—¡Necesitamos apoyo!— gritó un shinobi mientras corría, el caos reinando a su alrededor. El sonido de los pies apresurados resonaba por las calles de Konoha. Los shinobis se dispersaban, buscando frenéticamente a la causante de aquel alboroto.Yume, una joven de apariencia extraña, había entrado en Konoha de forma ilegal, eludiendo a los shinobis con una facilidad que dejaba a muchos perplejos. Su cabello bicolor era apenas un destello en las sombras, un fantasma imposible de alcanzar.
—¡La vi por aquí!— exclamó un chunin, señalando con urgencia una esquina.
—¡No, está allá!— replicó otro, girando en dirección opuesta.
La confusión era total. Todos intentaban dar con la intrusa, pero para los chunin, su figura era como un espejismo, desapareciendo justo cuando creían tenerla. La situación escaló rápidamente, y no pasó mucho tiempo antes de que llegaran refuerzos.
—¡Kakashi! ¡Se dirige a la torre del Hokage!— avisó un jounin, jadeando mientras corría.
Cuatro jounin, incluido Kakashi, comenzaron a seguir a la joven, pero ella los esquivaba y confundía con una agilidad sobrenatural. Gai y Kakashi se precipitaron hacia la torre del Hokage, pero, para su sorpresa, no había rastro de la chica.
—¿Qué...?— murmuró Kakashi, frunciendo el ceño bajo su máscara. Gai, normalmente tan seguro de sí mismo, también estaba desconcertado.
Mientras tanto, Kurenai y Asuma habían seguido otra pista. Ellos creían que la intrusa se dirigía al almacén de jutsus, pero al llegar allí, solo encontraron un silencio inquietante.
—¿Qué está buscando...?— preguntó Kurenai, con una voz que apenas era audible.
El grupo volvió a reunirse, discutiendo entre susurros cargados de incertidumbre.
—Si no vino por el Hokage ni por los pergaminos... ¿qué busca entonces?— reflexionó Asuma, su tono grave reflejando la creciente tensión.
El silencio cayó sobre ellos, pero en ese instante, una horrible sospecha se apoderó de todos. Como si compartieran un mismo pensamiento aterrador, sus miradas se entrecruzaron y, sin decir más, comenzaron a correr con todas sus fuerzas hacia la casa de Naruto Uzumaki.
—¡Detente ahí!— gritó Kakashi, al llegar frente a la casa del joven jinchūriki.
Allí, en la puerta, se encontraba la intrusa: una joven de ojos brillantes y peculiares, que destellaban bajo la luz de la luna. Su cabello bicolor, negro y blanco, caía en ondas desordenadas sobre sus hombros. Su apariencia era tan extraña como intimidante. Con una mano alzada, detenía a los cuatro jounin sin esfuerzo.
—No me obliguen a hacer algo que no quiero— dijo con una voz sorprendentemente suave, casi pacífica. Parecía un contraste con la huida frenética de momentos antes.
Kakashi destapó su sharingan, su mirada volviéndose más penetrante.
La sonrisa calmada de la chica se desvaneció. Un destello de determinación oscureció sus ojos. Entonces, la advertencia de Kakashi llegó como un golpe de viento.
—No dejaremos que te lleves al Kyubi— dijo, su voz fría y amenazante.
Los ojos de la chica se endurecieron al escuchar tal acusación. Con un movimiento veloz, realizó un jutsu de invocación. Dos lobos gigantes aparecieron a su lado, sus miradas feroces fijas en los jounin.
—Yuki, Raijin... que nadie entre— ordenó Yume, sin alzar la voz, pero con una autoridad que no dejaba espacio a la duda.
Kurenai, viendo que los jounin estaban detenidos por las bestias, se dio la vuelta y salió corriendo en busca de la Hokage. No había tiempo que perder.
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Moonligth
FanfictionYume Uchiha, una sobreviviente de la masacre Uchiha, regresa tras años de ausencia con un nuevo propósito. Con una conexión inexplicable con Kaguya, se convierte en la nueva alfa de los lobos de invocación, llevando consigo una misión crucial encome...