Comienzo

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Jin sintió que el aire se le escapaba al escuchar esas palabras. 

El momento había llegado, pero su corazón se negaba a aceptar la realidad. Miró a Yoongi, quien parecía serio y decidido, pero con una pizca de preocupación en sus ojos.

-¿A dónde me llevan? -preguntó, su voz temblando.

-Te llevaré a un lugar donde estarás a salvo, donde podrás prepararte para lo que viene -respondió Yoongi, tratando de sonar reconfortante, aunque la tristeza era evidente en su tono.

Con un nudo en el estómago, Jin se levantó de la cama. Cada paso hacia la puerta era como una carga pesada que no podía soportar. Cuando finalmente salió al pasillo, sintió que el tiempo se detenía.

-Es hora -dijo la mujer, su voz suave pero firme. Jin asintió, aunque su corazón latía con fuerza.

El auto esperaba afuera, reluciente bajo el sol. Jin se subió, y la mujer lo siguió, ocupando el asiento del copiloto. Yoongi se sentó al volante, y el silencio se volvió ensordecedor mientras el motor rugía.

-¿Dónde está Jungkook? -preguntó de repente Yoongi, su voz un susurro-

-Está en con Jimin supongo terminando su relación -respondió la mujer, sin volverse a mirarlo-

La carretera se extendía ante ellos, y Jin se preguntó si alguna vez encontraría el camino de regreso a casa, si alguna vez podría escapar de este destino que lo ataba. Miró por la ventana, las imágenes difuminándose mientras la velocidad aumentaba.

En su interior, una lucha feroz se desataba, aunque sentía miedo por lo que estaba por venir, había un pequeño atisbo de esperanza, la llegada de su bebé. 

Tenía que aprender a cuidar de esa vida, aunque el futuro se sentía tan incierto.

Después de varias horas de viaje, el auto finalmente se detuvo frente a un  edificio, sus paredes estaban pintadas de un suave color marfil, y los grandes ventanales reflejaban la luz del sol, dándole un brillo casi mágico. 

El jardín que lo rodeaba estaba cuidadosamente diseñado, con flores de todos los colores que parecían saludar a Jin mientras se acercaba.

Con una mezcla de asombro y ansiedad, Jin salió del auto, el aire fresco le acarició el rostro, pero su corazón latía con fuerza, consciente de que este era su nuevo hogar.

La mujer que lo había acompañado salió detrás de él y le sonrió, aunque su expresión era seria

Al cruzar la puerta principal, fue recibido por un vestíbulo espacioso y lujoso, decorado con elegantes muebles y cuadros.

-¿El alfa malo vendrá aquí? -preguntó, su voz un susurro. No podía evitar sentir la tensión que flotaba en el aire entre ellos.

-Estará aquí pronto -respondió la mujer, y su tono indicaba que esa era la única información que le iba a dar.

Jin sintió una punzada en el estómago. La idea de enfrentarse a Jungkook, a aquel que había causado tanto dolor, lo llenaba de nervios. 

-Tómate tu tiempo para adaptarte. Este lugar puede parecer abrumador, pero pronto te sentirás como en casa.

Jin asintió, aunque su mente estaba llena de dudas. Mientras se dirigía hacia un salón, sintió que el peso de su situación se hacía más evidente. 

Al entrar al salón, se encontró con un espacio luminoso, lleno de luz natural y muebles cómodos. En una esquina, se dio cuenta de que había juguetes y libros, lo que le recordó que pronto tendría un bebé.

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