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La luz natural entraba por el gran ventanal que dominaba la sala, iluminando el espacio con una calidez suave. Las cortinas claras se movían ligeramente con la brisa, y cada rincón del apartamento parecía respirar con tranquilidad. La melodía de su canción favorita llenaba el ambiente, resonando por todas partes.

Jisung tomó ambos platos de la mesa que contenían la comida preferida de su hijo y se dirigió hacía el comedor.

El timbre sonó por todo el apartamento y Jisung caminó rápidamente a abrirle la puerta a su hijo.

—Hola Innie, ¿como te fue? —le dió la bienvenida a su hijo Jeongin, que venía con una sonrisa plasmada en su cara, esperando para contarle lo que le había pasado ese día.

—Me fue demasiado bien. —comentó, feliz.

—¿Ah sí? —Jeongin asintió. —¿Que te pasó en este día? —preguntó mientras iban hacia el comedor.

Jeongin suspiró, recordando los buenos momentos que pasó en el colegio.

—¿Te acuerdas de... el niño que te hablé? —preguntó, un poco tímido por hablar sobre ese tema.

Jisung asintió, atento por lo que diría su hijo.

—Pues... hoy me confesé y me dijo que yo también le gustaba, ¡Ya tengo novio, papá! —anunció alegremente.

Jisung abrió sus ojos como platos. —¡No puedo creerlo! ¡Mi hijo ya tiene novio! —exclamó, dejando la comida en segundo plano y mirando con los ojos abiertos a Jeongin.

El menor bajó la mirada, ocultando la sonrisa que se asomaba en sus labios, incapaz de contener la alegría que sentía.

—¡Oye, no te avergüences por contarle esto a tu padre! —lo señaló con el dedo y después a sí mismo.

Jeongin río suavemente.

Se dispusieron a comer tranquilamente, charlando sobre diferentes temas y contándose su día.

Apenas terminaron, el menor agradeció a su padre por la comida y fue casi corriendo a su habitación. Jisung se levantó de la silla y recogió los platos para ponerlos en el lavavajillas.

Se estiró y caminó hacia la sala con la intención de acostarse en su cómodo sillón y ver una película antes de ocuparse de otras cosas del trabajo, que, por suerte, esta vez no eran demasiadas.

Encendió la televisión y buscó Netflix, iniciando sesión en su cuenta y empezando a navegar por el sitio para encontrar algo de su agrado.

—Esta se ve bien. —habló solo.

Siempre hablaba solo, no sabía el porqué, pero las palabras se salían solas cuando no había nadie cerca.

—No, ésta está mejor. —aseguró.

—No, la de abajo se ve más llamativa.

Saltó como canguro del asiento y revisó todos los rincones de la sala.

¿Acaso estaba alucinando, o por qué había escuchado una voz que no era la suya?

demanda para un novio. | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora