Capítulo 9: Historias cruzadas.
Cuando el joven príncipe nació, el castillo resonaba con la noticia, que se propagaba de habitación en habitación como un eco de júbilo. Pronto, la nueva se extendió por todo el reino: el rey había tenido su segundo hijo, y este era un varón.
En los confines más remotos del continente, la noticia voló sobre alas de cuervos, llevada por los maestros del Bastión del Conocimiento. En las grandes ciudades de Rocagua y Ciudad Carmín, y hasta en la ciudad aledaña de Ivor, capital de las Tierras del Sol, se celebraba el nacimiento del príncipe.
Pero no obstante, nada es perfecto. La reina falleció poco tiempo después del parto, y el rey, consumido por el dolor, partió con ella, dejando solos a una pequeña princesa de tres años y un pequeño príncipe recién nacido.
La corte real, una vez fallecido el rey, envió a la pequeña princesa con un grupo extenso de caballeros y servidumbre a las gigantescas murallas del Castillo de Biascon, antigua fortaleza de guerra. La dejaron sola en las sombras, olvidada por aquellos que deberían haberla protegido.
Mientras tanto, la corte real se enfocó en mantener a salvo al joven príncipe, el heredero legítimo al trono. Lo criaron con lujo y cuidado, preparándolo para que un día gobernara con sabiduría y justicia. Pero la princesa, olvidada en el Castillo de Biascon, creció en la oscuridad, sin amor ni protección.El joven príncipe creció rápido, y se había convertido en un joven atractivo, idéntico a su padre. Finalmente, el día de su coronación llegó, y el reino lo celebraba con júbilo y fanfarrias. Pero en medio de la alegría, una figura lo retaba, su hermana, la princesa Lyra.
Ella había retado al príncipe a un duelo de espadas por el trono de su padre, un desafío que había dejado al reino en vilo. La princesa y el príncipe se enfrentarían por el honor al trono, pero justo cuando la batalla estaba a punto de comenzar, la princesa huyó, rompiendo así el juramento de la batalla de espadas.
El príncipe estaba furioso, su orgullo herido por la deserción de su hermana. ¿Quién se atrevía a desafiarlo y luego huir? Mandó a gran parte de su ejército de caballeros en busca de la que ahora era su hermana fugitiva, dispuesto a hacerla pagar por su traición.
"Traiganme a Lyra", ordenó el príncipe, su voz resonando en el salón del trono. "Viva o muerta, quiero que sea llevada ante mí para enfrentar las consecuencias de su cobardía."
La caza había comenzado, y la princesa Lyra sería perseguida hasta los confines del reino. Pero ella no estaba sola, y pronto descubriría que tenía aliados dispuestos a ayudarla en su lucha por el trono.
Ciudad de Aramoor, capital del reino de Malan, reino de las nueve tierras.
Un día después de la huida de la princesa Lyra Keegan.
"¡Maldita traidora!", gritaba la voz del príncipe, retumbando en la habitación. "¡Es una maldita!", volvió a decir, su ira contenida a duras penas.
Los ojos del príncipe tenían las venas saltadas, y las venas de la frente se habían marcado también. Su rostro estaba enrojecido por la rabia.
"¡Tráiganme a esa perra!", gritaba, su voz resonando en los pasillos del castillo.
La puerta de la habitación se abrió ligeramente, y una voz preguntó: "¿Ahora qué sucede?".
"¿Aún no se entera?", respondió el caballero que resguardaba la entrada. "Su hermana, la princesa Lyra, lo retó a un duelo de espadas, pero al final simplemente huyó con otro caballero."
El hombre bajito que había hablado, un anciano con una túnica color café y un manojo de llaves en el cinturón, se sorprendió. "¿Es eso por lo que arma tremendo escándalo?", preguntó.
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LA GUERRA INTERMINABLE: LAS TIERRAS DE LAS TORMENTAS.
FantasyEl reino de Malan ha disfrutado de una paz y prosperidad inigualables desde que terminó la guerra de los cien años, conocida como "LA GUERRA INTERMINABLE". la guerra parecía no tener fin, y muchos creyeron que nunca terminaría. Sin embargo, después...