Al día siguiente me levanté con los mismos ánimos de toda la semana. Mientras desayunaba en silencio, pensaba en las miles de maneras para hablar con Tom, pero todo terminaba en un Tom decepcionado.Melanie entró a la cocina y dejando un beso en mi cabeza se sentó enfrente de mí. Soltó un suspiro al verme sonreír forzadamente, hizo un puchero y se quejó.
—Ari, ¿por qué no me dejas ir donde él y contarle la verdad? —preguntó nuevamente.
—Mel, fui yo quien tuvo la idea. Soy yo la culpable, no tú. —respondí por milésima vez, dejando caer mi rostro entre mis manos.
—Pero todo fue por mí. Arizona por favor, quiero hablar yo con él.
—Basta, Mel. Ya decidí que seré yo quien asumirá todo, al fin y al cabo, si tú le cuentas o no, me seguirá odiando de todas formas. —di por terminada la conversación y me levanté, agarré mi bolso y me fui.
Es un echo, mi cabeza no da para más. Hoy sí o sí tengo que hablar con Tom.
¿Y por qué no hacerlo ahora?
Exacto, ¿para qué esperar más? Prefiero que me envíe directa a la mierda de inmediato, no necesito esperar más. De todas formas, me mandará a la mierda tarde o temprano...
Decidida, comienzo a caminar en dirección a las habitaciones de los chicos. Estás se encontraban bastante alejadas de mi edificio, por lo cual tardaría unos minutos.
¿No os pasa que a veces sentís que todos os están observando? Pero, solamente a ti. Porque ese sentimiento es exactamente el que estoy sintiendo en este momento.
Siento que ya todos lo saben. Siento que hasta Tom lo sabe y solo quiere buscar el momento adecuado para cobrar venganza.
Con mi cabeza baja y mi mirada en el suelo, continúe caminando hasta pararme frente a la habitación de Bill y Tom.
Solté un suspiro y alcé mi mano para llamar a la puerta. Segundos después, esta se abrió. Bill salió y sonrió levemente al verme.
—Vienes por Tom, ¿verdad?
Mordí mi labio inferior y asentí lentamente. Él enarcó una ceja y abrió la puerta invitándome a entrar.
—No está, pero quiero hablar contigo. Bueno, más bien algunas personas quieren hablar contigo. —susurró.
Fruncí mi ceño totalmente extrañada y entré en la habitación. Me sorprendí a ver a los amigos de Tom allí.
—Uhm, hola. —susurré, escondiendo mis manos en el bolsillo de mi sudadera.
—Hey. —saludaron todos.
Guardé silencio y observé a Bill, esperando que comenzara a hablar.
—Soy Gustav, por si no lo sabes. —el chico de de gafas se acercó sonriendo amablemente.
—Georg
—Andreas, pero puedes llamarme Andy. —rió encogiéndose de hombros.
—Arizona. —murmuré sintiéndome cada vez más pequeña.
—Bill nos comentó, o más bien nos aclaró, todo este asunto. —sonrió Andy.
—No nos pareces alguien malvado queriendo tirar mierda a un chico como Tom. —continuó Gustav bebiendo de la lata de Coca-cola que tenía en su mano.
—Más bien, fue un acto de valentía. Quisiste proteger a tu amiga y para eso, cobraste venganza. A pesar de no ser la mejor manera, todo fue por tu amiga y eso te honra. Y por lo que sé, Melanie lo valora. —Georg se acercó a Bill y lo rodeó con su brazo. —Mira, si Bill ya se la tiró.
Todos se rieron, en cambio Bill rodó sus ojos y le dió un amistoso golpe en el estómago.
—Si piensas que nosotros iremos y le contaremos todo a Tom... —cerré mis ojos al escuchar esas palabras salir de la boca de Gustav. —Estas equivocada.
—¡¿Qué?! —logré pronunciar.
—Es decir... —tosió Andreas. —Somos amigos de Tom y los amigos nos contamos todo, es una ley por así decirlo, pero también sabemos que esta situación es de dos. Además, que me caes bien. Prefiero que se entere por ti a que se entere por otras bocas.
—Gracias, chicos.
—No estés así, conocemos a Tom y podemos asegurarte que nunca antes lo habíamos visto de esa manera. Ya sabes, completamente amoroso con una chica. —rió Georg. —Tom es de los mujeriegos.
—Más bien, era un mujeriego. —Gustav lo interrumpió.
—En conclusión... —Bill se acercó y rodeó mi cuello con su brazo. —Él te perdonará. En este tiempo te has vuelto alguien muy importante para él, y no te olvidará tan fácilmente.
—¿Tú crees?
—Por supuesto que sí.
—¿Quieres pizza que sobró de anoche? —ofreció Andy.
—No, gracias. —sonreí.
—Mejor, más para nosotros. —Georg agarró la caja entre sus brazos.
En ese instante, mi teléfono sonó indicándome que me había llegado un nuevo mensaje. Lo saqué de mi bolsillo y fruncí el ceño al ver que se trataba de un número desconocido.
Número desconocido:
Arizona, tarde o temprano Tom se iba a enterar. Te dí un tiempo, pero vi como lo desaprovechaste completamente. Ahora es mi turno de intervenir.
Ya sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Por si aun no caes en cuenta, te lo explicaré.
Tom está a solo cinco minutos de que llegue a nuestro lugar de encuentro acordado, para yo enseñarle tu ahora fracasado blog. Espero que no se lo tome a mal, sería una pena. :(((
—July.
Al bloquer y guardar el teléfono pude notar como mis manos comenzaron a sudar.—Chicos... —hablé observándoles.
—¿Qué ocurre? —contestó Gustav.
—¿Dónde está Tom?
—No lo sé. —contestó Georg.
—Salió hace aproximadamente diez minutos., me dijo que volvería de inmediato. También me dijo que era una ridiculez y que por eso estaría de regreso en unos minutos. —contestó Bill. —¿Por qué lo preguntas?
Llevé mi mano hacia mi nuca, sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas.
—Creo que en estos momentos July está hablando con Tom y contándole sobre mi blog.
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𝔾𝕦𝕚𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕤𝕦𝕡𝕖𝕣𝕒𝕣 𝕒 𝕋𝕠𝕞 𝕂𝕒𝕦𝕝𝕚𝕥𝕫.
Фанфик•Razón numero uno para superar a Tom Kaulitz: sus relaciones terminan vía telefónica.