Abrí mis ojos sintiendo un fuerte dolor en el cuello, gemí suavemente y me acomodé apoyando con cuidado la cabeza en la almohada. Fruncí el ceño al sentir un peso en mi estómago. Con lentitud, llevé mi mano hasta aquel punto. Brinqué al sentir una mano. Me senté respirando agitadamente y evitando gritar. Me giré encontrándome con nada más y nada menos que Tom Kaulitz¿Qué cojones hago aquí? ¡Seguro que esté imbécil me drogó para violarme!
Conté mentalmente hasta tres para soltar un fuerte chillido. Tom con sus ojos aún cerrados abrió la boca y comenzó también a chillar, sin embargo, luego se detuvo y comenzó a reír.
Jesús, creo que tuve un orgasmo mental.
—¿Por qué mierda te ríes? —pregunté apartando su brazo que aún estaba en mi cintura.
—No sé por qué te sorprende, si fuiste la primera en caer dormida. —suspiró llevando su brazo hasta su rostro y así cubrir sus ojos. —Creo que tuve demasiada acción.
Nuevamente grité por unos largos segundos.
—¡Pedazo de imbécil! Te voy a denunciar. —saqué las sábanas de mi cuerpo y me levanté.
—Tengo que grabar este momento. —susurró cogiendo su móvil.
Indignada, revisé mi cuerpo. Suspiré con calma al ver mi ropa, solamente mis pies estaban descalzos.
—Imbécil, ¿cómo mierda se le ocurre violarme? —escupí hablando con mi conciencia. —Mi madre me va a matar. ¿Y si estoy embarazada? ¡Ay, Dios mío!
—¡Esto se hará viral en las redes sociales! —alzó la voz riendo.
—¿Para qué quieres ese vídeo? —pregunté recogiendo mis zapatos. —¿Lo subirás a alguna pagina porno? —pregunté intentando evitar lanzarle mi zapato.
—Nena, ¿puedes sentarte y calmarte? —susurró palmeando suavemente su cama, indicando que me sentara. Suspiré y aún histérica, me senté.
—Sigo con ganas de pegarte. —bufé cruzándome de brazos.
—¿Me creerías si te digo que ayer no te hice absolutamente nada? —frunció su ceño. —Bueno, en un tema sexual.
—¡Vamos! Estabas completamente borracho. —exclamé de manera obvia.
—Es por esa razón que adoro emborracharme. —sonrió orgulloso.
—¿Cuál?
—Que recuerdo absolutamente todo. —asintió. —Aunque bueno, de la jaqueca nadie se libra. —se quejó.
—Bueno, entonces dime, ¿qué hago en tu cama?
—Pues... —comenzó a hablar. —Yo estaba saltando y bailando por toda la habitación grandes éxitos, ya sabes, la macarena, la gasolina... —se encogió de hombros. —Obviamente con mi hermosa voz y mis sensuales pasos de baile. Tú aburrida, a tal punto de querer matarme, fuiste a mi cama y te acostaste allí para esperar a que yo me aburriese, pero eso nunca pasó y bueno, te quedaste dormida. —lamió mis labios. —Esa es la verdadera historia.
—¿Y por qué debería creerte?
—Porque si llego a tener sexo contigo, tú lo recordarías como uno de los mejores polvos de tu vida. —guiñó un ojo acostándose nuevamente.
Noté como cerró sus ojos y se quejó en voz baja.
Debo admitir que, le creo, solo porque yo recuerdo todo lo que dijo. Estaba tan cansada que con tan solo tocar la cama, me dormí.
—¿Quieres agua? —pregunté al escucharlo quejarse nuevamente.
—Por favor. —pidió. —¡Oh! También una aspirina. —dudó unos segundos. —Y si quieres, un beso.
—Besa tu culo, estúpido. —rodé los ojos alejándome de allí.
Llegué a su cocina buscando un vaso, cuando lo tuve en mis manos algo vibró en mi chaqueta. Mi teléfono se encontraba en el bolsillo de esta. Lo saqué y observé como nuevas notificaciones de mi blog se hacían presentes.
Creo que es hora de publicar algo nuevo sobre Tom.
•Razón número veinte para superar a Tom Kaulitz: el alcohol puede realizar verdaderos en él. Por ejemplo, excitación con todo lo que le rodea, hasta tocar una cabeza humana.
Guardé mi teléfono y llené el vaso de agua. Cuando iba hacia el cuarto de Tom, unos golpes fuertes en la puerta me interrumpieron.¿Y ahora que hago? ¿Voy a abrir o paso?
¡Tengo que dejar de ser tan chismosa, por Dios!
Suspiré y caminé hacia la puerta.
—¡Tú maldita puta! —gritó y rápidamente me quise esconder.
—¿Yo?
—¡Sabía que estabas aquí! —gritó golpeando el suelo con sus tacones. —¡Te dije que si llegabas a tener sexo me llamaras!
—Mel, te lo puedo explicar. —susurré bajando mi mirada.
—¿Explicar? ¿Explicar, qué? —gritó indignada.
—Lo siento.
—¡Nuestra relación ha terminado! —fingió llorar. —¡No vuelvas a hablarme nunca más!
Agarró el pomo de la puerta y la cerró de un portazo. Esperé unos cinco segundos y sonreí cuando volví a escuchar como la puerta era golpeada. Abrí y unos brazos se envolvieron en mi cuello.
—¡Ya dime por qué estás aquí, amiga! —cerré la puerta a sus espaldas y me separé de ella.
—No tuve sexo con él. —expliqué lentamente.
—¡No importa! Estás en su habitación y eso, ya es un gran y poderoso avance. —sacudió sus manos. —Ya, cuéntame. —hizo pucheros.
—Ayer en la fiesta estaba muy borracho, pero la verdad es que no me incomodó en lo absoluto. —solté una carcajada. —Despues de batallar con él y dejar que vomitara al lado de una pareja que estaban teniendo sexo, lo traje hasta aquí. Bailó y cantó por horas con su gran borrachera, yo estaba cansada, me acosté en su cama y me dormí. —me encogí de hombros restándole importancia.
—¡Qué emoción! —exclamó. —¿Y dónde está Tom ahora?
—Bueno, él está...
No llegué a terminar la frase cuando fui interrumpida por un golpe fuerte.
—¿Qué fue eso? —preguntó Mel en un susurro.
Ambas nos observamos, para luego caminar hasta la habitación de Tom. Al abrir la puerta tuvimos una reacción bastante estúpida, a decir verdad.
Melanie cubrió sus ojos mientras gritaba de una manera bastante aguda, en cambio yo, no sé por qué lancé el agua del vaso en la cara de Tom que se encontraba tirado en el suelo.
¿Esta muerto?
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𝔾𝕦𝕚𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕤𝕦𝕡𝕖𝕣𝕒𝕣 𝕒 𝕋𝕠𝕞 𝕂𝕒𝕦𝕝𝕚𝕥𝕫.
Fanfiction•Razón numero uno para superar a Tom Kaulitz: sus relaciones terminan vía telefónica.