5

0 0 0
                                    

La luna llena brillaba con una intensidad deslumbrante sobre el claro donde se llevaría a cabo el ritual. Los árboles alrededor parecían inclinarse hacia la manada, como si incluso la naturaleza quisiera ser testigo de aquel momento. En el centro del círculo ritual, Yin, el gran alfa, permanecía firme y majestuoso, rodeado por los antiguos alfas que una vez lideraron la manada. Sus sombras se proyectaban en el suelo, alargadas por la luz plateada de la luna, otorgando al ambiente una sensación de solemnidad y poder.

A su lado, Yume respiraba profundamente, sintiendo el peso de las miradas sobre ella. Aún no podía creer que el momento había llegado tan pronto. El viento frío acariciaba su piel, pero la calidez de la manada a su alrededor le brindaba el coraje necesario para lo que vendría. Su corazón latía con fuerza, sincronizado con los murmullos y aullidos apagados de la manada que aguardaba con expectación.

Yin dio un paso adelante, su pelaje gris plateado brillando bajo la luz lunar, y miró a cada uno de los lobos presentes con orgullo en sus ojos. Sabía que su tiempo como alfa había llegado a su fin, pero también sabía que dejaba a la manada en las mejores manos posibles.

—¡Todos juntos, un último aullido para nuestro alfa, el gran Yin! —gritó uno de los lobos más veteranos.

Los aullidos resonaron en perfecta sincronía, un canto antiguo que parecía sacudir el aire y hacer vibrar la tierra misma. Era un homenaje, una despedida, pero también una bienvenida a lo que estaba por venir. El eco del aullido se extendió por el bosque, viajando más allá de lo visible, llegando incluso a los espíritus de los antiguos alfas que desde algún lugar observaban la ceremonia.

Yume cerró los ojos por un instante, sintiendo el llamado profundo de la manada resonando dentro de ella. Era un sonido que conectaba el pasado con el presente, y ahora también con el futuro. Cuando abrió los ojos, encontró la mirada de Yin fija en ella, llena de calma y confianza. Yin dio una reverencia, inclinando su cabeza en señal de respeto y reconocimiento, un acto que no pasó desapercibido por los demás lobos. Aquel que había liderado durante tantos años ahora cedía su lugar con honor.

Yume, conteniendo la emoción que le recorría el cuerpo, siguió el ejemplo de Yin, inclinándose profundamente. El murmullo de los lobos cesó, y por unos segundos, solo el silencio y la luna fueron testigos del momento en que el antiguo alfa se despedía y la nueva alfa aceptaba el cargo.

—Has hecho bien en llegar hasta aquí —murmuró Yin, apenas audible, pero lo suficiente para que Yume lo escuchara—. Ahora es tu turno, Yume.

Con esas palabras, el aire alrededor del círculo pareció cambiar, volviéndose más denso, más cargado de energía. Yin retrocedió con elegancia, permitiendo que Yume ocupara el centro del círculo. Los antiguos alfas comenzaron a moverse, situándose alrededor de la joven en una formación que se sentía tanto ritualista como protectora.

En ese instante, Yume sintió algo poderoso despertar dentro de ella. El suelo bajo sus pies temblaba, no por miedo, sino por la vibración de la conexión que se estaba forjando. Un antiguo poder, transmitido de generación en generación, ahora comenzaba a fluir hacia ella. La luna llena brilló aún más, como si su luz estuviera canalizando la fuerza de la manada hacia Yume.

—Yume, hija del lobo, descendiente de los antiguos alfas —entonó uno de los antiguos líderes con voz profunda—, en esta noche, bajo la mirada de la luna y con el testimonio de tu manada, te entregamos el legado de nuestros antepasados. Desde hoy, tú serás la guía, la protectora, el alfa de esta manada.

Las palabras resonaron en los oídos de Yume, no solo como un juramento, sino como un recordatorio del peso que estaba a punto de asumir. El poder que antes había pertenecido a Yin se deslizó por el aire, invisible pero palpable, envolviendo su cuerpo y llenándola de una fuerza nueva. La energía era salvaje, indómita, pero también cálida, como si la manada misma la abrazara.

MoonligthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora