Capítulo 2: La Llamada Inesperada

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El sonido suave de una guitarra resonaba en el estudio. Era temprano, y Winter había llegado antes de lo previsto, buscando perderse en su música. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar, muy lejos de los acordes que intentaba componer. No podía dejar de pensar en Karina: sus manos ágiles, su sonrisa serena, y la forma en que había hecho que el fansmeeting fuera inolvidable.

Sentada en el sofá del estudio, Winter miraba la pantalla de su teléfono, dudando. Le habían dado el contacto de muchas personas a lo largo de su carrera, pero nunca había sentido tanta urgencia por obtener un número en específico. Cerró los ojos y suspiró, frustrada. Necesitaba hablar con Karina, pero no sabía cómo acercarse sin parecer... ¿desesperada?

Fue entonces cuando Aeri, también conocida como Giselle, entró al estudio con un café en la mano, su cabello despeinado y sus audífonos colgando de su cuello. Notó la expresión de Winter de inmediato y se dejó caer a su lado en el sofá.

-Annyeonghaseyo, Minjeong-ah. Pareces un gato perdido -dijo Giselle en tono burlón, dándole un codazo suave.

Winter la miró de reojo y soltó un gruñido antes de hundir su cara en sus manos.

-No puedo sacarla de mi cabeza, Aeri-unnie -murmuró Winter, casi avergonzada de sus propias palabras.

Giselle alzó una ceja, claramente intrigada.

-¿A quién? ¿De quién hablas?

Winter se acomodó en el sofá, cruzando los brazos sobre el pecho. Sabía que, si había alguien con quien podía hablar sin filtros, era Giselle. Después de todo, habían sido inseparables desde que Winter había comenzado su carrera, y Giselle siempre había estado a su lado, tanto en los buenos como en los malos momentos.

-Karina... -admitió Winter, finalmente dejando salir lo que llevaba todo el día rondando su mente-. No sé qué tiene, pero no puedo dejar de pensar en ella.

Giselle se quedó en silencio por un momento, tratando de recordar la interacción que Winter y Karina habían tenido durante el fansmeeting. Cuando las piezas encajaron, se rió suavemente, sin poder evitarlo.

-¿La traductora? ¡Aigoo, Minjeong-ah! Nunca te había visto así -dijo Giselle, disfrutando de ver a su amiga tan desconcertada-. ¿Qué pasa? ¿Te enamoraste de la forma en que escribe rápido o qué?

Winter le lanzó una mirada de advertencia, pero no pudo evitar que una sonrisa traviesa se le escapara.

-Es... diferente, ¿sabes? Me siento estúpida solo pensando en esto, pero cuando estaba con ella, todo se sintió tan... fácil. No sé, como si ella pudiera entenderme sin decir nada.

-Aww, nuestra pequeña rockstar está enamorada -bromeó Giselle, dándole una palmadita en la cabeza-. Así que, ¿qué vas a hacer al respecto? No creo que quedarte aquí suspirando te vaya a llevar muy lejos.

Winter suspiró nuevamente y miró a Giselle con un brillo de determinación en los ojos.

-Quiero hablar con ella, pero no tengo su número. Quiero decir, podría pedírselo a Krystal, pero no quiero parecer tan... desesperada.

Giselle se rió fuerte y se recostó más cómodamente en el sofá, disfrutando de la desesperación de Winter.

-Minjeong-ah, estás totalmente desesperada. ¿Por qué no simplemente le pides el número a Krystal? No es como si te lo fuera a negar, además, dudo que a Karina le moleste.

Winter asintió lentamente, sabiendo que Giselle tenía razón. Tomó su teléfono y se quedó mirando la lista de contactos por un momento antes de finalmente encontrar el de Krystal. Tomó aire profundamente y apretó el botón de llamada. El tono sonó una vez, dos veces, y luego la voz suave pero firme de Krystal contestó.

ROCKSTAR - WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora