Después de un día largo recorriendo la ciudad natal de Sana, ambas decidieron regresar al hotel para descansar. La emoción de explorar juntas la ciudad las había dejado agotadas, pero también llenas de una extraña energía, como si el viaje hubiera acercado más sus corazones. Era la primera vez que realmente compartían tanto tiempo a solas, lejos de los ojos curiosos de sus compañeras, y eso las hacía sentir una mezcla de emoción y nervios.
Cuando llegaron a su habitación del hotel, Sana sugirió algo diferente para terminar el día.
"¿Qué te parece si pedimos un poco de vino?" propuso, mientras se quitaba los zapatos y se dejaba caer sobre la cama. "No tenemos ninguna actividad mañana, así que podríamos relajarnos y charlar un poco."
Sullyoon, aún un poco nerviosa por estar sola con Sana en un ambiente tan íntimo, asintió tímidamente. La idea de pasar la noche hablando y relajándose con Sana la emocionaba, aunque también sentía una ligera presión en el pecho al pensar en lo que podía pasar.
"Me parece bien" respondió con una sonrisa nerviosa. "Aunque no estoy muy acostumbrada a beber."
"No te preocupes, no beberemos mucho" dijo Sana, guiñándole un ojo. "Solo un par de copas para relajarnos y disfrutar la noche."
Sana llamó al servicio de habitaciones y pidió una botella de vino blanco y algunos aperitivos. Poco después, la botella llegó junto con dos copas. Sana sirvió un poco para ambas y levantó su copa con una sonrisa juguetona.
"Por nuestro pequeño escape" dijo Sana, entrechocando su copa con la de Sullyoon. "Y porque te hayas animado a quedarte conmigo."
Sullyoon rió suavemente, brindando con Sana antes de dar un pequeño sorbo al vino. Era dulce y ligero, perfecto para la ocasión. Ambas se acomodaron en la cama, sus cuerpos relajados mientras la atmósfera de la habitación se volvía más tranquila e íntima.
La conversación fluyó con naturalidad. Hablaron de todo: sus vidas antes de debutar, los desafíos de estar en la industria, los momentos en que habían querido rendirse, pero también los que las habían hecho sentir más vivas. Sana, siendo la mayor, compartió anécdotas de sus primeros días en Twice, de cómo había crecido como persona y como artista. Sullyoon la escuchaba fascinada, sintiéndose cada vez más conectada con ella.
"A veces siento que toda mi vida ha sido una montaña rusa" confesó Sana, bebiendo otro sorbo de vino. "Y ahora, estar aquí contigo, es como una pausa… una oportunidad para respirar. No pensé que sentiría esto otra vez."
Sullyoon la miró con ternura. No podía evitar admirar la fuerza y la experiencia que Sana había acumulado a lo largo de los años, pero al mismo tiempo, veía en ella una vulnerabilidad que rara vez mostraba frente a los demás.
"Yo… siento lo mismo" dijo Sullyoon en voz baja, sintiendo que la confesión era más importante de lo que parecía. "Estar contigo me hace sentir segura. Como si el resto del mundo desapareciera cuando estamos juntas."
Sana sonrió, emocionada por lo que escuchaba. Se acercó un poco más a Sullyoon en la cama, hasta que sus hombros se tocaron. La cercanía era cálida y reconfortante.
"¿Sabes? Nunca pensé que alguien más joven que yo me hiciera sentir de esta manera" admitió Sana, bajando la mirada hacia su copa. "Me asustaba la idea de que te interesaras en mí. Pensé que no era justo para ti."
Sullyoon tomó un respiro profundo, sintiendo que este era el momento de ser completamente honesta.
"Yo sabía lo que sentía desde el principio, Sana. Nunca me ha importado la diferencia de edad. Solo quería estar contigo, como ahora. Eso es lo único que importa para mí."
Sana se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Sullyoon había dicho. Sabía que la joven era sincera, y eso le daba una mezcla de alivio y aprecio. Poco a poco, las dudas que la habían acosado durante tanto tiempo empezaban a desvanecerse.
"Tienes razón" murmuró Sana, mirándola a los ojos. "Tal vez he estado pensando demasiado. A veces es mejor simplemente dejar que las cosas fluyan."
Ambas se quedaron en silencio, pero esta vez la tensión había desaparecido. La calidez que sentían era real y cada vez más palpable. Sana, con un gesto suave, se inclinó hacia Sullyoon y la abrazó, envolviéndola en sus brazos.
"Gracias por estar aquí conmigo" susurró Sana. "De verdad."
Sullyoon correspondió el abrazo, sintiendo que su corazón latía más rápido, pero de una manera tranquila y llena de emoción. Estar tan cerca de Sana, compartir ese momento de honestidad y afecto, le hacía sentir que todo había valido la pena.
"Siempre estaré contigo, Sana" respondió Sullyoon con ternura. "No importa lo que pase."
El resto de la noche la pasaron hablando, riendo, y compartiendo más historias. A medida que el vino hacía efecto, ambas se relajaron aún más, y las palabras fluyeron sin esfuerzo. A pesar de la intimidad del momento, ninguna de las dos sentía prisa por avanzar a algo más. Estaban disfrutando de estar juntas, de conocerse más allá de lo superficial, y eso era suficiente por ahora.
Cuando finalmente decidieron dormir, se acurrucaron en la misma cama, compartiendo caricias suaves y palabras dulces antes de cerrar los ojos. La noche había sido todo lo que necesitaban: una oportunidad para conectar más profundamente y reafirmar lo que sentían la una por la otra.
Y aunque las bromas de las demás chicas seguían resonando en sus cabezas, Sana y Sullyoon sabían que lo que tenían era real, algo que no necesitaba la aprobación de nadie más.
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Bias | Sana × Sullyoon
FanfictionDonde Sullyoon está harta de ser llamada "la hija de Sana"