Cita 31: Kaina Tsutsumi (Lady Nagant) (Son)

111 6 0
                                    

Gohan y Kaina Tsutsumi caminaban lado a lado, con el viento suave del Monte Fuji acariciando sus rostros mientras avanzaban por el sendero que los llevaba a una cabaña alejada, un refugio discreto y pacífico, apartado de todo. Aunque ambos vivían juntos desde hace años en la mansión que Gohan había remodelado, este lugar tenía un significado especial para ambos. El Monte Fuji representaba el inicio de su relación especial, un vínculo que había comenzado el día en que Gohan la rescató de un destino oscuro.

Kaina miraba de reojo a Gohan mientras ascendían, recordando aquel día de hace diez años. Era el día en que su vida cambió para siempre. En ese momento, su destino estaba sellado; iba a ser enviada al Tártaro, el peor de los infiernos para cualquier criminal. Kaina, que había sido usada como herramienta por la Comisión de Seguridad Pública de Héroes, había terminado por romperse emocionalmente. En su mente, ya había aceptado que el Tártaro sería su tumba, pero entonces apareció Gohan, como un ángel enviado desde otro mundo.

Kaina: Si no hubieras aparecido ese día... -Murmuró con la voz suave y algo perdida en sus pensamientos. Miraba las laderas del Monte Fuji, el lugar que tanto significado tenía para ellos- Posiblemente me hubieran capturado y habría muerto en el Tártaro.

Gohan, que caminaba unos pasos por delante de ella, detuvo su avance y se giró para mirarla. Su expresión era tranquila, pero había un matiz de ternura en sus ojos.

Gohan: No lo iba a permitir *Dijo con sencillez, como si la idea de dejar que algo malo le ocurriera a Kaina fuera imposible*

Kaina sonrió ligeramente, una sonrisa pequeña pero genuina. Durante estos años, había llegado a conocer a Gohan mejor que nadie. Sabía todo sobre él: desde lo que le gustaba hasta sus momentos de mayor vulnerabilidad. Sabía de su pasado, de los otros universos, de Zen'o Sama, el Rey del Todo, y cómo Gohan había terminado en su mundo.

Kaina: Le debo todo al Rey del Todo -Dijo en un tono casi reverente- Si no fuera por él... jamás te habría conocido.

Gohan desvió la mirada, algo incómodo con el tema. No le gustaba que lo relacionaran directamente con la intervención de los poderes cósmicos más altos, aunque sabía que en cierto sentido, Zen'o Sama había jugado un papel crucial en su llegada a este mundo.

Gohan: No es para tanto *Murmuró, rascándose la nuca con un toque de vergüenza*

Sabía que Kaina estaba agradecida, pero cada vez que mencionaba a Zen'o Sama o su propia participación en ese vasto poder, se sentía un poco abrumado.

Llegaron finalmente a la cabaña, una estructura acogedora que parecía casi parte del paisaje. Era similar en la que vivieron al principio, justo después de que él la rescatara. En ese entonces, Kaina estaba quebrada, emocionalmente rota por todo lo que había vivido. Pero Gohan no solo la había sacado físicamente del peligro, también la había ayudado a reconstruirse, pieza por pieza. Desde entonces, su relación había evolucionado. Al principio, ella lo veía como una mezcla de hermano y protector, pero con el tiempo, sus sentimientos se habían profundizado.

Entraron a la cabaña, que estaba impecablemente limpia y cálida. Kaina se dejó caer en un sillón, observando el crepitar del fuego en la chimenea. Gohan, por su parte, se dirigió a la cocina improvisada y comenzó a preparar algo de comida para ambos.

Mientras Gohan cocinaba, Kaina lo observaba en silencio, recordando cuántas veces habían compartido momentos así. Pero esta noche era diferente. Esta noche no había misiones ni responsabilidades que los distrajeran. Esta noche, Gohan era solo para ella.

Kaina: A veces pienso... -Dijo rompiendo el silencio- ¿Qué hubiera pasado si nunca hubieras llegado a este mundo? Es extraño pensar cómo algo tan pequeño como un evento cósmico puede cambiar todo *Su tono era suave, casi introspectivo*

Gohan la miró por encima del hombro mientras seguía cocinando.

Gohan: No sé qué habría pasado, Kaina. Pero sé que no me arrepiento de estar aquí -Dijo con sinceridad- Me alegra haber encontrado una familia aquí...

Kaina asintió en silencio, su mirada fijándose en el fuego una vez más. Después de todo lo que habían pasado, después de todas las batallas y decisiones difíciles, esta calma se sentía casi irreal. Pero también era el tipo de paz que había soñado durante tanto tiempo.

Después de la cena, ambos se recostaron juntos en la gran cama que había en la cabaña. El silencio entre ellos era cómodo, casi reconfortante. Kaina se acurrucó junto a Gohan, disfrutando de su calor. Aunque lo consideraba su hermano en cierto nivel, la realidad era diferente. Su relación iba más allá de cualquier etiqueta que pudiera imponerse.

Kaina: Sabes... -Dijo en voz baja, con una sonrisa juguetona en los labios- Eres mi hermano en los papeles, pero... la realidad es mucho mejor, ¿No crees?

Gohan no pudo evitar sonreír ante el comentario. Sabía a qué se refería Kaina. Con el tiempo, la relación entre ambos se había vuelto más profunda de lo que las simples palabras podían describir. Aunque había un aspecto protector en su vínculo, también había una intimidad que solo ellos compartían.

Gohan: Sí... supongo que sí *Respondió sintiendo un calor en su pecho al recordar todos esos momentos que habían compartido*

Kaina lo miró con ojos brillantes. A diferencia de sus relaciones con las demás, la relación con Kaina tenía una historia más larga, más enraizada en la supervivencia y la confianza mutua. Ella lo conocía por completo, y lo aceptaba tal como era. No había necesidad de esconder nada, ni de fingir ser algo que no era. Kaina, más que nadie, lo entendía.

La noche avanzó, y Kaina, por primera vez en mucho tiempo, se permitió disfrutar plenamente de la presencia de Gohan, sin interrupciones, sin preocupaciones externas. Esa noche fue solo para ellos, una noche en la que ambos pudieron recordar cuánto habían crecido desde aquel día en que Gohan la rescató.

A medida que el sueño comenzaba a apoderarse de ambos, Kaina agradeció una vez más, en silencio, al Rey del Todo por haber traído a Gohan a su mundo. Sin él, su vida habría sido muy diferente, y quizás no habría vivido para experimentar la paz que sentía en ese momento.

Y así, con Gohan a su lado, Kaina se dejó llevar por el sueño, sabiendo que, al menos por esa noche, todo estaba bien. Gohan, por su parte, la abrazó con suavidad, agradecido por haberla encontrado y por todo lo que habían compartido a lo largo de los años. Mientras el fuego crepitaba suavemente en la chimenea, el Monte Fuji, en su imponente presencia, se mantuvo como testigo de la noche tranquila que ambos pasaron juntos.

Fin Cita 32
====================================
Solo recuerden que Kaina nunca estuvo los 10 años en el Tártaro.

Fin Cita 32====================================Solo recuerden que Kaina nunca estuvo los 10 años en el Tártaro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
One Shots: Citas con Gohan (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora