IX

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Izuku se encontraba afuera de la casa de Gran Torino mientras se despedían.

-Fue poco tiempo, pero gracias por recibirme -dijo Izuku, con una reverencia.

Gran Torino solo bostezó, como siempre, desinteresado en los formalismos.

-No hice nada que tengas que agradecerme. Además, tu pasantía terminó de esa forma.

-No, fue gracias a sus instrucciones y entrenamiento constante que me defendí del asesino de héroes -insistió Midoriya, su gratitud evidente en cada palabra.

Gran Torino lo miró de reojo, esta vez sin ocultar su fastidio.

-Supongo que fue mejor que arrojar un golpe certero al cien por ciento y terminar fallando de todas formas. Pero tuviste fracturas por estrés en tu brazo, superaste el límite permitido del cinco por ciento -su tono era cortante, casi regañándolo-. Ya lo sabes, pero si quieres ser como All Might, aún te falta mucho por recorrer.

-¡Sí, señor! -respondió Izuku con firmeza, una chispa de determinación iluminando sus ojos.

Midoriya se tomó un momento para procesar todo lo que había aprendido en su tiempo con Gran Torino. Mientras el silencio caía entre ellos, Izuku recordó que no había visto nada de su maestro en las redes últimamente.

-Señor, me pregunto... ¿por qué no ha estado más activo como héroe? No he visto mucho de usted en las noticias.

Gran Torino se detuvo antes de responder, su expresión seria, casi sombría.

-No me volví héroe para aparecer en las redes, niño. Solo quise usar mi Quirk para un asunto personal. Si quieres saber más, pregúntale a All Might.

El silencio entre ambos era pesado, pero Midoriya comprendía que había historias que aún no estaban listas para ser contadas. Sin embargo, algo en la advertencia de Gran Torino lo inquietaba.

-Niño, lo de tu misión es peligroso. Es bueno que confíen en ti para llevarla a cabo, pero si te descubren... correrás mucho riesgo -Gran Torino lo miraba con seriedad, sus palabras pesadas como el plomo-. Si en algún momento quieres terminar, hazlo. Tu salud mental va primero que cualquier misión. Nunca olvides quién eres y quién quieres ser.

Las palabras resonaron profundamente en Midoriya, su mirada se volvió seria. Sabía que lo que hacía era arriesgado, pero ese era el precio por seguir adelante en su camino para convertirse en héroe.

-Gracias, señor -dijo, su voz firme pero agradecida. Sabía que Gran Torino solo se preocupaba por su bienestar, aunque lo expresara a su manera.

Mientras se daba la vuelta para irse, Gran Torino lo detuvo una vez más.

-Oye, niño -Midoriya se giró, curioso-. ¿Quién eres? -dijo temblando.

Midoriya parpadeó, extrañado.

-¿Ahora me lo pregunta? Soy Izuku Mido...

-Eso no -lo interrumpió.

Midoriya, recordando todo lo que había pasado, las pruebas, las peleas, su infiltración, respondió con una leve sonrisa decidida.

-Soy Deku.

Gran Torino solo sonrió mientras lo veía partir.

Más tarde en la U.A...

De regreso en la U.A., el ambiente era mucho más relajado. Sero y Kirishima se burlaban de Bakugou por su pelo ordenado, pero como era de esperarse, este solo necesitó unos segundos de enojo para que su cabello volviera a la normalidad.

Infiltrado (shigadeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora