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En las aguas tranquilas de un lago, una figura emergía lentamente. A pesar de que acababa de surgir de la profundidad, su cuerpo estaba completamente seco. Era Yume, quien ahora se encontraba en el lugar exacto donde su manada le había indicado que estaría él, el hombre que tanto había extrañado.

Sus ojos, uno oscuro y el otro de un tono claro, brillaban bajo la luz de la luna llena. Su cabello bicolor, contrastante como el día y la noche, ondeaba suavemente con la brisa nocturna. Era su regreso al mundo humano tras muchos años de ausencia, y con cada paso que daba en el oscuro bosque, la conexión con la tierra y el aire se sentía más intensa. La claridad de la noche le permitía ver con precisión las sombras que se formaban entre los árboles, y el viento susurraba secretos antiguos, casi como si compartiera sus emociones.

El aroma familiar le llenaba los pulmones, aquel olor que tanto había añorado no por venganza, sino por un amor fraternal que nunca se había apagado. Finalmente, lo divisó bajo la luz plateada de la luna. Él estaba allí.

—Ha pasado mucho tiempo, Itachi... —susurró, dejando que su voz viajara por el viento, envolviendo el ambiente.

Itachi Uchiha, con su largo cabello negro cayendo sobre su frente y su semblante serio, se giró lentamente. No había sentido la presencia de Yume hasta ese momento, y eso lo sorprendía. Cuando sus ojos la encontraron, algo en él se movió, como un destello de un recuerdo lejano que de alguna manera se mantenía a flote. Pero también había duda.

—¿Quién eres? —preguntó, su voz dura, casi como si estuviera preparado para cualquier peligro.

Yume esbozó una sonrisa, una mezcla de alegría y añoranza brillando en su rostro. No esperaba menos de él; el tiempo no había cambiado su naturaleza vigilante, pero tampoco había borrado el dolor que siempre cargaba en su mirada.

—Soy Yume Uchiha. Han pasado muchos años, ¿no lo crees? —Su voz era suave, cargada de nostalgia, como si hablara con un ser querido perdido en el tiempo.

El corazón de Itachi latió con más fuerza al escuchar su nombre. "Yume Uchiha", pensó, recordando a la pequeña niña que había sido como una hermana para él y Shisui. Sin embargo, la mujer frente a él ahora era diferente. Su transformación física era evidente, pero la calidez que irradiaba era inconfundible.

—¿Estás aquí para matarme? —preguntó, sin perder su habitual frialdad. Con su mano, rozó la empuñadura de su katana, listo para defenderse si fuera necesario.

Yume suspiró y negó con la cabeza, su expresión tan serena como un lago en calma. Sabía que Itachi siempre había sido directo en sus palabras, pero ella nunca podría verlo como un enemigo. Nunca podría odiar al hombre que había sido su "hermano mayor", aquel que le había enseñado más de lo que las palabras podrían expresar.

—No, Itachi. No he venido a eso. He venido porque te extrañaba. Porque aún te considero mi hermano mayor. —Su sonrisa era sincera, libre de cualquier resentimiento, solo una simple verdad que compartía en ese momento de silencio.

Itachi permaneció inmóvil, su semblante endurecido, pero algo en su interior se revolvía. La actitud de Yume era desconcertante. Los Uchiha no eran conocidos por mostrar tanta compasión o vulnerabilidad. Sin embargo, aquí estaba ella, rompiendo todas las expectativas.

—¿Cómo sabes...? —comenzó a decir, pero sus palabras se desvanecieron cuando recordó a Shisui, su amigo y hermano caído. Un nudo se formó en su estómago mientras pensamientos oscuros lo invadían.

Yume dio un paso más cerca, con suavidad recogió la katana que Itachi había dejado caer sin darse cuenta, y se la devolvió, con un gesto delicado, casi simbólico.

—Shisui me lo contó antes de morir. Lo sé todo, Itachi —respondió, su tono bajo pero claro. No había rastro de odio en sus palabras, solo una verdad desnuda que debía ser compartida—. Estoy aquí para decirte que no tienes que cargar con todo el peso solo. Que no soy una amenaza para ti.

Itachi tomó la espada, sus ojos chocando con los de Yume. No podía comprender cómo ella, después de todo lo que había sucedido, seguía viendo el bien en él. El dolor de sus decisiones seguía siendo un tormento constante, y la presencia de Yume no hacía más que reavivar esos fantasmas del pasado.

—¿Cómo sobreviviste? —preguntó finalmente, la incredulidad tiñendo su voz.

La respuesta de Yume fue una sonrisa suave, seguida de una risa ligera, como si el peso de la pregunta no fuera más que un suspiro.

—Tuve ayuda. Alguien a quien le importaba. Ahora estoy de vuelta. Itachi... Sasuke desertó de Konoha —dijo, con una leve sombra de tristeza en su voz. Sabía que la relación entre Itachi y Sasuke era más compleja de lo que cualquier otro podía imaginar.

Itachi apretó los labios, su rostro endureciéndose al escuchar el nombre de su hermano.

—No lo busques —advirtió, el tono en su voz siendo más sombrío que antes—. Sasuke debe hacerse fuerte a su manera. Pero… te tengo un encargo.

Yume lo miró, confundida, pero escuchó con atención. Sabía que Itachi nunca hablaba a la ligera.

—Estoy en Akatsuki. Hay algo grande en marcha, algo que involucra a los bijuus. Necesito que cuides a Naruto Uzumaki. Cuídalo de cualquiera, incluso de mí —dijo, sus palabras cargadas de un peso indescriptible, casi como si le estuviera entregando una parte de su alma.

El rostro de Yume reflejó un atisbo de tristeza y preocupación. Con cuidado, le dio un último abrazo, esta vez, uno que Itachi aceptó sin reservas. Permanecieron así un momento, antes de que ella se apartara, su olfato detectando una presencia cercana. Sonrió, despidiéndose.

—Adiós, hermano mayor… —susurró, mientras la figura de Kisame se acercaba a Itachi, sacándolo de sus pensamientos.

Yume se desvaneció en la oscuridad del bosque, transformándose en una majestuosa loba, corriendo hacia Konoha bajo la luz de la luna. "Naruto... creo que te conozco", pensó mientras sus recuerdos de aquel niño solitario la asaltaban, un brillo de esperanza llenando su corazón.

—Nos veremos pronto... —murmuró, mientras el bosque la abrazaba en su carrera hacia el hogar que había dejado hacía tanto tiempo.

MoonligthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora