Capítulo 3 | Lo siento, solo una palabra.

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En el camino Siddiq se la pasó haciéndoles plática, yo me quedé en silencio observando hacia todos los lados.

Por si de casualidad me encontraba a Rick.
Claro que es más que obvio que no sucederá pero no pierdo la fe.

Me alegra que decidieras que se fueran a Hiltlop, y no estuvieran en la calle.— dice Siddiq.

Íbamos en caballo, todos, ya que últimamente los autos fallan.

Lo miré de reojo y asentí.
En serio, fue un lindo gesto.— continúa.

Ahora lo miré, y asentí con una sonrisa forzada.

A mitad del camino, tuvimos que parar, ya que quisieron parar al lugar donde antes se quedaban.

Era pequeño, en medio de la nada, pero estaba destruido.

Me quedé con la caballos mientras ellos iban a ver el lugar, de lo que quedaba.

Pero pude ver sus caras, estaban tristes.

Mira.— dice Siddiq. —Una flauta.—

Asentí apretando los labios.
Me gustaba de niño, era mi instrumento favorito.— cuenta. —pero mi mamá decidió, por su salud mental, que era mejor dibujando.—

Segundos después se metió la flauta a la boca, pero yo la bajé.
Y por la salud mental de todos, no lo hagas.— dije seria, pero él sonrió.

No sé qué estaban buscando, pero esperé paciente.



Ya habían pasado unos largos minutos, así que decidí ya hablar, no quería que oscureciera y siguiéramos aquí.

Creo que es hora de irnos, y por favor, dejen sus armas, o dénmelas.—indique.

¿Cómo? ¿Quieres que vayamos sin armas?— pregunta una de ellos.

Asentí. —No puedo llevar personas armadas a hiltlop.

—¿Cómo sabemos si ese es un lugar seguro?— pregunta la misma persona.

Alce los hombros. —Si desconfían, no me den las armas, pero tampoco se irán con nosotros, así de simple.— dije calmada.

—Katie.— Siddiq me mira.

Votó por qué nos quedemos con ella.— dice el hombre.

Entonces, vamos a confiar en ella.. ¿aún que ella no confíe en nosotros?— pregunta una.

Respire hondo y me crucé de brazos.

Discutieron un rato, pero al final decidieron.

Irían con nosotros a Hiltlop.

Primero cabalgamos hasta encontrar un refugio.

Tendríamos que dormir, primero, bueno, descansar, ya que anochecería pronto, y la noche no es nuestra amiga en el camino.


Durante la noche, yo no podía cerrar el ojo, estaba acostada, pero en guardia, el hombre se levantó, fruncí el ceño y me levanté detrás de él.
Tomé mi arco.
(Si, ya lo volví a retomar, pase tres años entrenando mi puntería)
Estaba en las armas, en las suyas, lo que me habían dado con la condición de que los llevaría a hiltlop.

LOVE AND BLOOD T9 | TWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora