frustración de Sully.
Y en ese instante, Sullyoon supo que no podía seguir callando lo que sentía. Necesitaba decirlo, ser completamente honesta, o el peso en su pecho solo crecería más. Se armó de valor, como tantas veces lo había hecho.
"Es que cortaron todas las partes en las que te coqueteaba" confesó con vergüenza.
Y Sana no pudo evitar reír con suavidad.
"¿Es solo eso? Podemos arreglarlo, tal vez podamos subir un especial en el que recopilemos..."
"No, Sana, en realidad hay algo más... algo que debo decirte," empezó, sintiendo su corazón acelerarse.
Y Sana pudo imaginar lo que venía, eso mismo que por tanto tiempo había intentado evadir.
Entonces las palabras de Sully salieron sin freno: "Me gustas. No como amiga... me gustas de verdad."
El ambiente se volvió tenso al instante. Sana, sorprendida, trató de procesar lo que acababa de escuchar, ya lo sabía, pero no quería escucharlo, no quería lidiar con eso, pero en su interior, el conflicto creció. "Sullyoon, eres joven... esto es complicado," respondió Sana, aunque sabía que esas palabras no serían suficientes para calmar la tormenta en el corazón de Sully.
Sullyoon sintió la frustración volver. "¿Es por la edad? Sana, no me importa eso. No quiero perderte, pero tampoco puedo ignorar lo que siento."
Sana bajó la mirada, intentando ser fuerte. "No es que no te aprecie, Sully, pero no quiero que nuestra amistad se dañe por algo que podría ser más complicado de lo que piensas."
Sullyoon sintió el dolor apoderarse de ella. "Pero lo que siento es real..."
El silencio que siguió fue devastador. Sana la miró, deseando poder decir algo más, algo que no la lastimara tanto, pero la barrera invisible entre ellas ya estaba instalada. "Dame tiempo, Sully... Por favor."
Sullyoon asintió, tragándose las lágrimas. Sabía que no sería fácil, pero al menos lo había intentado. "Está bien. Supongo que solo seremos amigas, como siempre."
Y aunque se sintió derrotada, dentro de ella aún quedaba un pequeño rayo de esperanza. Porque ser valiente, dar ese paso, era el primer movimiento para hacer realidad sus sentimientos, aunque el camino fuera largo y lleno de obstáculos.
Porque a veces, ser honesta contigo misma es el acto más valiente que puedes hacer, y tal vez, solo tal vez, las cosas puedan cambiar cuando menos lo esperes.
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Bias | Sana × Sullyoon
FanfictionDonde Sullyoon está harta de ser llamada "la hija de Sana"